¿De verdad va a desaparecer Seat? Seis claves sentimentales del coche con el que aprendió a conducir tu generación

¿De verdad va a desaparecer Seat? La pregunta resonaba con inquietud en redes sociales tras las palabras del CEO de Volkswagen, Thomas Schäfer, en el Salón Internacional del Automóvil de Múnich asegurando que "el futuro es Cupra", lo que volvía a disparar las dudas sobre la continuidad del fabricante automovilístico con sede en Martorell. El grupo matizó después que los modelos existentes seguirán produciéndose en sus ciclos de vida actuales y que en el futuro Seat podría enfocarse en la micromovilidad, pero para entonces ya se habían disparado todas las alarmas. Nada extraño si tenemos en cuenta que varias generaciones de españoles han aprendido a conducir al volante de un Panda, un 127 o un Ibiza. La memoria colectiva de todo un país está intrínsecamente unida a miles de historias y anécdotas curiosas protagonizadas por los coches de Seat.

El héroe de la clase media

El primer modelo de la marca, el 1400, llegó en 1953, pero el que simbolizó como ningún otro la motorización en España fue el legendario 600, también conocido como el 'Pelotilla'. No había otro modelo igual en cuanto a calidad-precio, y eso le hizo arrasar entre la clase media española en los años 60. Por unas asequibles 65.000 pesetas de la época tenías un prototipo capaz de hacer lo nunca visto antes en este país: trasladar a toda la familia a la playa, al campo o a la montaña, aunque nadie sabe muy bien cómo podía caber una familia en sus 3,29 metros de largo y 1,38 de ancho.

Aquellos míticos viajes Madrid-Benidorm con la baca atestada de maletas que se convertían en hazañas familiares dignas de 'El Señor de los Anillos' mayoritariamente estuvieron protagonizadas a lomos de nuestro querido 600, un modelo cuyas dos puertas se abrían en sentido contrario al habitual y que llevaba el motor en la parte de atrás, donde normalmente estaba el maletero. El 600 era distinto hasta en eso.

Deprisa, deprisa

Su sucesor natural fue el Seat 850, también conocido como 'culo-pollo'. Un coche mejor que su antecesor, con más espacio, más cilindrada y más potencia, pero que no llegó a calar en el corazón de los españoles de la misma forma a pesar de que también fue un éxito de ventas. Casi más célebre es el Seat 127, el coche por excelencia de la España de los 70, el primero con tracción delantera de la firma española. Hoy lo recordamos esencialmente por ser un protagonista más en las películas del cine quinqui que recogían el espíritu de una época como 'Perros callejeros' o 'Deprisa, deprisa'. Los tirones de bolso, atracos y persecuciones de El Vaquilla y demás antihéroes del extrarradio se sucedían a bordo no solo del 127, sino también de coetáneos como el 124, el 131 o el Ritmo.

Los 80 son nuestros

En los 80 el rey fue el Seat Panda, un coche funcional, práctico, resistente, apto tanto para la ciudad como para zonas rurales (no es de extrañar que llegase a ser el modelo preferido por los cazadores), y que consiguió ganarse la atención del público joven. Con una versatilidad hasta ese momento inédita en las carreteras españolas, el Panda se convirtió en el vehículo habitual de muchos adolescentes que aprendieron a conducir (y más cosas) con él, gracias a su extrema ligereza y a su interior aprovechado al máximo. "Si llevas una marcha que no hay quien te pare, el Seat Panda es lo tuyo. Porque hagas lo que hagas, él te sigue, te va tanto en un día de perros como en uno de juerga. Si no tienes la suerte de heredarlo, ven a tu concesionario", rezaba una desenfada publicidad de la época. Tan polivalente fue el Panda que incluso sirvió como base para acondicionar un insólito papamóvil durante la visita que el pontífice Juan Pablo II realizó a España en 1982.

De ronda por ciudades y pueblos

Hasta 1982 los modelos de Seat llevaban generalmente el nombre de la cilindrada aproximada del motor o del número del proyecto, pero a partir de entonces empezaron a adoptar el nombre de ciudades o pueblos españoles (Córdoba, Toledo, Alhambra, León...). El primero fue el Seat Ronda. Después, el Panda sirvió de base al Marbella, más refinado y con una estética diferente, que se mantuvo en activo mucho tiempo hasta su sustitución por el Arosa a finales de los noventa.

El coche de los taxis y el 'Un, dos, tres'

No menos importante fue el Seat Málaga, hoy quizás mucho más olvidado que otros modelos pero en su momento un auténtico salvavidas para la marca. Se trataba de una berlinetta cinco plazas muy amplia, asequible, con ciertos toques de lujo según la versión, que se convirtió prácticamente en el taxi oficial de todas las ciudades españolas. Si pedías un taxi en los años 80, lo más normal es que apareciera un Málaga. Es más, cuando un concursante del televisivo 'Un, Dos, Tres' resultaba agraciado con un coche, resultaba ser un Málaga.

El salto a la modernidad del Ibiza

Con la adquisición de Seat por el grupo Volkswagen en 1986, el Ibiza simboliza el paso a una nueva época, un salto respecto a la calidad y las prestaciones a las que el público de la marca estaba acostumbrado. El modelo consiguió proyectar una imagen positiva y dinámica, que se asoció a la de la propia España de la época, que por aquel entonces ingresaba en la CEE, y posteriormente a los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992. Hoy pasa por ser el turismo español más vendido de la historia: 5,4 millones de unidades vendidas, repartidas en cuatro generaciones.

El Ibiza fue el primer coche de miles de españoles, entre otras cosas por su accesible precio: estaba disponible desde 850.000 pesetas de la época, unos 5.100 euros a día de hoy. Uno de esos españoles que debutaron al volante del Ibiza fue el mismísimo rey Felipe VI. Aunque el modelo que regalaron al monarca por su 18 cumpleaños no era un coche normal, sino una versión de producción limitada y que disponía de un tratamiento específico, entre otras cosas para evitar que Felipe rozara con la cabeza en el techo.

En 1999 Seat estrenó nueva identidad lanzando al mercado otro de sus modelos icónicos: el Seat León. Su diseño, dinamismo, rendimiento, eficiencia, equipamiento y habitabilidad, le convirtieron en un rotundo éxito de ventas. Curiosamente también se convirtió en el modelo preferido por los cacos en la mayoría de las comunidades de España. Sus posteriores generaciones, la última de 2020, han mostrado siempre la cara más innovadora de una Seat, que, depare lo que depare el futuro, siempre quedará como la gran referencia de la evolución del motor en nuestro país.

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