La razón por la que Steve Jobs cambiaba de coche cada seis meses y nunca lo matriculaba
El cofundador de Apple contaba con unas cuantas excentricidades en su haber
Conducía un Mercedes SL 55 AMG sin matrícula de forma habitual pero no, no era el mismo
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Los CEOs de las grandes compañías han desvelado multitud trucos para enfrentarse al mundo empresarial y laboral, unos consejos para que ayuden tanto a jefes como a empleados de cara a enfrentar los retos del día a día en las empresas. Steve Jobs ha sido uno de ellos. Está entre los hombres más conocidos e importantes en el planeta, y es por eso que sus decisiones y sus trucos desvelados generan gran interés. Pero, más allá de las lecciones de liderazgo, los CEO también tienen numerosas excentricidades que causan curiosidad a cualquiera.
Steve Jobs, que falleció en octubre de 2011, es uno de los emprendedores y empresarios más populares de los últimos años. Creador del gigante tecnológico Apple, es conocido por sus brillantes ideas y sus peculiares manías. Una de ellas es que era vegetariano y se dice que en 1977 únicamente se alimentó de frutas, mientras que otros rumores afirman que era poco amigo de la higiene y que apenas se duchaba y no usaba desodorante.
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Steve Jobs era rico y podía permitirse cambiar de vehículo cada seis meses, la particularidad de esta personalidad es que tenía el mismo Mercedes-Benz SL 55 AMG nuevo dos veces al año, algo bastante extraño. La respuesta a este histórico interrogante es más sencilla de lo que parece: en California hay una ley que permite circular con un coche nuevo sin matricular los primeros seis meses desde su fecha de alta.
Por lo tanto, Steve Jobs alquilaba un coche nuevo sin matrícula y, a los seis meses, cuando por ley tenía que matricularlo, lo cambiaba por otro nuevo, y el ciclo volvía a empezar. "Steve (o alguien cercano a él) descubrió una laguna en las leyes de vehículos de California. Cualquiera que tuviera un coche nuevo disponía de un máximo de seis meses para colocar en él la matrícula emitida", se explica en una antigua entrevista de ITWire.
Sabiendo esto, Jobs llegó a un acuerdo con la empresa de leasing: siempre cambiaría de coche durante el sexto mes de alquiler, cambiando un Mercedes SL55 AMG plateado por otro idéntico. En ningún momento estaría en un coche con más de seis meses de antigüedad, por lo que no había obligación legal de colocar las matrículas.
De acuerdo con lo que figura en la biografía del cofundador de Apple, Walter Isaacson señala que Jobs quería una matrícula sin número para evitar que le siguieran la pista, pero cuando se le ha preguntado en las entrevistas posteriores a la publicación del libro sobre su biografía, el autor no ha aclarado esta afirmación, así que seguirá siendo todo un misterio.
Muchos pensaron que en realidad su placa era el código de barras que aparecía en la parte trasera del coche, y que escondía algún secreto que solo los verdaderos fans de la manzana podrían descubrir. Pero se supo tiempo después que eso no era más que el número de bastidor del coche, para el pesar de los seguidores de Apple.
¿Por qué lo hacía?
Algunas voces sostienen que lo hacía para pasar desapercibido; sin embargo, otras consideran que el objetivo de Jobs era justo el contrario. Pretendía que todo el mundo supiera que en ese coche se desplazaba el fundador de Apple para aumentar (aún más) su popularidad y conseguir que sus fans hicieran fotografías a su vehículo y las colgaran en las redes sociales. Incluso también hay quienes piensan que lo hacía para poder aparcar en las plazas reservadas a personas con discapacidad de la ciudad.
La costumbre del fundador lo que sí produjo es un cambio en la normativa de California. Fueron muchas las personas que comenzaron a imitarlo y por ese motivo, el Gobierno decidió que, a partir de 2019, todos los coches debían matricularse nada más salir del concesionario.