Modelos, frenos y otros tips para elegir tu bici de carretera si quieres optimizar tu rendimiento
El modelo de bicicleta de carretera ideal para nosotros dependerá de factores como la comodidad, el peso, los materiales, la velocidad que queramos conseguir o el tipo de ruta y trazado que prefiramos hacer
Si acabas de aficionarte al cicloturismo o si ya llevas unos años pedaleando a favor del viento te habrás hecho esta pregunta. ¿Qué bici de carretera es la que me va mejor?
Realmente puede ser bastante complicado tomar una decisión teniendo la abrumadora cantidad de opciones disponibles en el mercado. En esta elección entran conceptos como geometría, tamaño, materiales o postura de pedaleo. Desde hace tiempo, a esta elección también se ha sumado otra: muchas marcas ya ofrecen bicicletas de carretera eléctricas, que harán el pedaleo infinitamente menos cansado.
Te contamos qué debes tener en cuenta a la hora de elegir tu nueva bici de carretera o cambiar la que ya tienes por una más acorde a tus expectativas. No te hace falta ser un experto en cicloturismo para dar con la adecuada.
Modelos
Lo primero que debes conocer para poder elegir es la diferencia entre los diferentes modelos de bicicletas de carretera existentes en el mercado. Esta será la base de la decisión. Actualmente hay tres modelos muy extendidos, y donde más oferta vas a encontrar. La geometría es diferente en cada caso, y el rendimiento.
Es importante aclarar algo para hacerle las preguntas adecuadas al vendedor de la tienda: no hay un modelo de bicicleta mejor o peor; todos los mencionados valen para casi cualquier uso en cualquier tipo de carretera. Lo importante es el tipo de uso que vayamos a darle, y nuestras propias necesidades: velocidad, quizás, o peso, o incluso cómo queremos posicionar la espalda.
También, claro, la frenada que busquemos: los frenos de disco, más efectivos en cualquier tipo de circunstancia y menos familiares para el que se inicia (hay que acostumbrarse), o los de zapata, más duros y tradicionales. La mayoría de fabricantes ofrecen modelos de la misma bicicletas con un tipo u otro, aunque los expertos creen que se acabarán imponiendo los de disco.
Gran fondo
Este tipo de bicicletas suelen tener un tallaje más comprimido frente al otro modelo más extendido, la escaladora. La pipa de dirección también es más alta, lo que modifica la postura de pedaleo y yergue nuestra postura. Es evidente que agotarte y superar tus propios límites es una parte importante del ‘premio’ que recibes al pedalear, pero también lo es maximizar ese cansancio con un mayor número de kilómetros.
Este modelo también tiene un proceso de fabricación interesante que lo diferencia de la escaladora y de la bicicleta de montaña clásica: el laminado del carbono. El fabricante coloca las capas de diferentes maneras para conseguir que ‘flexen’ y aguanten mejor las vibraciones del terreno, por lo que resulta bastante más cómoda que otros tipos.
Las gran fondo tienen un diseño pensado para amortiguar la fatiga muscular, así que es una excelente elección si buscas grandes pedaleadas, rodar y rodar sin pensar en absoluto en el número de kilómetros. Son ideales para travesías largas por carretera, y especialmente si el trazado está en mal estado. La comodidad es la clave. Irás como un rey con su escabel. Sobra decir que, al ser más cómodas, le van estupendamente a las personas con problemas de espalda.
El terreno más famoso para poner a prueba este tipo de bici es la Paris-Roubaix, una ruta torturante llena de adoquines, de más de 200 km.
Escaladoras
Las mejor compensadas en cuanto a rendimiento, y por tanto las reinas entre los que se inician en el cicloturismo y quieren ir más allá del modelo de toda la vida. Un factor primordial: el peso y la rigidez. Son más ligeras que las gran fondo, lo que por supuesto influye en la potencia y la velocidad que estés pensando en sacarle. Es una bicicleta que trata de ahorrar gramos en cada una de sus partes: desde el material del cuadro hasta el portabotellas.
En cuanto a la geometría, la pipa de dirección es más corta y el tubo de dirección más largo que las de una gran fondo. Puedes reconocer también esta bicicleta por la posición de los ciclistas, que se estiran hacia delante en lugar de permanecer erguidos.
Los expertos dicen de ella que es una bici ‘nerviosa’, por la agilidad y la aerodinámica de los movimientos que podemos sacarle. Un verdadero bólido en el descenso de un puerto, en los modelos más caros, ideal para quienes quieran primar la velocidad y los itinerarios más intensos.
Aero
El modelo más veloz, sin llegar a los niveles de las bicis de triatlón. Una hija bastarda, siempre a mejor, de las escaladora, y pensada para terminar de afinar las necesidades del sibarita pedaleador cuando no quiere renunciar a una mayor velocidad. Estéticamente se parece mucho a la escaladora, pero la aerodinámica cambia de forma radical: una geometría más ancha, por ejemplo, permite que el rozamiento del aire sea el mínimo posible. Donde mejor funcionan es en los terrenos llanos y las bajadas no demasiado reviradas.
Geometría clásica
La que ‘conoce todo el mundo’. Un modelo equilibrado entre todos los anteriores: geometría (ni tan larga ni tan corta como las otras); eficiencia, comodidad y versatilidad para el tipo de terreno y ruta que busquemos. Lo bueno de elegir este modelo es que es difícil equivocarse, vale para casi cualquier uso y trazado. Lo malo es que para determinados tipos de sensaciones —un cansancio más leve en rutas largas o emprender intensas carreras de velocidad— siempre va a estar un paso por detrás de los modelos anteriores.