Frenos, aceite o filtros: cómo revisar el coche para no tener sustos tras el teletrabajo
Si vas a volver a coger el coche para reincorporarte al trabajo presencial, más vale que sigas estos consejos
Aunque esta segunda ola de pandemia parece haberse unido a la primera, los teletrabajadores empiezan a acudir en mayor medida a sus puestos de trabajo habituales. Si tu idea es evitar el transporte público, foco importante de posibles contagios, y hace siglos que no coges el coche, pero es la mejor opción para acercarte al curro, te damos unos consejos para ponerlo a punto fácilmente tras tanto tiempo aparcado.
La idea esencial es que no nos deje tirado a las primeras de cambio, y además evitar cualquier posible accidente. Disfrázate de mecánico ducho en la materia y, antes de empezar a tocar tornillos, filtros y demás, emplea unos minutos en revisar los papeles para cerciorarte de que el seguro esté vigente, la ITV pasada y demás. Una vez hecho esto, toma nota de estos breves pero prácticos consejos de puesta a punto.
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Motor y líquidos
No te vamos a pedir que saques y desmontes el motor, ni mucho menos, pero revisar los niveles de los líquidos como aceite, frenos, anticongelante, etc, es algo de lo más básico. Si no lo has hecho nunca, lo primero de todo es situar el coche en un plano lo más llano posible. Ojo que muchos garajes no lo parece pero están en cuesta, con lo que los líquidos no están estables. Levanta el capó, busca el indicador del depósito de aceite del motor y mira que la varilla esté en el nivel exigido, ni por encima de máximo ni por debajo de mínimo. No olvides el trapo para limpiar la varilla, repetir la operación y, si está OK, volver a cerrar el depósito.
Echa un ojo a los bajos y al suelo para comprobar que no ha habido pérdidas durante el confinamiento ni han salido humedades ni manchas de óxido. Activa el encendido (mediante llave o botón) a ver si alguna señal alerta de alguna falla, y de paso echa un ojo a los kilómetros totales del odómetro, a ver si la siguiente revisión pilla cercana y en vez de hacerlo tú personalmente pagas la comodidad de una puesta a punto en tu taller.
No digo nada de la batería porque está claro que al girar la llave o dar al botón te vas a dar cuenta si es necesario cambiarla o no. Si es necesario sustituirla, es fundamental que en la tienda elijas una con las mismas indicaciones de la que cambias. Verifica si es necesario en el libro de instrucciones la potencia necesaria. Además, si sabes dónde están los filtros, echarles una visual tampoco te va a quitar mucho tiempo y a lo mejor ves que alguno está tan tupido que mejor ir a una tienda de repuestos y sustituirlo. Se pueden limpiar y rebajar la cantidad de suciedad, pero si lo ves sucio de verdad, lo mejor es cambiarlo
Luces y parabrisas
Ver y ser visto. Es la máxima que rige el buen estado de las luces de un vehículo. No cuesta nada emplear un minutito o dos en comprobar que posición, cortas, largas, intermitentes, freno, antiniebla, marcha atrás y las interiores funcionan correctamente. Hace dos o tres décadas era posible cambiar uno mismo las bombillas fundidas. Yo mismo lo hice varias veces en un Renault 12 y un Fiat Tipo. Ahora hay que desmontar, prácticamente, medio coche para cambiarlas. Complicado hacerlo uno mismo, pero si puedes, ¡adelante!
En el mismo orden de cosas, los cristales deben estar lo más limpios posible. El parabrisas no debe tener ningún desperfecto y si ves que las escobillas están muy trilladas, no dudes en cambiarlas, pues en caso de lluvia una buena visibilidad nos puede evitar un accidente grave. Si no lo hiciste en el punto anterior, verifica que hay agua en el depósito del limpiaparabrisas. Lo habitual es echar agua y olvidarte del asunto. Si puedes echar algún producto específico para cristales, mejor que mejor. Y ahora que llega el invierno, unas gotitas de anticongelante vendrán de lujo.
Neumáticos
Podemos tener el coche más bueno y caro del mundo que sin unos neumáticos en condiciones sus prestaciones se verían minimizadas sin lugar a dudas. Siendo conscientes de que es el único punto que une el coche al asfalto, más vale que los revises bien, posibles grietas, estado del dibujo –recuerda un mínimo de 1,6 mm que puedes medir con una moneda de euro- y con las presiones correctas, que puede ser que hayan perdido algo durante el tiempo que ha estado parado.
Y si tu coche tiene rueda de repuesto, lo mismo, más vale prevenir que curar. Cualquier bulto o deformación es sinónimo de acudir a un taller para cambiar los neumáticos.
Amortiguadores y frenos
Es quizá lo más complicado para la mayoría de los mortales, lo normal es que se revise siempre en el taller. Pero si eres de esos afortunados que entiendes y sabes comprobar estos elementos, es importante que eches un ojo al grosor de las pastillas, escuchar en las primeras frenadas que no haya roces extraños, y que al sentarte sobre ellos los amortiguadores cedan mínimamente sin chirridos ni crujidos extraños. En caso de duda, taller al canto y que sea un profesional el que tome la decisión de sustituir o no los mismos.
Aire Acondicionado y maletero
No es lo más importante de todo, pero conviene verificar que el sistema de aireación y ventilación cumple su función perfectamente. El gas de la climatización se puede haber gastado o perdido, con lo que una rápida comprobación con el coche encendido nos dirá si necesitas recargar el mismo. Si no enfría o no calienta en un tiempo estimado normal, habrá que recargar el gas.
¡Ah! Si miras en el maletero a ver si has almacenado en los últimos tiempos algo que represente un peso absurdo y que debes sacar, mejor. Todo peso innecesario que arrastres representa un mayor consumo y más distancia de frenado.
Ahora sí... ya estamos preparados para volver a ponernos al volante con seguridad y desplazarnos a nuestro lugar habitual de trabajo.