Hay muchas formas de comprar un coche. Por medio de un concesionario, de paquete, de segunda mano, a través de un intermediario o de importación, este último un mecanismo con muchísima repercusión hace unos años pero del que parece que se ha dejado de hablar, o de importar, en los últimos tiempos. Cuando escuchabas que alguien traía un coche importado de Alemania tus ojos se abrían y brillaban porque esperabas un vehículo majestuoso teniendo en cuenta que Alemania es un país con gran tradición automovilística donde se crean algunos de los mejores modelos.
Por eso mismo en los tiempos de auge de la importación de coches Alemania parece que era un destino más que recurrente no solo por calidad automovilística, también por ser uno de los mercados de ocasión o segunda mano más interesantes. Incluso con el viaje, el papeleo o el transporte la compra en Alemania de un coche de alta gama o de lujo podía salirte más rentable, lo que ha empujado a muchos amantes del motor a desplazarse al centro de Europa para traerse a casa su deseo de cuatro ruedas. Ahora bien, esto requiere de un proceso y unas gestiones, por lo que aquí van unos consejos para hacer una compra de lo más segura.
Actualmente España es un mercado mucho más competitivo de lo que creemos, por lo que es necesario que se valore bien si el viaje a Alemania y la importación de tu coche verdaderamente vale la pena. Aún así el precio de compra y los impuestos en Alemania suelen ser más bajos, por lo que ya es un punto a favor para decidirte por la importación. Pero lo bueno que tiene el mercado alemán es que los coches de alta gama pasan su primera ITV a los tres años y muchos conductores reemplazan su vehículo, por lo que hay una gran cantidad de oferta en cuanto a coches de lujo de segunda mano que están prácticamente nuevos y con muy pocos kilómetros de rodaje.
Sin embargo, antes de poner rumbo a tierras alemanas debes tener muy claro a por lo que vas, ya sea porque has contactado con un particular y sabes la compra que vas a hacer con total seguridad o porque has estado navegando por tiendas de coches o páginas especializadas de tal forma que has comparado todos tus intereses unas 80 veces y, después de darle vueltas y vueltas con la almohada, ya te has decidido por uno. En esas páginas especializadas la búsqueda cada vez es más sencilla porque puedes personalizarla con, por ejemplo, el precio que estás dispuesto a pagar, el tipo de combustible o el modelo en el que estás interesado.
Muchas empresas realizan toda la tramitación e incluso se encargan de importar tu nuevo coche hasta España, pero eso tiene un coste mucho más elevado, así que en la mayoría de ocasiones el ir hasta Alemania, aún teniendo los gastos de transporte y hospedaje, sale más barato. Para ello, claro está, habrá que buscar vuelos y hoteles medianamente baratos y luego mirar si te compensa más la movilidad en transporte público o alquilar un coche para esos días. La vuelta a España tiene dos opciones, como te decíamos puedes optar porque una empresa te lo traiga o, por el contrario, venir conduciendo tú desde Alemania hasta España.
Y ahora viene, quizá, la parte más complicada, el papeleo. Lo primero es revisar el coche junto a la documentación, ver que todo está bien, coinciden los datos y tienes todos los papeles en tus manos, así como la ITV alemana pasada. Esos sí, recuerda tener siempre contigo la factura de la compra o el contrato, este último en caso de que la compra se haga a un particular. Además, al comprar el coche en Alemania hay que pasar una inspección técnica para revisar los puntos clave del vehículo, así como hacerte con unas placas provisionales y un seguro temporal hasta que llegue a España, para lo que tendrás que presentar algunos documentos como el certificado de revisión de gases o el de la ITV, siendo este el paso más complicado si no dominas el alemán.
Pero una vez consigues tener todo en regla y volver a España con tu nuevo coche no todo ha terminado, pues quedan las gestiones patrias. Para terminar de dejar todo en regla es necesario que un intérprete traduzca el contrato del alemán al español, aunque debes guardar siempre la copia original. Luego debes hacerte cargo del Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica y también de la matriculación. Ya solo queda pasar la ITV con los papeles en regla y la confirmación de la ITV alemana y listo, podrás conducir tu nuevo coche con total libertad sobre el asfalto.