Aston Martin, mucho más que una marca de coches de cine: la historia detrás de este mito del lujo al volante
2 Litre Sports, Vantage, Lagonda y Atom. Aston Martin es sinónimo de coches míticos que desde 1922 han emocionado a los aficionados al motor
La verdad es que cualquier amante de los coches se enfadaría contigo si al hablar de la marca Aston Martin tu única analogía fuera para James Bond y esos faros delanteros que se retraen para que aparezcan dos lanzamisiles. Esta marca es mucho más que la cara bonita de un agente secreto que lo mismo toma las curvas apurándolas que se revuelva con una señorita en el asiento de atrás. Coches deportivos de lujo con una elegancia apta solo para los bolsillos más holgados. Reputación de alta calidad, diseño y tecnología siempre pensada para romper sus propios límites en el terreno de la conducción.
Te contamos un poco de su historia.
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Cómo nace Aston Martin
El año es 1913, y los dos nombres que debes conocer son los de sus creadores: Lionel Martin y Robert Bumford, que registran el primer nombre de la empresa: ‘Bumford & Martin Limited’. Martin, en concreto, era piloto. Puede decirse que su criatura nace al mismo tiempo que su primer triunfo en el terreno del motor competitivo. En 1913 gana Aston Hill, una carrera de acceso rápido de Inglaterra, pero no es hasta 1922 cuando la empresa mete el morro en competiciones importantes. Dos de sus coches Aston Martin se meriendan a otros pilotos en el Gran Premio de Francia.
Un ascenso meteórico que se estrella demasiado pronto contra el suelo. Casi en paralelo a la fama en las carreras de competición aparecen las dificultades económicas, que llevan a la marca a la quiebra en 1925, y de nuevo, en un acelerón fulgurante, la rescatan los inversores en el 26. Ya con las patas económicas bien sujetas, Aston Martin empieza a producir nuevos coches y a ganarse su reputación mundial. En el 28 consigue su primer ascenso a los cielos: uno de sus coches entra en las 24 horas de Le Mans.
Ascenso de Aston Martin
El primer modelo que llama la atención del mundo es el Aston Martin 1,5 L, en consonancia con el éxito de la empresa en esta década, su ascenso rápido en los mentideros y el aumento de la producción de coches. ‘Esta gente es buena en lo que hace’. Para finales de la década de los 30 ya ha fabricado casi 140 coches, y en el 39 se estrenan con otro acelerón y le regalan al mundo su primera belleza: el Aston Martin Atom, un vehículo de diseño revolucionario con carrocería tubular.
Aún tiene que llegar a la compañía otra de las mentes que redirigen el rumbo de Aston Martin hacia nuevos éxitos. Hablamos de David Brown, un industrial hijo de la guerra que se había enriquecido con el negocio de los tractores. Compra la empresa en 1947 por solo 20.000 libras y la muda a Hansworth Park, momento en el que sacan las primeras series de otro de sus bebés: el DB1, también llamado 2 Litre Sports. Valía 1498 libras y tenía un motor único, que no utilizaron para ningún otro coche. Le Mans sigue ahí, un circuito encantado con los éxitos de la marca Aston Martin. Varias victorias de estos coches siguen mandando el mismo mensaje al mundo: ‘Esta gente sabe lo que hace’.
A partir de aquí, la marca perfecciona los modelos que le llenan la boca con las mieles de la velocidad y del éxito en los circuitos del mundo. Nace el DB2/4, el DBR1, el DB MKIII y el DB4. Todos los Aston Martin, desde 1950, llevan estas siglas, que representan el nombre de su propietario y son el signo distintivo de sus éxitos en competiciones tan distintas como Le Mans, los 1000 Km de Nürburgring, en el 59. Hay que tener en cuenta que, paralelamente a sus modelos de competición, la marca ya estaba produciendo modelos para los consumidores de buen poder adquisitivo. De estos años puede destacarse su colaboración con la marca italiana de carrocería Zagato y el modelo exclusivo de coche que alumbran juntos: el A.M DB4GT Zagato, preludio de otro éxito en el GP de Monza y el nacimiento de uno de los modelos más míticos de la marca: el DB5.
Más modelos llegan en los años 70, y desgraciadamente, también otra quiebra y otro rescate. La compañía pasa a manos de George Minden, Peter Sprague y Alan Minden, y ya con energías nuevas, se marca un parto fabuloso: el A.M. Lagonda, que muchos recordarán. Queda solo otro hito fuera de los habituales de la marca y la producción de coches apasionantes: la entrada de Ford, que adquiere el 76% de la compañía (vuelve a venderla en 2007).
Las últimas bellezas de la marca son muy conocidas por los aficionados al motor competitivo y los coches de lujo. Algunos de los más sonados son el Aston martin Vantage, el Mirage o el DB7.