Debemos reconocerlo. Llevamos siglos conduciendo y aún dudamos a la hora de entrar y salir de una rotonda con nuestro vehículo. Lo de la prioridad más o menos lo tenemos claro, pero lo de los intermitentes y, sobre todo, los carriles adecuados para sortear la glorieta de manera correcta, no termina de entrarnos en la cabeza. Vamos a ver si con esta breve guía ganamos soltura y tranquilidad a la hora de afrontar una rotonda.
No sabemos el porcentaje exacto, pero son muchos los conductores que infringen el código de circulación al pasar una glorieta. La Dirección General de Tráfico nos lo pone fácil y nos proporciona un decálogo para que, con ayuda del sentido común, entendamos de una vez por todas qué hacer ante una rotonda.
Una glorieta es un tipo de intersección caracterizado por que los tramos que en ella confluyen se comunican a través de un anillo en el que se establece una circulación rotatoria alrededor de una isleta central. Por lo tanto, no se consideran como tal las glorietas partidas.
Lo sabremos si, previamente, nos encontramos con la señal S-200; y desde luego si reúne las características anteriormente señaladas. En cambio, hay que tener especial cuidado con las señales P-4 y R-402, ya que por sí solas no indican que la intersección a la que se refieren sea una glorieta
La circulación en una glorieta se mueve siempre en sentido contrario a las agujas del reloj.
Sabemos que en un cruce o intersección normal rige el principio de prioridad a la derecha. En una glorieta sin señalizar la preferencia siempre la tienen los vehículos que se encuentran circulando por el anillo circular respecto a quienes van a acceder a ella.
De existir señalización antes del acceso a la rotonda, los conductores se atendrán a la misma. A veces, la prioridad de los que están circulando por la glorieta se refuerza con señalización vertical y horizontal de ceda el paso para quienes van a acceder a la misma.
Empieza a complicarse la cosa, pero en el fondo es muy fácil. Elige el que consideres que se ajusta mejor a la dirección que vas a seguir. Si, por ejemplo, vas a tomar la última salida, o bien el carril exterior está muy congestionado porque la mayoría de los vehículos van a tomar la siguiente salida, elige los carriles interiores. De esa forma, además, permitirás la incorporación a la glorieta de otros vehículos que están esperando.
El segundo y peliagudo quid de la cuestión. Para acceder a la glorieta, aunque es obligatorio indicar el cambio de dirección a la derecha, en algún caso -sobre todo si la siguiente salida está muy próxima- no se recomienda su uso para evitar que los demás interpreten que va a tomar esa salida.
Cuando circules por el interior, no lleves puesto el intermitente izquierdo para indicar que vas a continuar girando; utilízalo solo para efectuar los cambios de carril, y pon el indicador derecho para anunciar la salida.
Cuando vamos a abandonar la glorieta. No te compliques. Eso sí, debemos señalizarlo con suficiente antelación, pero no antes de haber sobrepasado el eje longitudinal de la anterior salida, para evitar que se malinterprete nuestra intención y se crea que vamos a salir por ella.
No. Terminantemente prohibido… salvo que la circulación dentro de la glorieta estuviera convenientemente señalizada y encauzada mediante marcas viales; en ese caso, la salida podría efectuarse desde el carril interior y el de la derecha. Aunque, recuerda, si el carril exterior no estuviera ocupado, la norma te obliga a utilizarlo.
Al margen de la excepción señalada, no debemos olvidar que el principio general de seguridad que ofrece este tipo de infraestructura es que la salida se efectúe desde el carril exterior. Si no has podido situarte a tiempo en el carril de la derecha, no te detengas en medio de la glorieta esperando a que te dejen pasar para salir. Y tampoco fuerces la salida cortando la trayectoria a los que están en el carril exterior. Recuerda: ¡No tienes prioridad!: da una vuelta más y procura situarte con suficiente antelación en el carril exterior.