Hablemos de potencia: motores que marcan la historia reciente

Una moto, un coche, un tanque, un avión, un barco e incluso una locomotora. Muchas veces hablamos de motores, de potencia, sin tener una perspectiva clara de lo que significa realmente. La mayoría de nosotros no sabe si es más potente un tanque, un avión o un barco de carga. ¿Y entre el F1 de Hamilton, la moto de Marc Márquez y una locomotora caterpillar? Si tienes curiosidad por aprender un poquito más sobre motores, no te pierdas lo que te contamos a continuación. Sorprendente.

El ocho veces campeón del mundo –seis en MotoGP- no pasa su mejor momento, convaleciente de una operación de hombro tras una terrible caída. Mientras apura las fechas para volver a la parrilla, hablamos un poco de su moto. La Honda RC213V es, junto a la Ducati, la más potente de la parrilla. Su potencia está en torno a los 250 CV y alcanza velocidades superiores a los 350 kilómetros por hora.

No parece mucha potencia, pero su motor de 4 cilindros y 1.000 centímetros cúbicos se aloja en una motocicleta con una aerodinámica y unos materiales a cual más ligero para obrar el milagro de una estabilidad y una aceleración realmente espectacular. Y en manos de Marc Márquez se convierte, sin duda, en un arma de las más eficaces del planeta.

El Mercedes-AMG-Petronas F1 que pilota este 2020 el seis veces campeón del mundo Lewis Hamilton es una máquina realmente sofisticada. Con un motor híbrido denominado W11, con su propulsor de combustión y una unidad eléctrica que también ofrece una buena parte de potencia, se calcula que este monoplaza llega a los 1.000 caballos de potencia –las cifras exactas son el secreto mejor guardado de cada escudería-, pero el mes pasado se filtró la cifra de 1.022.

La parte térmica del W11 es un V6 de 1.6 litros de cubicaje, 4 tiempos y turboalimentado, que puede alcanzar las 15.000 revoluciones por minuto. A pesar de ser cuatro veces más potente que la moto de Márquez, en un circuito el F1 apenas es capaz de rodar unos pocos segundos más rápido que la Moto GP.

Todos hemos visto películas de guerra en la que los tanques se abren paso ante cualquier obstáculo, capaces de mover muchas toneladas de peso y arrasar con todo lo que se encuentran a su paso. Fueron muchos tanques los que contendieron en la Segunda Guerra Mundial: los Cromwell y los Centaur británicos, los Panzer alemanes, los Sherman, los Cavalier, los Crusader, los Valentine… es cierto que unos eran ligeros, otros de crucero, otros de infantería, otros pesados… elegimos uno tipo crucero para nuestra comparación el Mk VIII Cromwell británico, con un motor Rolls-Royce Meteor V12 que contaba con una potencia de… 600 CV y ya velocidad máxima de 64 km/h.

Difícil mover 28 toneladas de peso –la mayoría en blindaje- más la munición del QF de 75 milímetros, las dos ametralladoras Besa de 7,92 mm y los 5 hombres a bordo –comandante, artillero, cargador, conductor y copiloto-. Así pues, aunque muchos pensábamos hasta ahora que contaban con una potencia descomunal, apenas tiene dos veces y media la potencia de la Honda de Márquez y sólo un poco más de la mitad del Mercedes F1 de Hamilton.

La última generación de maquinaria de carga y construcción alberga en su corazón un motor de gran potencia y, sobre todo, de gran cilindrada. Aquí no se trata de lograr velocidad, sino de fuerza para, transportar, levantar, tirar y cargar todo tipo de elementos de construcción, o ser capaces en cualquier cantera. Así, la DF 8 Caterpillar, que se utiliza principalmente en los trenes de carga, tiene un motor de 16 cilindros y 295 litros de cubicaje, que arroja la friolera de 6.500 CV de potencia.

Este motor de gasolina, además, tiene el apoyo de un motor eléctrico que suma más fuerza a las ruedas motrices de la maquina principal. Esta máquina puede arrastrar sin problemas de docenas y docenas de vagones con un buen número de toneladas de carga cada uno. Así pues, hablamos de 26 veces la potencia de la Honda de Márquez, 6,5 la del Mercedes de Hamilton, o 10 veces más que el tanque de la Segunda Guerra Mundial.

En el momento de su nacimiento, 1994, el Boing 777 fue el avión comercial de reacción bimotor más grande del mundo, con capacidad para transportar a 500 pasajeros, con una autonomía de más de 17.000 kilómetros. Sus dos motores turbofan son el culmen de la ingeniera aeronáutica, siendo los de mayor diámetro de la aviación comercial mundial.

Son tres los proveedores de motores con los que ha contado Boing: General Electric con el GE90, Pratt & Whitney con el PW4000 y hasta la misma Rolls-Royce con el Trent 800. Su potencia se estima que supera ligeramente los 100.000 CV. Habría que poner juntas 400 motos como las de Márquez o 100 coches como los de Hamilton para igualar la potencia de uno sólo de estos motores.

Los motores más grandes y potentes del mundo se esconden en las tripas de los barcos de carga de contenedores y súper petroleros. En concreto hablamos del motor Wartsila-Sulzer RTA96-C, que tiene la friolera de 109.000 CV de potencia. Todo en este motor es superlativo, desde su potencia, hasta la cilindrada, ya que hablamos de 25.480 litros de cubicaje. Es un monstruo de 26 metros de largo y 16 de alto, pesa 2.300 toneladas y cada uno de sus 14 cilindros se queda con una potencia de casi 8.000 CV.

Si grande es el motor, no te imaginas cómo debe ser el depósito, ya que consume cerca de 6.300 litros de fuel cada hora. Ante estas descomunales cifras, sorprende que su giro sea de apenas 100 revoluciones por minuto. Si de nuevo tomamos la Honda Moto GP de Márquez, estamos hablando de 436 veces la potencia de su pequeño motor, o 109 veces la potencia del F1 de Hamilton. Escalofriante.