Gasolina, diésel o eléctrico: ¿qué motor elegir según el uso diario de cada conductor?
Todos soñamos con tener un buen coche, pero, a la hora de la verdad, puede ser difícil decantarse por uno
La lucha contra el cambio climático ha obligado a las grandes empresas a buscar alternativas a los combustibles fósiles y a ampliar su oferta en el mercado
Se debe tener en cuenta las características técnicas del vehículo, qué uso se va a hacer del coche y si está dentro del presupuesto
Elegir un buen coche nunca ha sido tan complicado. En los últimos años, la amenaza del cambio climático ha obligado a los fabricantes a buscar soluciones sostenibles que reduzcan sus emisiones a la atmósfera, y poco a poco los concesionarios se han ido llenando de motores alternativos a los combustibles tradicionales de gasolina y diesel. Ante esta situación, es normal que pasemos semanas comparando precios y folletos en busca del automóvil que más se ajuste a nuestras necesidades. Para ayudarte en tu elección, aquí tienes una lista con las principales ventajas de algunos de estos motores en función del uso que les vayamos a dar en nuestro día a día.
Diesel
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Desde que en 1987 se lanzó al mercado el primer automóvil propulsado por diésel, este combustible ha gozado de una gran popularidad entre los usuarios. Sin embargo, en los últimos años la lucha contra el cambio climático y el escándalo del dieselgate le ha hecho perder el favor del público, y ya hay varias marcas que han renunciado a seguir produciendo este tipo de motores.
Aun así, si atendemos solo a sus prestaciones, el diesel sigue siendo la mejor opción para quienes recorran más de 20.000 kilómetros al año, ya que es más eficiente que sus competidores. Además, su mayor par motor hace que este tipo de vehículos sean especialmente efectivos en terrenos no urbanos, asi que, si sueles moverte lejos de la ciudad, tal vez deberías centrar tu búsqueda en los modelos que utilicen este carburante.
Gasolina
La gasolina permitió el auge del sector del automóvil allá por 1886 y, desde entonces, los motores propulsados por este tipo de combustible han sabido mantenerse en el mercado gracias a una constante renovación. Ahora que el diésel está pasando por malos momentos, los vehículos que utilizan este carburante han ido aumentando sus ventas hasta concentrar la mayor parte de las matriculaciones del sector. ¿Su principal ventaja? Que son muy asequibles.
No obstante, a pesar de que estos automóviles son más baratos que los demás, la gasolina consume más que otros combustibles y es más cara, por lo que, si hacemos muchos kilómetros, deberíamos descartarlos. En resumen: si conduces menos de 20.000 kilómetros al año y tienes un presupuesto ajustado, los vehículos que usan motores de gasolina son tu opción ideal, pero si sueles hacer muchos viajes y tu cartera te lo permite, mejor buscate otro.
Eléctrico
Los vehículos eléctricos son la alternativa más popular a los combustibles fósiles. Según los datos de la ACEA, la patronal europea de fabricantes automovilísticos, en 2020 las ventas de este tipo de automóviles en Europa se ha duplicado hasta alcanzar las 387.808 unidades, una cifra que confirma la buena aceptación que han tenido estos coches. En los próximos años, está previsto que estas cifras vayan en aumento y que la oferta de las marcas crezca con modelos cada vez más eficientes, pero hoy por hoy los vehículos eléctricos tienen un handicap que limita bastante su uso: su autonomía.
A pesar de que los últimos avances tecnológicos han mejorado sus prestaciones, la autonomía de estos coches sigue siendo inferior a la de sus competidores y un factor a tener muy en cuenta si vamos a realizar viajes largos, ya que la escasez de puntos de recarga eléctrica en las carreteras puede hacer que nos llevemos un buen susto. Además, sus tiempos de recarga son bastante elevados. No obstante, si no sueles recorrer grandes distancias y si te sueles mover por un ambiente urbano, estos vehículos pueden ofrecer grandes ventajas.
Híbrido
Es el punto intermedio entre los carburantes fósiles y las alternativas más ecológicas. Los vehículos híbridos cuentan con dos motores: uno convencional, normalmente de gasolina, y otro eléctrico, lo que le permite ofrecer la autonomía de los combustibles tradicionales y reducir sus emisiones contaminantes a la atmósfera. No obstante, estos coches son más caros que sus competidores, por lo que resulta difícil amortizarlos si no solemos recorrer grandes distancias al año.
Hidrógeno
El hidrógeno está llamado a convertirse en el combustible del futuro, pero, a diferencia de la alternativa eléctrica, los vehículos propulsados por este gas todavía no han calado entre la población. Estos automóviles, que se mueven gracias a la electricidad que se produce en una pila de combustible en la que se mezclan hidrógeno y oxígeno, tienen hoy en día tantas ventajas como desventajas. Por un lado, son unos modelos completamente limpios y respetuosos con el medioambiente que pueden aportarnos la misma autonomía que un vehículo convencional; por otro, son extremadamente caros.
Esto último se debe a que son vehículos que utilizan una tecnología muy incipiente, por lo que todavía tienen unos costes de producción muy elevados. Además, hoy en día carecen de una buena red hidrogeneras, por lo que resulta muy difícil viajar con ellos. No obstante, con el paso del tiempo aparecerán nuevos métodos de producción que reducirán los costes y harán que estos vehículos sean accesibles para todo el mundo. O, al menos, eso es lo que se espera.