No habrán sido pocas veces las que en tu propio coche se ha encendido un testigo en el panel que por mucho que miremos su dibujo o sus siglas somos incapaces de interpretar qué significan. Unos se encienden nada más arrancar el vehículo y otros pueden aparecer sin previo aviso. El no saber su verdadero significado a veces nos puede llevar a preocuparnos más de lo que realmente deberíamos, por eso conocer o simplemente saber qué es nos puede decir mucho sobre las funcionalidades de nuestro coche.
Muchas de las siglas tienen que ver con el frenado, una de las funciones más importantes de un coche para la seguridad de los ocupantes y de los demás conductores. Estos sistemas permiten que el coche pueda funcionar perfectamente en cualquier terreno sin que haya problemas.
Esta función de los los vehículos suele conocerse con las siglas ESP, aunque dependiendo del fabricante puede varias y puedes encontrarte con VDC, ESC, VSC o DSC. Este es uno de los sistemas más importantes de cualquier coche debido a que comprueba que el movimiento que el conductor marca con el volante se corresponde con la dirección que el vehículo está tomando.
Para cumplir con su función tiene varios sensores que permiten que se mida el ángulo de la dirección la velocidad con la que las ruedas deben girar para que el vehículo tome la dirección que como conductores hemos decidido. Su principal cometido está en las curvas, pues consigue prevenir los accidentes por derrape, pero para ello también es necesario el buen estado de los neumáticos, pues si no pueden adherirse correctamente a la superficie el sistema no puede cumplir con su función tal y como debería.
Otro de los sistemas más importantes de un coche es el control de tracción, que suele conocerse con las siglas ASR aunque también es normal verlo con las de TCS. Su principal cometido es prevenir que las ruedas de vehículo pierda adherencia para que el coche no patine cuando se acelera, se frena o el suelo es deslizante por la lluvia o la presencia de nieve o hielo.
¿Cómo funciona? Cuando una de las ruedas comienza a patinar este sistema reduce su potencia, y si otra también comienza a perder adherencia directamente se reduce la potencia del motor hasta que los neumáticos recuperen su adherencia a la superficie y se pueda conducir con normalidad y, lo más importante, con total seguridad.
Lo primero que debes saber es que las funciones de los dos anteriores sistemas dependen, en parte, del sistema antibloqueo de ruedas (ABS) que permite variar la fuerza del frenado para que los neumáticos no se resbalen sobre la superficie mientras se realiza esa acción. El sistema de frenado y el ABS funcionan de forma conjunta debido a que están conectados y, desde 2004, es obligatorio que todos los coches nuevos que se comercializan en la Unión Europea dispongan de este sistema.
Su principal función es evitar que los frenos bloqueen las ruedas. A través de varios sensores este sistema permite que cuando pisemos el pedal de freno no se bloquee el neumático al controlar la presión que los frenos ejercen sobre las ruedas. Por supuesto, para que funcione correctamente es necesario que tanto los frenos y sus elementos como los neumáticos se encuentren en buen estado. En pocas ocasiones es necesario desactivar la función, una de ellas es cuando se conduce por nieve, pues alargar la distancia de frenado en ese momento no es lo más recomendable.
Por lo general, cada vez que se arranca el coche se enciende su testigo pero al momento se apaga. En la mayoría de modelos, si mientras de circula se enciende, puede que signifique que hay un fallo en el sistema que hay que revisar, ya que puede alterar otras funciones como el del ESP o el ASR.
Son muchos los secretos que esconden los vehículos que probablemente desconoces, saber interpretarlos es importante para el correcto funcionamiento del coche y conocer si existe algún problema. No hay que ser un gran experto en las cuatro ruedas pero sí por lo menos tener unos conocimientos básicos para no llevarnos un posible disgusto en carretera.