No falta un verano sin que nos despertemos con decenas de reportajes sobre la operación salida, el precio de la gasolina o el anciano desorientado que condujo 40 km en sentido contrario hablando con una cabra en el maletero. Curiosidades, anécdotas; algunas trágicas, otras más útiles cuando se trata de conocer peligros a los que no prestamos atención durante la conducción. Y te prometemos que hay algunos en los que no has pensado.
A primera vista, calor y tasa de alcohol no parecen tener mucho que ver, pero según un último dato ofrecido por la Guardia Civil, deberías empezar a prestar más atención a cuántos grados tienes dentro del coche mientras conduces. Menos sacar la mano por la ventanilla y hacer el barquito que remonta las olas, y más cuidarse del efecto horno.
El dato nos lo ha dado tanto la Guardia Civil como la DGT en uno de sus tuits de los últimos días: una temperatura de 35 grados o superior dentro de tu coche es igual a una tasa de alcohol en sangre de 0.5 gramos por litro. Estarías en el límite justo que marca la ley para que la autoridad no te parara para hacerte la prueba de alcoholemia y te hicieran soplar con una rodilla levantada en la postura de la grulla.
Recordemos que la tasa de alcoholemia máxima en sangre que permite la ley son esos 0.5 g por litro (0.25g/ L de aire aspirado). La cosa es muy grave, con la correspondiente sanción, pérdida de puntos o incluso la retirada del carné, si se llega a 1,2 g de alcohol por litro. Solo tienen un pase o una horquilla un poco mayor en los conductores profesionales, que pueden tener hasta 0,30 g por litro.
Pero pongamos el dato de la temperatura del interior del coche en números: en un hombre de entre 30 y 70 años esta tasa de 0,5 equivaldría a haberse tomado un par de cervezas, y en una mujer, un tercio de una rica y fresca Mahou o una copa y media de vino.
Es un peligro real, por tanto: calor y coche. España, en verano, es una sartén, con muchas zonas geográficas en las que es muy fácil alcanzar estas temperaturas y rebasarlas con cierta holgura. A esto hay que añadir lo sencillo que es aumentar los grados dentro de un coche en movimiento, con una temperatura que puede superar varios grados a la del exterior.
Con la ayuda del aire acondicionado, las paradas y las precauciones que tomemos durante el viaje podemos hacer trabajo suficiente para no rebasar estos 35 grados que pueden ponernos en un verdadero aprieto si nos para la autoridad. No creemos que te imagines diciéndole al policía: es el calor, señor agente, no le gusto. Sería como recordar a ese perro que se comió tus deberes.
La DGT nos recomienda buscar una temperatura interior del coche que esté entre los 20 y 24 grados. Ni helados como el ala de un pingüino ni haciéndole la cama al azar para que nos traiga esta tasa de alcohol salida de no se sabe dónde.
Esto ya lo sabes: el calor le sienta fatal a nuestro cuerpo urbanita de placeres sencillos: aire acondicionado y piernas estiradas. No es muy distinto cuando conducimos, tenemos el aire acondicionado estropeado y nuestro coche va convirtiéndose poco a poco en un microondas rodante.
Para empezar, a más grados, más baja nuestra capacidad de reacción y nuestros reflejos. No es que vayamos a convertirnos en ciegos de bastón, pero tenderemos un poco al juicio defectuoso. El calor hace que estemos más cansados y nos entre un sueño criminal que nos impide hacer bien, literalmente, cualquier cosa. A 35 grados puede hacer que percibamos hasta un 15% menos de las señales de tráfico. No solo vemos peor, sino que además hay una cierta deformación en nuestra manera de ver por efecto del aire caliente.
Lógicamente, si estamos pensando ya en las vacaciones y en hacer un viaje largo, el calor del coche es un dato que vamos a tener en cuenta. Habrá que prepararse con antelación y revisar el estado del sistema de aire acondicionado, especialmente si el viaje es largo y vamos a pasar mucho tiempo en el interior del coche, y todavía más si la zona a la que nos dirigimos está en esas zonas calientes patrias que en verano rebasan los 35 grados con holgura.
Si nuestro coche es antiguo y forma parte de un parqué de vehículos casi en extinción, razón de más para ponerlo a punto antes de la partida.