A raíz de la pandemia de covid-19, la popularidad de las autocaravanas y campers aumentó exponencialmente en España. Si siempre habían sido vehículos ideales para viajar en familia o con amigos, el coronavirus los convirtió también en una de las fórmulas más seguras al facilitar la falta de contacto con personas fuera del entorno de confianza. A pesar de ello, comprar una autocaravana hoy puede no ser la mejor opción. Según los datos del 6º Observatorio del Caravaning en España, el interés por este tipo de vehículos se mantiene, pero las ventas se han estancado.

En 2023 las matriculaciones se frenaron y las ventas de caravanas disminuyeron un 17%, según datos del estudio elaborado por Cetelem en colaboración con Aseicar y la revista AutoC. ¿Por qué se están dejando de comprar estos vehículos si siguen siendo una opción excelente para disfrutar de la naturaleza y descubrir nuevos lugares? Mucha de la culpa la tienen los elevados costes asociados a su compra y mantenimiento, pero también se podrían esgrimir factores como la incertidumbre en el mercado de reventa.

Como decíamos antes, la pandemia disparó la popularidad de las autocaravanas, que pasaron a ser el mejor refugio sobre ruedas, pero eso también disparó la demanda -en esos años se vendieron nada menos que 540.000 unidades-, lo que a su vez arrastró los precios hasta las seis cifras.

A eso habría que sumarle las dificultades en la cadena de suministro, que afectaron a la fabricación de estos vehículos. La escasez de repuestos y materias primas esenciales elevó aún más los costes de producción, encareciendo significativamente el precio. En general, comprar una autocaravana nunca fue barato, pero en los últimos tiempos es una inversión difícilmente justificable para la mayoría de los compradores.

Y una vez que la autocaravana está en el garaje, otro factor a tener en cuenta es su alto coste de mantenimiento. Estos aparatos requieren unos cuidados que van más allá de los servicios básicos, incluyendo reparaciones, almacenamiento y el reemplazo constante de piezas. Para colmo, si no se usa regularmente también puede acarrear problemas derivados del desuso, como la descarga de la batería, el desgaste de los neumáticos o los daños en fontanería.

La rápida depreciación del valor de las autocaravanas y campers tampoco ayuda a decantarse por la compra como inversión. Con la transición hacia vehículos más sostenibles y las regulaciones ambientales cada vez más estrictas, es complicado que el comprador recupere una parte significativa si se decide por la reventa del vehículo, que generalmente tiene un motor diésel de alta emisión.

Ante esta situación, el alquiler se consolida como una alternativa más atractiva. Según los datos de Cetelem, el arrendamiento por tres semanas ha experimentado un aumento de nueve puntos, mientras que el alquiler por un mes completo ha visto un incremento de cuatro puntos. Al fin y al cabo, esta modalidad permite disfrutar de los beneficios de estos vehículos sin tener que asumir los altos costes iniciales ni preocuparse por el mantenimiento o la depreciación.

El alquiler también evita tener que comprometerse con un único modelo o tamaño y facilita elegir el vehículo que mejor se adapte al destino elegido o a la duración del viaje. Además, la oferta de alquiler que hay en España es muy variada y adaptable a todo tipo de presupuestos y necesidades.

Para quienes usan la autocaravana de manera ocasional el alquiler es la solución más económica y práctica. La compra sí es recomendable si se va a usar de forma muy regular. Además, hay que tener en cuenta que el sector seguirá avanzando hacia opciones más sostenibles y económicas, de modo que alquilar permitirá disfrutar de las ventajas de estos vehículos sin asumir riesgos ni compromisos a largo plazo.