Piezas hechas con cáscara de arroz y otros materiales sorprendentes que llevará tu próximo coche
A pesar de la aparente endeblez de la cáscara de arroz o el bambú, estas piezas pueden ser más duras que el acero
Si nunca has oído hablar de las "tierras raras", esta va a ser la primera vez
Si te ha impactado el titular, puede que lo que leas a continuación lo haga aún más. Sobre todo si no has oído hablar de las "tierras raras", un grupo de una docena larga de elementos de la tabla periódica que poseen propiedades fundamentales para la industria tecnológica y que se utilizan en productos tan cotidianos como los teléfonos móviles, electrodomésticos, ordenadores y, por supuesto coches, sobre todo ahora que el coche eléctrico empieza a pisar fuerte y se buscan materiales mejor que el litio para aumentar autonomías y reducir peso de las baterías. Para los más curiosos, estos materiales son lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio. Casi nada.
Pero sin duda lo que más nos ha extrañado en las últimas semanas es el proyecto de Seat para realizar piezas de coche con la cáscara de arroz, quizá el alimento más extendido en nuestro planeta y base de la cocina de, prácticamente, todo el mundo. Su proyecto piloto de innovación investiga el uso del Oryzite, que así se denomina la cáscara de arroz mezclada con otros compuestos termoplásticos y termoestables, en sustitución de productos plásticos para reducir la huella de carbono y, además, reducir peso y ganar en resistencia, pues bien compactado, puede llegar a ser más duro que el acero.
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Este nuevo material ya se está probando en revestimientos del Seat León y los resultados son halagüeños, gracias a las mezclas con poliuretanos y polipropilenos. A simple vista, las piezas no se diferencian nada de las originales en plástico, y la ligereza es mucho mayor.
Otras marcas, otros materiales
Hay equipos de I+D de fábricas automovilísticas que se adelantaron a su tiempo y no solo ya trabajan con otros materiales que no dirías que lleva un coche, sino que incluso venden coches hechos con materiales como el bambú. Desde hace unos cuantos años ya rueda por nuestras carreteras el BMW i3, el primer coche eléctrico de la marca alemana, cuyo interior está prácticamente revestido de este material, en salpicadero, puertas y otras zonas del mismo. Probamos este coche en su día y su dinámica y ligereza nos pareció realmente buena.
En la misma línea está el recién presentado Mazda CX-30. El primer coche eléctrico de Mazda también echa mano de materiales nuevos, muy ligeros, incluido el propio bambú, para optimizar el rendimiento y la autonomía de las baterías de un coche que, además, cuenta con un diseño SUV realmente bonito.
Quizá tampoco habías oído hablar de los aceros de ultra resistencia, unas aleaciones especiales cuya labor es doble, rebajar el peso del chasis y la estructura del coche, la parte más pesada sin duda en cualquier automóvil, y mejorar la resistencia y estabilidad del mismo. Cuanto más fino, más ligero, si se logra igualar la resistencia del tradicional, tanto mejor. Prácticamente todas las marcas del mercado tienen en marcha proyectos de investigación sobre estos materiales. Hace casi 20 años, la llega del Audi A2, con su estructura íntegra de aluminio, fue uno de los pioneros en este tema.
¿Un coche de magnesio?, ¿de fibra de carbono? ¿De grafito?
Renault asegura que no falta mucho para próximas generaciones de Megane, Clio o algún SUV, lleven en su concepción una buena dosis de magnesio. Hasta ahora lo conocemos en forma de polvo, con el que los gimnastas combaten el sudor de manos y pies en función de lo que toque. El problema de las soldaduras no es poca cosa, pero la tecnología avanza a pasos agigantados y casi cualquier cosa será posible.
De la misma manera, hace pocos años parecía una locura imaginar un bastidor de un coche realizado en fibra de carbono. Pues bien, ya hay deportivos de 600 CV con un monocasco íntegramente fabricado en fibra de carbono. El caso más conocido es el del divertido Alfa Romeo 4C, con un motor que no pasa de 1.7 litros y 240 CV de potencia. Las cifras no asustan, pero su peso, que apenas pasa de los 800 kilos gracias a la fibra de carbono, es el aliciente para que sea uno de los mejores deportivos que he probado en mi vida.
La dificultad de fabricar en fibra piezas tan grandes como el monocasco de este coche, puede orientar la investigación hacia otros materiales menos laboriosos de moldear. Para paliar esto, el Serie 7 de BMW fabrica piezas más pequeñas, pero combinándolas con aluminio y acero.
A partir de ya vas a oír hablar mucho del “Composite”
El grafito es otro material interesante en este orden de cosas. Todos sabemos que las minas de los lapiceros se hacen con grafito, pero pocos saben que su dureza y ligereza también pueden servir para la industria automovilística, e incluso la aeronáutica, donde el experimento de nuevos materiales es incluso más avanzado que en la automoción. El Centro Tecnológico de Catalunya (Eurecat) está dando prioridad ahora a piezas estructurales ligeras hechas con "composite", un material compuesto muy ligero con grandes ventajas medioambientales y en eficiencia.
El composite es entre tres y cuatro veces más ligero que la mayoría de los metales, y además no se corroe en ambientes agresivos. Su facilidad de conformado le sitúan como uno de los materiales del futuro.
Cristales, resinas, fibras de vidrio… los experimentos con materiales diferentes a los actuales ahora mismo son moneda corriente en el panorama automovilista. Poliamidas, Policarbonatos, Resinas Epoxi, Acrilonitrilo butadieno estireno y muchos otros, nos serán más familiares a partir de ahora sin lugar a dudas.