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El momento Borrell: cómo se está convirtiendo en una figura clave en la guerra de Ucrania

  • El discurso duro y contundente de Borrell contra la invasión de Putin le ha convertido en una de las voces más autorizadas en la gestión de la crisis en Ucrania

  • "Es la voz que Europa necesitaba en este momento", aseguran fuentes diplomáticas sobre el jefe de la diplomacia de la UE

  • Ocho frases del discurso de Borrell que todo el mundo está aplaudiendo

Tras más de cuatro décadas en el mundo de la política y numerosas polémicas a sus espaldas, Josep Borrell se está convirtiendo, a los 74 años, en uno de los mayores referentes mundiales en la respuesta de Occidente a la guerra iniciada por Rusia contra Ucrania. Desde su cargo de alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Borrell ha enarbolado un discurso duro y contundente contra la invasión ordenada por presidente ruso, Vladimir Putin, que está siendo muy aplaudido desde distintos ámbitos nacionales e internacionales.

Su última intervención en el pleno extraordinario de la Eurocámara es un buen ejemplo de cómo Borrell se ha convertido en una de las voces más autorizadas ante la opinión pública en la gestión de la crisis en Ucrania. El jefe de la diplomacia europea dejó claro a Rusia que la UE no va a "cambiar derechos humanos por su gas" y que van a trabajar para "cancelar" la dependencia comunitaria de los hidrocarburos rusos. "Nadie puede mirar a otro lado cuando un potente agresor agrede sin justificación alguna a un vecino mucho más débil", recalcó Borrell en unas palabras de resonancia mundial.

Catalán de vasta cultura e idealista, padre de dos hijos y pareja hace más de 25 años de Cristina Narbona, Borrell no ha tenido una adaptación fácil al cargo que ostenta actualmente. Hace un año fue muy criticado en un viaje que realizó a Moscú y que coincidió con la expulsión de diplomáticos de Polonia, Alemania y Suecia de suelo ruso. La visita fue vista como poco menos que una humillación para Europa. Y la misión que envió a Venezuela sin informar a las cancillerías europeas también le costó múltiples críticas en el Parlamento europeo.

Sin embargo, la gestión de la crisis en Ucrania está revalorizando su figura. Según fuentes diplomáticas citadas por 'Voz Populi', "Borrell es un político de los 80, curtido en la guerra fría y ha demostrado que era la voz que necesitaba Europa en este momento". Otras fuentes citadas por dicho medio estiman que Borrell no solo sobresale en esta crisis por su experiencia, sino porque "por primera vez desde que asumió el cargo está haciendo equipo y ya no va por libre".

"Hemos visto y vamos a ver pocos discursos más potentes que el que ha dado Borrell en el Parlamento Europeo. Es el nacimiento de la Europa geopolítica. Rusia ha conseguido otra cosa: que una figura como la de Alto Representante, vista por muchos como secundaria, gane un peso específico tremendo", explicaba el periodista Emilio Ordiz en Twitter, mientras que diario 'El Mundo' en su editorial calificaba su último discurso como "histórico" por frases como esta: "Los europeos deben entender que el mundo en el que viven es peligroso, y para hacerle frente hace falta que refuercen su unión. Nos acordaremos de aquellos que, en este momento solemne, no estén a nuestro lado".

Críticas y encontronazos con el independentismo

Borrell tampoco se ha librado de críticas por la dureza y beligerancia de su discurso, y también ha provocado la indignación de diversos sectores de independentismo catalán. Para alabar la valentía del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo que "no es el tipo de líder que se escapa escondido en un coche, se va a quedar resistiendo", lo que algunos interpretaron como una alusión a Carles Puigdemont.

"Borrell tiene tiempo y se dedica a hacer bromas internas que solo le hacen gracia a él y que buscan ofender a miles de catalanes", respondió la portavoz del Govern catalán. Borrell matizó después que se refería a Víktor Yanukovich, expresidente ucraniano, que dejó Kiev tras el alzamiento de la plaza Maidan, y aprovechó para afear el "provincianismo" de algunos y la "falta de cultura geopolítica".