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Tontxu y el nuevo disco con su hija: "Cantar con Leire tiene gran carga sentimental"

  • El músico bilbaíno presenta 'Invental', un disco de versiones "alegres" de sus canciones con aroma cubano

  • Hablamos con él sobre el proceso de creación, las nuevas tendencias y la importancia de los tradicional en su obra

  • "El resultado fue sorprendente porque nos encontramos con un repertorio de canciones que eran de autor, tranquilas, pero que con estas versiones te invitaban a bailar"

En un hotel con vistas a la Gran Vía de Madrid, Juan Antonio Ipiña García, más conocido como Tontxu, espera paciente mientras el operador gráfico termina de montar el improvisado 'set' para la entrevista. Habla pausado hasta que se siente cómodo; entonces, poco a poco se va encendiendo. Se le percibe contento; acaba de publicar 'Invental', una disco de versiones "alegres", con ritmo de Cuba, de algunas canciones suyas antiguas. Coproducido junto a Edgar Olivero, arreglista cubano de renombre a quien el bilbaíno cataloga como un "musicazo", Tontxu innova y declara su amor al son, la guajira y los sonidos que conforman la identidad cultural de la isla. Enamorado de "lo añejo", hablamos con él sobre el proceso de creación, las nuevas tendencias y la importancia de lo tradicional en su obra.

P. Cuéntanos cómo nació tu nuevo proyecto, 'Invental'

R. Nació en estado de alarma. Estábamos encerrados y un amigo me dijo que quería cantar una canción conmigo de hace años, que hablaba del tema de ETA y la polarización que hubo en Euskadi con el tema del terrorismo. Yo le dije que me daba mucha pereza, que era un tema que tenía enterrado ya, como patria, que no la vi. Entonces me llamó Juanrra y me dijo: "vamos a cantar esta canción, que hay manifestaciones en Catalunya, está de actualidad el tema. Y me convenció para alegrar la canción. Y solo había una manera de alegrarla, que era ponerle música alegre.

Tengo un productor cubano que conocí en La Habana hace 15 años y le dije: tío, por qué no haces esta canción un poco más alegre. Y salió una canción que es 'En el medio', que es el primer single del disco, y quedó tan divertida y tan alegre que me apeteció hacer lo mismo con otras canciones mías. El resultado fue sorprendente porque nos encontramos con un repertorio de canciones que eran de autor, tranquilas, pero que con estas versiones te invitaban a bailar. Todo fruto de la situación, de la realidad que hemos vivido durante casi dos años ya.

¿Quién era ese productor cubano?

Edgar Olivero, un musicazo que conocí en La Habana que tiene las herramientas para traducir una canción de cualquier estilo y llevarlo a la música tradicional cubana, a la guajira, al son. Tiene su propia carrera, es autor, es arreglista y él hizo el milagro de convertir canciones que tenían una escucha más relajada en temas mucho más alegres, a pesar de que las letras son las mismas.

Si ya es difícil de por sí producir un disco, imagino que en cuarentena más, ¿no?

Sí, pero fíjate, más complicado pero con muchas ventajas. En un estudio en Madrid se pasa de taxímetro, hay que grabar, hay que acabar, cantas a veces con presión. Sin embargo, aquí estás en tu casa, en tu home studio, y cantas una canción un día. Pasa una semana, la vuelves a escuchar, la vuelves a grabar. Pasan dos semanas, dos meses… Tiene sus ventajas también trabajar con ese relax. Igual queda todo demasiado perfecto, pero fíjate qué desventaja. Al final nos hemos adaptado a un nuevo modelo de vida, trabajo y circunstancia. Es una experiencia.

Dicen por ahí que los libros no se acaban, se abandonan. ¿Los discos también?

Cuando grabé el primer disco y lo vi en FNAC, me di cuenta de que se fue, voló, ya no tienes poder sobre tu disco, obra… Y se pasa mal. Los que enseñamos nuestras creaciones vivimos con esa ambivalencia, porque enseñas todo de tu vida. Cuando era niño, acababa la canción e iba donde mi hermana o mi madre y se la enseñaba a todo correr. Asusta cuando ves tu disco en un espacio abierto, con la gente, y no sabes cómo lo va a valorar.

Lo que recomiendo a cualquiera que esté en ese tránsito es que mire a otro lado y siga pensando en su obra. A mí me lo dijo Rafael Berrio: 'en lo que hay que poner toda la atención es en la obra, en lo que estás grabando'. Preocúpate de eso, el resto no tiene valor, se queda ahí. Eso sí, cuida el contenido de lo que haces, porque si no te puede traer problemas después, hay que tener decoro.

¿Por qué un disco en esta época de singles, videoclips y consumo rápido?

La pregunta es amplia. ¿Por qué un disco? Llevo haciendo discos desde que tengo 11 años. Porque la vida sigue, porque estoy vivo. Grabo discos desde que me puedo permitir grabarlos, desde que me fichó una discográfica en el 97. Hago discos porque no sé hacer otra cosa. Ahora mismo tengo 100 pico canciones escritas, ¿qué hago con ellas? ¿Las meto todas en un disco duro? ¿Por qué un disco? Porque estoy vivo, necesito enseñaros lo que hago, soy un exhibicionista patológico.

¿Y por qué Cuba?

Porque es la cuna de la música. Cádiz, Andalucía y La Habana son la meca del ritmo, del compás, del arte en castellano. También África y por supuesto cualquier parte del mundo, pero en mi género la cuna es Cuba. La canción de autor, el texto acompañado de una música a la altura del texto, el texto a la altura de la música y el ritmo, y nada más.

¿Cuáles son tus referencias allí?

Todas. La Vieja Trova Santiaguera… Salvo lo que se ha hecho en los últimos años. A Cuba le ha ocurrido socialmente algo dramático que nos ha pasado a todos, y es que nos hemos dejado influenciar por una corriente sajona, idealista, frívola, que no aporta nada. Se ha democratizado el arte, la tecnología; cualquiera puede coger un programa de edición y hacer música, y eso ha degenerado muchísimo. Lo de los últimos años en Cuba está bien hecho, pero no me interesa tanto. Me interesa la música tradicional, me da igual Cuba que una jota aragonesa, una sevillana o la música tradicional de Marruecos. Lo que me interesa es lo tradicional, y lo añejo, de cualquier cultura y de la música tradicional. Me atrae lo viejo.

¿A qué te refieres con 'lo nuevo'?

Lo insípido, lo que no te deja sabor. Me refiero al producto basura, la música basura y el contenido basura, lo de usar y tirar. Me gusta que una canción se me quede grabada para toda la vida, no me gusta una canción de la que no me acordaré en la próxima media hora. Es terrible que tengamos tanto acceso a la música y tanta desinformación. No nos da la cabeza para tanto producto. Es como un empacho de contenido que no puedes asimilar, y creo que no nos hace bien eso como sociedad.

¿Cómo se acerca a las nuevas generaciones, las que están en el consumo rápido, a todo lo que comentas?

Lo han hecho magistralmente los productores de C Tangana. De algún modo, han conseguido que un chaval madrileño haya creado sinergias con artistas y autores cantando canciones añejas de las que estamos hablando. Ha sido una idea de un director artístico de una gran compañía discográfica que dice: 'vamos a mezclar esto con esto', y así la gente joven lo conoce. Está bien si luego el joven lo utiliza como referencia para descubrir de dónde viene eso.

Pensamos que las cosas son inventos de ahora. Si mi hija, a través de C Tangana, descubre a cualquier cubano, o a Antonio Carmona, a Ketama, y luego se interesa por Ketama, y luego se interesa por Pata Negra, y sabe y es consciente que no es un invento de C Tangana… Mi hija afortunadamente lo sabe y es fan de eso, pero sus compañeros de clase no lo saben. Si utilizamos la cultura para que se mueva y esté viva y se sepa el origen de donde vienen las cosas, por mí bien; el problema es que hay personas que piensan que Rosalía es nuevo, y perdóname, pero eso se ha hecho desde hace 300 años. Lo hizo Chambao, Las Niñas lo hicieron… El asunto es que la gente tenga la información y sepa de dónde vienen las cosas. Que no pensemos que estamos inventando nada, eso es lo que más me incomoda últimamente. Hay que informar a las nuevas generaciones, llevamos 3.500 años haciendo música, es matemáticamente imposible crear una melodía nueva.

Hay una canción del disco en la que cantas con tu hija Leire. ¿Cómo ha sido colaborar con ella? ¿Qué carga sentimental ha tenido, si es que la ha habido?

Claro que la tiene, pero yo trato de separar un poco. Ella siempre cantó bien, pero hubo un día que íbamos en el coche, agarró el ukelele y se puso a tocar y cantar. Pasaban los kilómetros y yo pensaba: 'que cante otra'. Y eso no suele pasar; a la segunda o tercera canción ya… Sin embargo, con Leire quieres escuchar otra más. Eso ocurre con Rosana Arbelo, con Bebe, con Vanessa Martín…

Cuando cumplió 15 años explotó y me ocurrió eso. Llamé a un amigo productor y le dije: 'dime que no pienso eso porque soy su padre'. 'No, no, estate tranquilo, es que le ha tocado', me dijo. Le toca a muy poca gente; Luz Casal, Amparanoia, Rocío Jurado… A Leire le ha tocado. Dentro de poco, estoy seguro de que le haréis preguntas a ella. Además compone, se lo graba todo ella misma.