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Planes de salvaguarda: así reaccionan los museos ante una catástrofe para salvar las obras

  • El Ministerio de Cultura ha regado con 3,5 millones de euros la creación de estos planes

  • Después del incendio de Notre Dame y del Museo de Brasil, las pinacotecas han acelerado sus planes

15 de abril de 2019. Un fuego se desata en la catedral de Notre Dame y se lleva por delante dos tercios de su techo y la imponente aguja característica del templo parisino. Sin embargo, en el suelo, Jean-Marc Fournier, capellán del Cuerpo de Bomberos de París, se introduce con los bomberos dentro de la catedral para salvar las joyas de París y del orgullo patrio francés: la túnica de San Luis, el Santísimo Sacramento y la corona de espinas.

El caso de Notre Dame fue casi un milagro. El 2 de septiembre de 2018 un incendió devoró el Museo Nacional de Brasil, una de las pinacotecas más antiguas del mundo y de la que solo quedaron cenizas.

A raíz de aquellos eventos, en España, tercer país en patrimonio artístico según la UNESCO, se empezaron a tomar medidas para proteger el patrimonio histórico y cultural que se encuentra dentro de los museos y catedrales españolas. La medida más inmediata fue dotar de presupuesto y activar los llamados 'Planes de Salvaguarda', unos documentos técnicos que indican a los servicios de extinción y al resto de intervinientes lo que hay que hacer con los cuadros, esculturas o reliquias que haya dentro.

Thyssen-Bornemsiza, el primero

Miguel Ángel Molina, director de Seguridad del Museo Nacional Thyssen-Bornemsiza, explica que en la pinacoteca madrileña ya han catalogado todas las obras, haciéndolas una especie de DNI. "Ahora hay unas carpetas por cada planta y sala del Museo. Dentro de cada carpeta hay un mapa con las obras y una ficha de cada una. De este modo, alguien que no conozca el museo puede dirigirse a esa obra y saber cuántas personas hacen falta para manipularla, cómo hacerlo, si está protegida, si es un óleo o un pastel. Esta ficha es lo que le guía".

El Thyssen-Bornemsiza no es el único que se ha preocupado por cómo salvar sus obras de una catástrofe, pero sí que ha sido el primero en tener listo su propio plan integral, su propio Plan de Salvaguarda. "No ha sido casualidad. Ya estábamos trabajando cuando pasó lo de Río. Desde 2016 cogimos las pautas de la Dirección General de Bellas Artes y nos pusimos a trabajar, por eso fuimos los primeros", explica Molina, quien también cree que su labor, una vez implementado su Plan, es "compartirlo, asesorar y mejorarlo".

En el caso del Plan de Salvaguarda del Thyssen, se ha creado un puesto de mando principal "desde donde se irían distribuyendo a los intervinientes". Las obras están priorizadas con un orden que va del rojo (más prioritario, como el Santa Catalina de Alejandría, de Caravaggio, al amarillo y el verde. "Hacer todo esto en un fondo de 900 obras como tenemos es complicado", asegura el especialista.

El fuego no es el único enemigo de las obras de arte. "Puede haber una explosión, una inundación o problemas de temperatura y humedad, y también hay que actuar en esos casos. Además, hay obras que no se pueden mover por lo pesadas que son, como las esculturas de mármol", indica Molina.

El Museo del Prado también se pone las pilas

El problema no es baladí. Todas las grandes pinacotecas españolas ya se encuentran trabajando de una forma u otra en estos planes. El Museo del Prado, también. A finales de abril publicó en el BOE la resolución del concurso por el cual contrataba a una experta en la materia para la adecuación del Plan de Salvaguarda del museo.

Entre las tareas encomendadas se recogían las siguientes:

  1. Redacción de propuesta de fichas individuales con los datos esenciales.
  2. Fichas de control documental y de conservación de bienes evacuados y evaluación de la emergencia.
  3. Plan de evacuación de obras de arte, tanto de carácter interno, externo en proximidad y almacenes provisionales exteriores.
  4. Análisis de riesgos para colecciones.
  5. En caso de imposibilidad de evacuación, se estudiarán y propondrán las medidas de protección "insitu" pertinentes.

No obstante, desde el año 2009, la pinacoteca madrileña ya contaba con su propio Plan, que incluía los protocolos necesarios para la actuación en situaciones de emergencia de los colectivos de vigilantes, encargados, restauradoras, así como la elaboración de pequeños planes de evacuación para piezas integrantes de exposiciones temporales o la dotación de carros de emergencia para trasladar piezas por el museo en caso de emergencia.

Con esta nueva licitación, se busca adecuar el Plan de Salvaguarda al plan general y dotar al Museo del Prado de una seguridad extra para sus obras.

Catedral de Burgos y de Salamanca

El 26 de abril de 2019, el ministro de Cultura, José Guirao, anunció que el Consejo de Ministros había aprobado una partida presupuestaria de 3,5 millones de euros para elaborar los planes de salvaguarda de los bienes culturales ante emergencias. También dejó claro que no había plazos porque "son abiertos y cada monumento tiene unos problemas, aunque su revisión debe ser constante".

Poco más tarde, en julio, la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Consejería de Cultura y Turismo de Castilla y León adjudicó la redacción del plan de salvaguarda de la Catedral de Burgos a la experta María Jesús Cabezudo Rodríguez por un importe de 3.363 euros y un plazo de ejecución de cuatro meses.

Según han explicado fuentes de dicha Consejería a Uppers, "la elaboración del Plan de Salvaguarda de la Catedral de Burgos ya ha finalizado y está siendo revisado por los técnicos de la Dirección General de Patrimonio Cultural". Asimismo, según comentan "una vez efectuada la misma se trasladará a los principales responsables, los titulares de la Catedral y el parque de Bomberos de la ciudad".

En cuanto a la Catedral de Salamanca, el proceso no está tan avanzado. Según explican estas fuentes, "el parque de bomberos, recientemente, ha revisado las medidas preventivas y está previsto realizar el próximo año un Plan de Salvaguarda para así, poco a poco, completar el mapa de la Comunidad".

Los más pequeños también se preparan

¿Qué ocurre con los museos pequeños o las iglesias, abadías, monasterios más pequeños, rurales, pero de gran valor cultural? ¿Cómo sabe el agente de policía local que acude en primer lugar a una catástrofe de este tipo qué es lo primero que debe sacar? ¿Y los bomberos?

El propio Molina, del Thyssen-Bornemsiza cree que, lo más apropiado, sería "hacer unas guías más allá del Plan Nacional. Hacer algo más directo, unas plantillas para que los pequeños, a través de su personal de conservación, prioricen sus obras y que cada uno haga su propio Plan de Salvaguarda, con los medios que tenga, y se lo explique a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en el ámbito que le corresponda. Tiene que haber un compromiso en formación a nivel nacional muy importante", explica.

Por último, también indica que desde el museo madrileño han pedido en la mesa de seguimiento de los planes de salvaguarda que se estudie la creación de un depósito nacional de obras de arte que hayan sido afectadas por alguna emergencia y, de ese modo, tener centralizado el lugar donde hay que guardarlas.