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Sergio del Molino, sobre 'La piel': “La psoriasis ha marcado mi carácter, evito la mirada ajena”

  • 'La piel' es una "novela con final feliz" sobre la psoriasis, enfermedad que sufren más un millón de personas en España

  • Se la dedica a su mujer y a su hijo, y en ella reflexiona sobre cómo la piel, sobre todo si está enferma, nos aleja y nos acerca al otro

  • Stalin, Cindy Lauper, Nabokov, Escobar o Updike son algunos de los personajes célebres que han sufrido estos terribles brotes y que repasa en el libro

"La psoriasis es mucho más que aquel abuelo con escamas en los codos, no banalicemos", dice Sergio del Molino en videoconferencia desde Zaragoza, donde vive con su pareja, Cris, y su hijo de nueve años, a quienes dedica su último libro. Su título es 'La piel' (lee aquí el primer capítulo), y en él se ha lanzado por fin a diseccionar lo que significa la epidermis para los humanos. Para él. Cómo nos mostramos a través de ella. Qué significa más allá de lo obvio. Qué pasa si no deja de picar y erosionarse, como les sucede al millón de personas que sufren en España esta enfermedad autoinmune. Y también de qué modo acaba forjándote el carácter. O, como dice él, "te convierte en un monstruo; puede que tierno, pero monstruo".

No ha sido fácil llegar a este punto. Antes ha tenido Del Molino que atravesar más de dos décadas de elaboración íntima. No es sencillo asumir una enfermedad que, por un lado, es 'invisible' socialmente más allá de las manchas ("¿solo son unas escamaciones, no?", dice Del Molino que le dicen otros) y, por otro, merma notablemente la calidad de vida. Mucho más de lo que la gente cree. Porque la psoriasis no solo afecta a la piel, que no es poco, sino que puede llevar asociadas inflamaciones de la columna y órganos internos. Al principio, siendo veinteañero, intentó negar aquella primera 'erupción' en la planta del pie, pero más tarde se rindió a lo obvio: tocaba elaborar la propia fragilidad.

El libro como elaboración

"Estoy en proceso de descubrimiento, el libro es una toma de conciencia… Tardo mucho en darme cuenta de las cosas, soy torpe en ese sentido. A otros les cuesta menos. Y ahora sé que la psoriasis me ha forjado el carácter. Incluso ha marcado mis libros. La costumbre de ocultarme, la vergüenza como sentimiento constante, el buscar espacios seguros y a salvo de la mirada ajena… me ha hecho ser huraño en ocasiones. Y a la vez me ha hecho pelearme conmigo mismo: porque si me dejaba llevar acabaría siendo un misántropo y había una parte de mí que se revelaba contra eso también porque no quería apartarse de los demás", explica.

Y continúa: "No es casual que me fije en lugares marginales que están delante de los ojos de todo el mundo. Me identifico mucho con los paisajes vacíos y los personajes invisibles", explica Del Molino, autor también de 'La España Vacía', un ensayo de notable repercusión mediática desde hace cuatro años sobre cómo el campo español se vació en las dos décadas que van del 50 al 70 de nuestra historia reciente. Muchos prefieren cambiar el adjetivo por 'vaciada', pero él sigue negándose.

Cuentos para cuando su hijo crezca

En esta ocasión Del Molino se dirige directamente a su hijo. El libro, que él define como "una novela con final feliz", comienza contándole con ternura por qué las brujas y los monstruos existen y todos los capítulos comienzan por 'Érase una vez'.

"Son los cuentos que aún no le puedo contar a mi hijo al ir a la cama, pero que leerá cuando sea más mayor. Qué hacemos con el legado y la herencia cultural que nos ha llegado es una obsesión en todo lo que escribo. Y esta psoriasis es parte de mi legado y una maldición en forma de genes. En realidad este libro está hecho para explicarle algo que no voy a ser capaz de contarle. Una venganza por anticipado, porque un recurso fácil de los hijos de los escritores para incomodar a sus padres a partir de la adolescencia es negarse a leer sus libros y este tendrá que leerlo para entender bien quién soy", explica.

Stalin y Lauper, dos modos de encararlo

Además hace un repaso a enfermos de psoriasis famosos: Updike, el Che, Escobar. Hay un capítulo dedicado a Stalin, que se daba cada verano baños para calmar los picores en su piscina privada de Sochi, escondido también de la mirada de los demás, mientras firmaba miles de condenas de muerte. "Stalin buscaba un lugar con aguas medicinales para reposar y encontró Sochi, una playita cerca del Mar Muerto que se convirtió al final en un destino turístico porque se puso de moda entre los miembros del partido. Hizo una piscina solo para él porque no se desnudaba delante de nadie. Tampoco estaba nunca en manga corta. Ahí humanizo al monstruo, un hombre que puso en marcha toda una maquinaria de destrucción de vida humana", explica.

"La idea en el caso de Stalin es unir la monstruosidad física y la moral. Pero en otros casos no se da, porque otros enfermos consiguen sublimar su condición para crear obras muy bellas, como canciones y libros", explica. Es el caso de Cindy Lauper, que sufrió brotes dolorísimos ya de adulta con fiebres continuadas y cuyo tema, 'Girls just wanna have fun', Del molino reinterpreta en clave proletaria. "Hizo mucho activismo, quiso dar a conocer la enfermedad a otros, incluso creó una canción sobre ello a sueldo de una farmacéutica… Es uno de los personajes más tiernos y luminosos del libro. Me cae muy bien, Cindy. Y me encanta la canción de 'Las chicas solo quieren divertirse", dice.

Nabovok y sus diarios

Otro ilustre invitado es Nabokov, uno de los escritores favoritos de Del Molino. Una frase de sus diarios de 1937 abre el libro. 'Todo estaría de maravilla, de no ser por la maldita piel', le escribe desde París a su esposa Vera, que se había quedado con el hijo de ambos, Dimitri, en Berlín.

Del Molino contextualiza los brotes terribles que sufrió y cómo influyeron en su literatura y en su vida, además de explicar la relación con su mujer y una amante que tuvo mientras buscaba casa en la capital francesa para su familia. De hecho, el sexo tiene un papel importante en el libro, "como no podría ser de otro modo tratando sobre la fina capa que nos separa y nos une al otro", dice.

Y ahí admite que no tiene la misma repercusión una enfermedad así para hombres que para mujeres, al menos en sus relaciones de pareja. Ellas deben enfrentarse a mayores problemas emocionales (la presión social sobre el cuerpo y el canon de belleza es mayor) y ellos suelen estar con mujeres fuertes y comprensivas e incluso van alternando amantes.

"Vladimir Nabokov es al que más cariño tengo. Un amigo me dijo incluso que este libro es una excusa para poder escribir sobre él y puede que tenga razón. Era un escritor sublime y, como persona, para mí un ideal estético: preocupado por su hijo y su mujer, con la que estuvo toda la vida, todo el mundo alrededor le quería mucho… Ha habido polémicas en los últimos años muy ruidosas y ajenas a lo que era él por 'Lolita' que yo no comparto", explica.

La psoriasis es aburrirte de ti mismo. Desear estar en un cuerpo ajeno: querer descargar tu conciencia en otro cuerpo y desaparecer

Y deja que Navokov describa cómo es estar preso de la piel: "Sigo sufriendo horriblemente por la psoriasis: ha alcanzado dimensiones hasta ahora nunca vistas y es especialmente desagradable que mi cara esté llena de manchas. Pero lo más terrible es la picazón. Sueño locamente con la paz, pomada y sol", escribe Vladimir en otra de sus cartas a Vera.

Le pedimos a Del Molino que sea él quien lo describa, sin ocultarse detrás de los personajes cuyas 'pieles' va diseccionando. "¿Qué cómo le explicaría a alguien cómo es vivir con psoriasis? Diría que es una lata. Aburrirte de ti mismo. Desear estar en un cuerpo ajeno: querer descargar tu conciencia en otro cuerpo y desaparecer. No puedes olvidarte de ti aunque veas un peli o un libro… El rascarte no te deja irte de ti mismo y eso es horrible", explica. Aunque enseguida deja claro que no quiere ni de lejos ocupar el lugar de víctima. Él prefiere para sí un papel más activo que pasivo. "Prefiero provocar asco que conmiseración", zanja.