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Te lo has creído alguna vez, pero ¿quién fue en realidad 'el rey del mambo'?

  • Lo has nombrado mil veces, pero ¿de quién hablamos en realidad cuando hablamos del 'rey del mambo?

  • Dámaso Pérez Prado fue un músico y compositor cubano que impulsó la fama del mambo en los años 50

  • Aunque su apodo nos ha llegado hasta hoy, sus amigos de la época lo llamaban de otra forma

Ni tú ni tu primo ni aquel otro amigo que se viene arriba cada vez que os juntáis. ¿Quién es en realidad el auténtico rey del mambo? ¿Existió en realidad? La respuesta es sí. No es una expresión inventada ni mucho menos, el rey del mambo existió y se llama Dámaso Pérez Prado. Un músico y compositor cubano nacido a principios del siglo XX y fallecido hace tres décadas cuyo apodo permanece en el imaginario y la cultura popular. ¿Por qué se le llamó así?

¿Por qué es el rey del mambo?

El mote sigue una lógica aplastante. Dámaso Pérez Prado fue, en efecto, un gran compositor de mambo que contribuyó a su popularización entre los años 40, en Cuba, y los años 50, en México. De este estilo bebieron posteriormente la salsa y el chachachá. Escribió gran cantidad de ellos, pero uno de los que más han resonado hasta nuestros días es el 'Mambo Nº'5'. Aunque no exactamente como te lo imaginas: el artista aleman Lou Bega usó el final de la composición original de Pérez Prado y lo sampleó en su famosa versión homónima del tema en su debut en 1992.

Aparte de este, son célebres su 'Mambo en Sax', 'Mambo de París', 'La Chula Linda' o 'Silbando Mambo'. Y una de sus interpretaciones más reseñables al piano, instrumento del que tenía un manejo admirable, es la de la pieza 'El manisero', original de Moisés Simons. El preferido del artista fue, a juzgar por sus múltiples versiones con diferentes arreglos publicadas del mismo, 'Patricia'. Una pieza que apare en 'La Dolce Vitta' de Federico Fellini en 1960.

En realidad tenía otro apodo

Aunque haya llegado hasta nuestros días como 'rey del mambo', sus amigos y allegados de la época lo conocían en realidad como 'cara de foca'. Menos lustroso y menos digno de su prolífico legado. No ha trascendido el origen de este otro apodo pero cabe imaginar de dónde viene.

Su extraña salida de México

Mexicano de adopción, Dámaso Pérez llegó al país a en 1948 para quedarse una larga temporada. Allí compusó el 'Mambo del Politécnico' (para el Instituto Politécnico Nacional de la Ciudad de México) y el 'Mambo Universitario' (usado comúnmente en eventos de la Universidad Nacional Autónoma de México). Sin embargo, en los 60 abandona el país por motivos desconocidos oficialmente. Son muchas las teorías, una de las más compartidas tiene que ver con un amorío con la vedette brasileña Leonora Amar, que a su vez tenía un romance con el expresidente Miguel Alemán.

Dámaso habría querido firmar con ella un contrato artístico en exclusividad conjunta para girar por Japón. Alemán, al parecer abusando de su poder, ordenó la deportación del músico. Sin embargo, veinte años después, en los 80, este volvió y murió en 1989 en el país que le regaló sus mejores tiempos. Y también el mote que ha trascendido hasta hoy: el rey del mambo.