Logo de Cultivarte

Cultivarte

Diez series míticas que tienes que ver antes de meterte con la última novedad

  • El bombardeo constante de novedades en las series nos hace olvidar auténticas maravillas

Chernobyl, Juego de Tronos, Stranger Things, FleaBag, Sex education, Bad Bood, El cuento de la criada... Antes de pasarte de revoluciones con las últimas novedades, inabarcables desde hace tiempo, te proponemos pasarte al 'slow series'. Es decir, recuperar los clásicos que en su día cambiaron la forma de ver televisión y disfrutar de ellos con el tempo que se merecen. Nos enseñaron tanto. Puede que entre estas 10 series no estén todas las que son, pero seguro que son todas las que están.

Canción Triste de Hill Street

Si veías 'Canción triste de Hill Street' se suponía que despreciabas 'Dallas', eras de los guays, indudablemente formabas parte de los intelectuales de la clase. 'Canción Triste de Hill Street' lo fue todo en la década de los años 80 (1981-1987). Para empezar se convirtió en el primer pelotazo de Steven Bochco, el que lo elevó al olimpo de la producción televisiva.

Fue la primera serie que abandonó el esquema tradicional de planteamiento-nudo-desenlace. Nos acostumbró a alternar varias tramas en un mismo episodio, algunas concluían y otras se resolvían en el curso de varios capítulos, algo que hoy nos parece lo más normal del mundo. Además, fue una de las primeras series rodadas en estilo semi-documental, incluso con planos secuencia con cámara en mano.

El capitán Furillo en la era del fast food televisivo, en la época de las plataformas, de las prisas y de la batalla por las audiencias no habría renovado ni siquiera por una segunda temporada, puesto que la audiencia le dio la espalda, fueron los críticos y el tiempo los que, a fuego lento como los buenos guisos, la elevaron a la cumbre donde permaneció siete temporadas con 146 episodios.

¿Por qué deberías verla hoy?

Uno de sus grandes aciertos fue dar la misma importancia a las vidas privadas de los policías como a los casos que investigaban. Así, 'El sargento Esterhaus' (Michael Conrad) y 'El capitán Furillo' (Daniel Travanti) pasaron a formar parte de nuestras familias.

Twin Peaks

Recién estrenada la década de los 90 David Lynch nos volvió locos. El director de 'El hombre elefante', 'Dune' o 'Blue Velvet' trasladó a la televisión su particular mirada cinéfila y con la excusa de investigar el asesinato de Laura Palmer sedujo a los espectadores con una historia perturbadora, inquietante y sobrecogedora, una historia que por momentos se presentaba delirante y que finalizó de la manera más surrealista, abierta e inesperada. Jamás dos temporadas de una serie fueron tan distantes y antagónicas. Si una sorprendió, la otra decepcionó, tanto que 27 años después han intentado resucitarla y lo único que han conseguido es defraudar más a los seguidores de la versión genuina, que no son pocos, por cierto.

A pesar de los altibajos, toda una generación se dejó cautivar por esta historia noir ubicada en el misterioso y ficticio 'Twin Peaks'. "Nunca se ha visto en prime time en una cadena en abierto nada como esto", escribió el crítico del New York Times tras el estreno del piloto. De los ocho capítulos que conformaron la primera temporada de esta serie de culto ganadora de tres Globos de Oro, sólo el piloto y el tercero fueron dirigidos por Lynch, el resto fueron dirigido por directores invitados. Lo que nunca abandonó Lynch fue la supervisión de los guiones.

¿Por qué deberías verla hoy?

Si hay algo que el óxido del tiempo no ha podido fulminar es la banda sonora de Angelo Badalamenti, capaz de concretar en acordes aquella idealización televisiva que desparramó y que al final nadie supo por donde agarrar.

Doctor en Alaska

'Doctor en Alaska' ha pasado a la historia como una serie de culto y una de las más recordadas de los años 90. Las desventuras de Joel Fleischmann, el médico neoyorquino que por avatares de la vida terminó ejerciendo en Cicely, un pueblo perdido de Alaska, nos robó muchas horas de sueño. Si en EEUU se estrenó en verano como serie de relleno y sin expectativas, en España se estrenó unos meses más tarde en La 2, de madrugada y sin un día fijo. Había que estar al quite para no perderse las aventuras de este doctor en un pueblo de 834 habitantes a cada cual más extravagante.

'Doctor en Alaska' fue todo un soplo de aire fresco, una prodigio que sedujo a la audiencia gracias a una colección de personajes pintorescos, sus sobrecogedores paisajes y sus inolvidables y disparatadas historias.

'Doctor en Alaska' se emitió durante seis temporadas con un total de 110 episodios, ganó el Emmy al Mejor Drama en 1992, dos Globos de Oro y dos premios Peabody. Se rumorea que la CBS quiere recuperar la serie para millennials y tuiteros. Les recomendaría que en lugar de retomarla, la recuperaran, puesto que corren el peligro de acabar con el recuerdo.

¿Por qué deberías verla hoy?

Cada capítulo era un odisea repleta de extravagantes aventuras. Gracias a 'Doctor en Alaska’ el peor de los días terminaba con la mejor de las sonrisas.

A dos metros bajo tierra

Puede que más de un purista se escandalice por ver 'A dos metros bajo tierra' en un listado de grandes títulos, puede que sus cinco temporadas no hayan hecho tanto estruendo mediático como 'The Wire', puede que la memoria sea injusta al borrar la serie creada por Allan Ball, pero resulta indiscutible recalcar que 'A dos metros bajo tierra' fue una de las grandes, una serie que removió conciencias.

'A dos metros bajo tierra' fue uno de los productos más logrados de HBO (con perdón de 'Juego de Tronos'). Rompió moldes y reglas. Reímos y lloramos con ella. Nos emocionamos, nos enganchamos a su ironía, a su humor negro y disfrutamos con esa habilidad que mostró el guionista de 'American Beauty' para poner patas arriba los valores decrépitos de la sociedad occidental. En su día, Allan Ball confesó que el budismo le había influido mucho a la hora de plantear esta serie que se vendió envuelta con lazos 'indies'.

'A dos metros bajo tierra' narraba la vida de familia Fisher y sus intentos de recomponer una existencia que ellos mismos destruían día día. Frente a las 625 líneas, el espectador se regocijaba con su mala leche, con sus aspiraciones y sus fobias y filias. Sus personajes pasaban de cielo al infierno en décimas de segundos. No eran perfectos, eran mortales.

Los planteamientos existenciales, las dudas éticas y filosóficas que se trataban en 'A dos metros bajo tierra' no tienen nada que envidar a los que se presentan en series como 'The Wire'. Unas cuantas décadas antes, eso sí.

¿Por qué deberías verla hoy?

Gracias a sus tramas verticales, aprendimos a relacionarnos con la muerte de manera trivial y cotidiana. La serie hablaba de la muerte, también de la vida, puesto que una no existe sin la otra.

Los Soprano

Ahora que 'Juego de Tronos' ha desbancado a 'Los Soprano' como serie más vista en la Historia resulta justo recordar que la vigencia de 'Los Soprano' es indiscutible, a pesar de que algunos modernos se emperren en negar la evidencia.

"¿Dónde me siento?". Un rudo, tosco y desorientado Tony Soprano entraba por primera vez en la consulta de la doctora Melfi. Los médicos le habían diagnosticado un cuadro de estrés y allí estaba él, el capo de una banda mafiosa, desnudando su alma frente a una psicóloga. Así arrancaba la serie protagonizada por James Gandolfini, su planteamiento inicial fue toda una bomba. Nunca hasta entonces habíamos visto el lado vulnerable de un personaje masculino y mucho menos el de un mafioso.

David Chase no se conformó con mostrar los fantasmas y las debilidades del capo en la consulta, capítulo a capítulo descubrimos que Tony Soprano, en realidad, era un ser despreciable, un mafioso de espíritu maquiavélico capaz de hacer cualquier cosa por mantener el poder, un hombre que desdeñaba a las mujeres a las que cosificaba y utilizaba para satisfacer sus necesidades sexuales (con escenas absolutamente repugnantes). Un padrino que a las puertas del siglo XXI decidió ir al psicólogo. La serie acabó con un inesperado corte a negro, con un final abierto en el que unos matamos al capo y otros lo salvaron.

¿Por qué deberías verla hoy?

'Los soprano' demostró que el drama y las historias de mafiosos podían saltar de la gran pantalla a la televisión, que no hacía falta que las contaran directores como Scorsese o Coppola y que podía tener un rostro diferente al de Al Pacino.

Luz de Luna

Nadie duda hoy en día que la tensión sexual no resuelta (TSNR) es un recurso que funciona en televisión. En todas las series surgen personajes antagónicos que no paran de discutir, que no se soportan hasta que… por fin, un día estalla la chispa y la presunta batalla termina en un tórrido revolcón. Directores como Howard Hawks o George Cukor fueron grandes maestros en manejar la TSNR en clásicos como 'La fiera de mi niña', 'Luna Nueva' o 'La costilla de Adán'.

Este recurso, que funciona perfectamente en una historia narrada en hora y media dos horas, en el formato televisivo se complica. El ejemplo más claro es el de 'Luz de Luna', la serie que catapultó a Bruce Willis y que narraba las desventuras de un detective perezoso, sinvergüenza, canalla y un pelín romántico cuya antítesis era una pijaza de buena familia pero arruinada empeñada en rescatar del abandono una agencia de detectives.

La cadena ABC emitió 'Luz de luna' entre 1985 y 1989, las tres primeras temporadas disfrutaron de gran éxito, pero en el mismo instante en el que los guionistas decidieron resolver la trama sentimental la serie entró en bucle. Entre que los diálogos perdieron chispa y la TSNR se había esfumado, los espectadores perdieron el interés y las audiencias se desplomaron. Los responsables mantuvieron la serie dos temporadas más, pero la fama ya había fagocitado a Bruce Willis y su relación con Cybill Shepherd no era precisamente un campo de rosas. Moraleja, si resuelves la TSNR procura que sea en el capítulo final de una serie.

¿Por qué deberías verla hoy?

Glen Gordon ('Remington Steele') ideó una comedia de enredo al más puro estilo Howard Hawks repleta de diálogos ingeniosos, rápidos y frescos aderezada con el 'glamour' de una banda sonora firmada por Al Jarreau que alcanzó el número uno del Billboard en 1987.

Expediente X

Ideada por Chris Carter la serie ha inspirado títulos como 'Fringe', 'Milennium' incluso 'Cuarto milenio' de Iker Jiménez lleva impregnado en su ADN cierto regusto a 'Expediente X'.

La historia de Mulder y Scully, dos agentes del FBI que investigaban los archivos secretos del Gobierno, cosechó gran éxito entre el público y la crítica experta. Ella, doctora en medicina, pragmática y descreída total; él, creyente, convencido del poder y de la verdad de la intuición; ambos, protagonistas de una tensión sexual no resuelta que mantuvieron durante las nueve temporadas iniciales (1993 y 2002). La nostalgia y la falta de ideas hizo que la cadena recuperara la serie seis años después, pero no supo adaptarse a la evolución de su público, a las exigencias de las nuevas generaciones y, por supuesto, tampoco se adaptó a los nuevos tiempos.

No obstante, en su vitrina lucen cinco Globos de Oro y más de 90 premios televisivos. Se han dedicado diversos estudios al impacto que tuvieron en la cultura popular y televisivas. 'Expediente X' cuenta con dos películas, videojuegos y una base de fans que no hace más que crecer. "La verdad sigue estando ahí fuera".

¿Por qué deberías verla hoy?

'Expediente X' es uno de los mayores éxitos de la FOX y el auténtico referente de las ficciones sobre misterio, fenómenos paranormales y vidas extraterrestres.

Aquellos maravillosos años

'Cuéntame' no inventó nada. Es cierto que hoy puede presumir de ser la serie más longeva de TVE, pero el esquema del adulto que evoca su infancia como la mejor etapa de su vida nos lo desveló Kevin Arnold en 'Aquellos maravillosos años'.

El 31 de enero de 1988 la cadena norteamericana ABC estrenó un esta comedia familiar creada por Neal Marlens y Carol Black destinada a los 'baby boomers', la generación nacida después de la II Guerra Mundial que, año arriba año abajo, era la generación de la que hablaba la serie.

Protagonizada por Fred Savage, el niño de 'La princesa prometida', la serie narraba la vida de una familia media americana, apelando a la nostalgia y de la manera más tierna e inocente, tan tierna como su protagonista que comenzó la serie con 12 años.

Fue un pelotazo desde el primer capítulo, que para los que no lo recuerden arrancó con una crítica velada a la Guerra de Vietnam con la muerte del hermano de Winnie Cooper, la vecina por la que Kevin bebía los vientos. Ganó el Emmy a la Mejor Comedia en su primera temporada y la historia de amor entre los adolescentes, sus idas y venidas, mantuvo en vilo a sus seguidores hasta 1993, el año en que finalizó la serie.

Joe Cocker prestó su voz a la sintonía con la versión que grabó en 1969 de 'With a Little help of my friend' de los Beatles.

¿Por qué deberías verla hoy?

Entre los herederos de esta serie además de 'Cuéntame', destacan serias como 'El joven Sheldon' y 'Cómo conocí a vuestra madre'.

Cheers

En torno al bar del antiguo jugador de béisbol Sam Mayday Malone (Ted Danson) se reunieron durante 11 temporadas y 276 capítulos una serie de personajes perdedores que ahogaban sus penas entre pinta y pinta de cerveza. Buscaban evadirse de unas vidas miserables y aburridas. El paso del tiempo ha convertido a 'Cheers' en un clásico de las comedias de situación, no en vano sus diálogos rezumaban inteligencia, ironía y sarcamo. Con las situaciones más anodinas, Diane Chambers, Fraiser Craner (que consiguió sacar adelante el 'spin-off' de 'Frasier'), Lilith Sternin, Rebeca Howe, Norma Peterson, Woody Boyd y Carla Tortelli fueron capaces de arrancar las mayores carcajadas del público.

Curiosamente, la primera temporada fue todo un fracaso de audiencia, terminó entre las cinco últimas posiciones. Un premio Emmy y el reconocimiento de la crítica especializada consiguieron que el público se fijara en esta barra de bar de Boston.

¿Por qué deberías verla hoy?

La serie se emitió entre 1982 y 1993 y su gran acierto fue conseguir que todos los personajes se rieran de todos, cada día le tocaba a uno, siempre sin encono y sin crueldad.

The Wire

Si 'Los Soprano' lo fueron todo para el drama, 'The Wire' lo fue para el género policiaco, es la obra más revolucionaría que ha estrenado HBO desde entonces (que me perdonen los seguidores de 'Juego de Tronos', pero no hay comparación posible). David Simon, periodista de 'The Baltimore Sun', y Ed Burns, ex policía, escribieron los guiones de esta serie como tributo y crítica a la ciudad donde vivían, Baltimore (Maryland), una ciudad bautizada por muchos como la peor del país, donde campaban a sus anchas el crimen, los asesinatos y el narcotráfico.

La serie comenzó a emitirse en junio de 2002, cada temporada estaba compuesta por 12 o 13 capítulos de una hora.

'The Wire', cuyo hilo conductor son las intervenciones telefónicas judiciales encomendadas a un grupo policial, presenta cinco ángulos de una misma historia que se desarrollan en cinco brillantes temporadas, cada una con su propia trama, con los mismos personajes surgiendo de un lado y de otro.

'The Wire' refleja la verdad de los arrabales gracias a unas interpretaciones que en el cine serían de Oscar y a un guión magistral que atrapa al espectador y lo lleva de la mano, pero a su ritmo.

¿Por qué deberías verla hoy?

Cada temporada de 'The Wire' es una película soberbia de 13 horas. Cine en estado puro.