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¿El sexo a partir de los 50 no existe? Contra el tabú de las relaciones maduras en la ficción

  • Repasamos de la mano de expertas los motivos por los que el sexo entre personas mayores sigue siendo tabú y por qué la ficción audiovisual puede ayudar a visibilizarlo

  • "Todavía no hemos normalizado la sexualidad de las personas mayores", cuenta a Uppers Joan Price, activista y autora que ha hecho carrera de esta reivindicación

  • "La sexualidad se ha relacionado mucho con la edad y se tendría que relacionar más con la salud", apunta la sexóloga y psicóloga clínica Carme Sánchez Martín

"Esta película va de las lesbianas y del sexo de las mujeres de más de 60 años, tenemos un coño y un clítoris precioso". Con estas palabras pronunciadas en prime time en una entrevista con Thais Villas, la actriz Verónica Forqué reivindicó de un plumazo varias de las invisibilizaciones más latentes en la ficción audiovisual al hilo del estreno de 'Salir del ropero' (septiembre de 2020). Ni el sexo entre las personas maduras, ni los cuerpos no normativos -especialmente de mujeres-, ni la homosexualidad cuentan con demasiada representación en las producciones audiovisuales mainstream. Una encuesta del UK Film Council reveló en 2011 que el 60% de las mujeres adultas mayores que iban al cine manifestaron su hartazgo por verse retratadas en pantalla como "abuelas asexuales". Una circunstancia que, aunque en los últimos años se ha combatido con estrenos de películas como '23 paseos', 'La cama', '45 años' y series como 'Grace and Frankie', en las que la sexualidad a los 50, 60 y 70 sí se aborda, aún suponen un excepción que tampoco se libra de estereotipos edadistas y machistas.

La actriz Alison Steadman, que está haciendo carrera en esto de interpretar papeles maduros reivindicativos -véase su personaje en la serie 'Life'- es la coprotagonista de '23 paseos' (2020) junto a Dave Johns. Una comedia romántica que Steadman está especialmente orgullosa de haber rodado porque, según recogía The Telegraph, muestra que "las personas mayores de 70 años todavía son consideradas como seres vivos que tienen sentimientos y emociones como todos los demás", ironizaba.

"No hemos normalizado la sexualidad de las personas mayores"

El cambio llega lento y tarde, pero llega. En 2015, la escena de sexo entre los actores Charlotte Rampling y Tom Courtenay en '45 años', por la que ambos se llevaron premio en la Berlinale, acaparó titulares por lo excepcional. "Un clásico moderno", la denominaron desde el portal de cine 'Little White Lies'. "Hay más conciencia sobre la sexualidad de las personas mayores ahora que cuando comencé a escribir y hablar sobre ella en 2005", cuenta a Uppers Joan Price, activista por la visibilidad de la sexualidad de las personas mayores y autora de libros como 'Desnudos a nuestra edad: hablar en alto sobre el sexo entre personas mayores'. "El sexo y el envejecimiento son un campo de la sexualidad tenido en cuenta ahora, mientras que entonces se ignoraba en gran medida. Sin embargo, la sociedad y los medios de comunicación nos siguen golpeando con mensajes de que somos espeluznantes o repugnantes si proclamamos nuestro deseo sexual y el derecho al placer sexual como personas mayores. Todavía no hemos normalizado la sexualidad de las personas mayores".

Price trabajó junto a la directora de porno ético Erika Lust cuando esta, también con ánimo de visibilizar este espectro generacional en 2019, lanzó una película documental para adultos retratando el sexo entre dos setentañeros, 'Soul Sex with John and Annie'. "Se da por sentado que solo los cuerpos jóvenes y delgados son dignos de deseo y placer sexual. Nuestros cuerpos a los 60, 70, 80 todavía son capaces de dar y recibir placer sexual. Necesitamos cuestionarnos de dónde viene esa actitud anti-envejecimiento y rechazarla ya", insiste.

Cuestión de salud, no de edad

El rechazo a la arruga, a los cuerpos no normativos o incluso a las prácticas sexuales que no son coitocentristas, ya sea explícito o mediante la invisibilización, no es más que otra forma de perpetuar el edadismo y el machismo sistémico. "Se entiende por sexualidad solo al acto coital, y es mucho más, la sexualidad con la edad también es diferente. Hay más caricias y otros tiempos para dedicar a las relaciones sexuales", cuenta Stephany Bravo Segal, periodista, investigadora predoctoral de la UB y miembro del GIG (Grupo de Investigación en Gerontología). "Pesan los estereotipos, se cree que las personas mayores son asexuadas, pero si hablas con ellas ves que están activas, solo que reprimidias, sobre todo las mujeres. Las nuevas generaciones de adultos mayores están mucho más abiertas a hablarlo, pero en medios de comunicación y en películas, a pesar de que en los últimos años se va visibilizando, no aparecen".

"La sexualidad se ha relacionado mucho con la edad y se tendría que relacionar más con la salud", apunta la sexóloga y psicóloga clínica Carme Sánchez Martín, del Instituto de Urología Serrate & Ribal. "Refranes tradicionales como el de 'de los 40 para arriba no te mojes la barriga' han contribuido a esta creencia. En décadas anteriores, con una esperanza de vida más corta y una salud más precaria, no tener relaciones sexuales según se iban cumpliendo años tenía más que ver con los riesgos asociados a determinadas enfermedades infecciosas y de transmisión sexual. Pero ahora que en los países occidentales esto está más controlado, una persona de 50, 60 o más años puede tener una muy buena salud que no le impida tener relaciones".

Ni edadista ni machista: sexualidad hay más de una

La representación mediática de las relaciones, "casi acrobática, entre gente joven y guapa, de tendencia coitocentrista y heteronormativa" es otra manera de alimentar el tabú, asegura la sexóloga y psicóloga. A menudo, en pornografía, también se contribuyen a perpetuar otros estereotipos como el de la mujer madura canónica y de cuerpo voluptuoso que mantiene relaciones sexuales con hombres más jóvenes, a las que se denomina cougar (pantera) o MILF (acrónimo de Mother I'd Like To Fuck) en un lenguaje también cargado de machismo y misoginia. "Es importante poder verse representado en lo que vemos y consumimos para que no se perpetúe ese idea única de lo que es la sexualidad. Esta no tiene edad ni fecha de caducidad", dice Carme Sánchez.

"Si no estamos acostumbrados a ver estas imágenes en los medios o lo que vemos solo está enfocado a las disfunciones eréctiles o a otros problemas, el estigma edadista permanece. La sexualidad nos acompaña desde que nacemos y a lo largo de toda nuestra vida. Hay que deshacer la imposición edadista de nuestra cultura que abarca todos los clichés asociados a la edad, no solo el sexual. Hay que hablar de esto en nuestros círculos de amigos. Es importante mostrar estas imágenes. Y otra conversación importante que hay que abordar: ¿qué pasa con la sexualidad en las residencias de mayores? No se les pregunta a los residentes si quieren tener intimidad, ni se les habilita una habitación para ello. ¿Qué pasa si un profesional se encuentra a dos personas teniendo relaciones? Todo esto forma parte de un todo del que no se habla", concluye Stephany Bravo.