Tico Medina se define a sí mismo como "un contador de historias". A sus 85 años sigue en activo y se ha convertido en una enciclopedia de anécdotas. Al cumplir los siete le picó el gusanillo del periodismo. Con esa edad escribió sus primeras líneas, unos versos a un ciprés de su abuelo. Desde entonces, no ha habido quien le pare. Pionero en la televisión en nuestro país, llegó a Madrid con 18 años y su carrera ha sido estelar. Estuvo al frente del primer programa de entrevistas de Televisión Española, 'Tele-Madrid' y también corresponsal en México durante dos años. A lo largo de su trayectoria cabe destacar, también, su época como redactor jefe de la revista 'Hola', en la que todavía escribe un blog. Eso sí, nunca se había enfrentado a la dura prueba de ser entrevista por uno de sus dos hijos periodista, Nacho Medina, de los cuatro que tiene en total.

El también periodista y comunicador ha hablado de tú a tú con su padre y nos desvela sus mejores anécdotas, esas que es imposible que se borren de la memoria. De su faceta de cazatalentos nos descubre los inicios de Pepa Flores, de Marisol, y cómo fue su debut en la televisión. Nos habla también de sus encuentros con Fidel Castro en una casa de Varadero o cómo rescató a Félix Rodríguez de la Fuente de una consulta de odontología para convertirle en un gran personaje.

Nos cuenta cómo era trabajar en televisión Española durante el régimen y cómo Franco era el único espectador importante. También nos relata, de sus años en la revista Hola, donde todavía colabora, cómo fue la primera portada de Isabel Pantoja tras la muerte de Paquirri. Y, por último, nos hace un repaso por el presente, por las princesas de barrio. Nos habla de Belén Esteban y del porqué de su estrellato.

"Entrevistar a Tico Medina es como entrar en una biblioteca de incunables. Pulsas la tecla adecuada y se desliza un tomo en tus manos. Con una diferencia: tiene 'audioguía'. Una narración de hechos, anécdotas y vivencias que convierten cada respuesta al entrevistado en una película a la que hay que bajarle las luces, y en la que echas en falta las palomitas. Tico es pasión, es hilo narrativo, es fábula, es ilusión y es documentación histórica de un país y un mundo invadido por la tecnología, que añora las historias contadas como las cuenta él.

Confieso que estaba nervioso por sentarme delante de él, aunque lleve haciéndolo casi 45 años. Hay que escuchar para saber dar la réplica adecuada, o contar una anécdota que pueda estar a una cierta altura. Además, tiene una cadencia poética en la narración que es capaz de estar hablando de algo farragoso y envolverlo con un lazo de seda.

Para un entrevistador el papel es difícil: solo puedes entrar cuando lo pida una pausa, cuando requiera un lapsus o cuando pretendas aportar algo de luz a la bombilla más iluminada de toda la sala. Debes saber ocupar tu puesto de banderillero, tu traje de plata sabiendo que el grana y oro está enfrente y debes rendirle pleitesía.

Esta entrevista empieza con un poema que podría firmar Alberti, y que lo escribe un niño granadino que, mirando a un ciprés, levantó unos de los versos más bellos que conozco. Después del envite, pasa a enumerar un estudio mítico donde paraban gente como Manolo Summers, Pilar Miró o un siempre vigente Forges, aún hoy más si cabe. Es historia viva de la televisión artesanal, de la de la caja de madera como él mismo cuenta.

Tico huele a periódico, a columna, a enviado especial, a crónica latente. Y se sienta delante de una cámara e hipnotiza a los operadores, hartos de grabar a través del visor lo que en ocasiones llamamos 'muñeco'. Tico hace escuchar y reflexionar a los cámaras, los iluminadores, los montadores y el apuntador que pasaba por allí. Y editar una entrevista suya es un lujo asiático que solo tiene un pero: que hay que cortarla. Porque si por mí fuera, la emitiría en 'play'. Esta entrevista para Uppers es más que una charla. Creo que es una joya. Un brillante. Un cara a cara entre padre e hijo delicioso".

*Nacho Medina, es periodista y productor televisivo ('Callejeros') y 'Viajeros Cuatro)