Han pasado 30 años desde que Dylan Farrow, de entonces siete años, denunciara que su padre adoptivo, Woody Allen, había supuestamente abusado de ella. Una misma historia que ha repetido desde entonces ante la justicia y los medios. Lo hizo en 2014 con una carta abierta en 'The New York Times', en 2018 con una entrevista en la cadena CBS y ahora con un documental. 'Allen v. Farrow' (HBO) es la versión extendida de la historia que brindan la hija de Mia Farrow y la propia actriz. Un testimonio contra el que el cineasta y su esposa, Soon-Yi -también hija de la actriz-, se han posicionado.

"Es difícil separar los buenos tiempos de los malo, es alguien a quien quería más que a nadie en el mundo y me ha llevado mucho tiempo entender que puedes querer a alguien y temerlo", relata Dylan al comienzo del documental, dirigido por Amy Ziering and Kirby Dick con la ayuda de la periodista de investigación Amy Herdy. En él se muestra por primera vez la cinta en la que en el año 1992 contaba a su madre los supuestos abusos a los que Allen la había sometido en el ático de la casa que la actriz tenía en Conneticut.

Apunta también, como hiciera en 2014 con su carta abierta, que los motivos por los que su madre finalmente no interpuso una denuncia contra Allen al respecto habían sido una forma de proteger su vulnerabilidad. En pleno proceso por la custodia de Dylan, Ronan y Mose, que Allen perdió, Mia Farrow habría seguido el consejo del fiscal del estado que abordó el caso, Frank Maco. En el documental, este asegura que encontró que había "causa probable" para acusar a Allen por abuso sexual a Dylan Farrow. Pero que no lo hizo por miedo a "traumatizar más a la víctima". La aparición del fiscal es otra de las novedades que aporta el documental para respaldar su versión de los hechos. Dando a entender que Allen que no fue declarado inocente por falta de pruebas en su contra, sino porque no se llegó a interponer tal denuncia.

"Un ataque lleno de falsedades", así han calificado el documental Woody Allen y Soon-Yi a través de un comunicado lanzado por sus representantes. Ambos, en contra de lo que se sugiere en el documental, siempre han asegurado que no mantuvieron relaciones íntimas mientras la que era también hija adoptiva de Allen fue menor de edad. Y su defensa se ha sustentado en la supuesta ira que el descubrimiento de la relación habría causado en Mia Farrow, quien según ellos habría inducido a su hija Dylan a relatar los supuestos abusos de Allen para que este perdiera la custodia.

Sin embargo, en su testimonio desde que fue mayor de edad, Dylan siempre ha subrayado que, en pleno principio de la década de los noventa, la prensa precisamente no puso el ojo en los supuestos abusos, sino que se centró en contar el relato amoroso de Allen con Soon-Yi, que hasta entonces habían sido padre e hija adoptiva.

Si en los noventa la posición de poder de Allen habría bastado para que el director no viera perjudicado su trabajo tras las acusaciones, en pleno 2021, en la era post 'Me Too', resulta inevitable que estos, sea cual sea la posición desde la que se aborden, sean motivo de debate.

Fue precisamente su hijo, Ronan Farrow, uno de los periodistas que desde 'The New Yorker' destapó los abusos de Harvey Weinstein marcando el pistoletazo de salida del movimiento -su investigación le valió un premio Pulitzer-. El periodista también aparece en el documental apoyando la versión de su hermana.

A raíz de este hito y con multitud de actrices como Natalie Portman, Reese Witherspoon o la productora Shonda Rhimes alzando la voz con un "Dylan, yo sí te creo", cuando el trabajo del director empezó a toparse con el espaldarazo de la industria. Algunos de los actores que trabajaron con él en la película Día de Lluvia en Nueva York, como Thimothee Chalamet y Elle Faning, donaron los ingresos obtenidos con el rodaje a diferentes organizaciones de apoyo a las víctimas de abusos sexuales como Time's Up. Amazon canceló el estreno de ese mismo filme y de los otros cuatro para los que había firmado un contrato con el director y esto le costó 34 millones de dólares a la compañía, que tuvo que pagárselos al director por incumplimiento de contrato aunque mantuvo el veto.

El debate de si se debe separar la obra del artista cuando en su vida personal ha resultado ser un monstruo, como ocurrió en el caso Weinstein, ha sido tema recurrente desde 2017. En el caso de Allen, la ausencia de una declaración judicial que lo acredite como abusador ha sido la grieta por la que mantener activa su defensa.

La proyección ahora de 'Allen vs. Farrow' ha sido percibida como el detonante definitivo para abordar la conversación. ¿Es posible seguir obviándolo? También ha avivado el fuego el testimonio de la modelo Christina Engelhardt, que cuenta en el documental que mantuvo una relación con el director cuando ella tenía 16 años y él 41, -como ocurre en su película 'Manhattan'-. El famoso productor Judd Appatow escribía en Twitter compartiendo la noticia del testimonio de Engeldhardt: "Cuando la gente defiende a Woody Allen, es difícil entender lo que defienden. Él mismo lo admite en gran parte. Está obsesionado con los niños y las jóvenes vulnerables. ¿Están diciendo que rondó y abusó sexualmente de esas chicas pero no de esta chica?", sentencia.