Duermes cada día y de vez en cuando te echas una siesta en ella. La cama puede que sea uno de los objetos más idolatrados de toda tu casa. Pero, ¿limpias el colchón? Seguramente mientras cambias las sábanas dejas que el colchón se airee durante un rato o le das la vuelta cada vez que lo haces. ¿Será eso suficiente? Aquí va una lista de trucos para limpiar tu colchón y mantenerlo lo más pulcro posible, así evitas la acumulación de polvo y ácaros que puedan afectar a tu salud.

Lo primero que hay que saber es que, para mantener un mínimo de higiene en la cama, hay que cambiar las sábanas con asiduidad, más o menos una vez por semana. Además, antes de hacer la cama es recomendable dejar que la habitación entera se ventile durante un rato, ten en cuenta que has estado horas ahí durmiendo. Cuando vayas a hacer la cama recuerda sacudir las sábanas y las almohadas antes de colocarlas. Son pautas lógicas que todos hacemos, pero de vez en cuando hay que limpiar más a fondo el colchón, pueden aparecer manchas y se acumula polvo, ácaros y bacterias.

Cada cierto tiempo, cuando cambias las sábanas, se debe aprovechar para aspirar el colchón y así evitar la acumulación de polvo y ácaros que puedan provocar, por ejemplo, alergias. Pero como seguramente ya te habrás percatado, en ocasiones aparecen manchas que no sabes como eliminar. La más típica, cuando tu hijo pequeño se orina mientras duerme. Todo un clásico. Cuando ocurre, se tiende a airear el colchón después de quitar las sabanas e intentar limpiarlo con agua y jabón.

Lo cierto es que hay algunos trucos caseros que pueden ser muy efectivos. Uno es echar sobre la mancha bicarbonato de sodio con un poco de agua y cubrirlo con un plástico. Tendrás que dejar que actúe durante unas horas. También puedes preparar dos partes de bicarbonato, otras dos de vinagre y un poco de detergente, que al igual que con el anterior método tendrás que dejar actuar varias horas y cubrirlo con un plástico. Ten en cuenta que después deberás pasar el aspirador para quitar los restos de la mezcla.

En invierno no tanto, pero en verano, con las altas temperaturas, pueden aparecer algunas manchas por el sudor. Aguantar el calor por las noches no es fácil y quitar esas manchas puede parecer complicado, pero como en todo, hay truquillos que te pueden sacar de un apuro y dejar el colchón como nuevo. Uno de los más eficaces es mezclar un poco de amoniaco con jabón y agua. El olor a amoniaco es bastante fuerte, así que escurre bien el paño o la esponja antes de frotar la mancha. Luego deja airear y tu colchón debería estar como nuevo.

Pero hay una macha que preocupa sea donde sea. En la ropa, en la almohada o en el colchón. Da igual. Una pequeña mancha de sangre siempre parece un imposible de sacar. Eso sí, si se limpia lo antes posible, debería desaparecer. Un pequeño arañazo o ese granito que se rompe mientras duerme, cualquiera puede dejar una marca de sangre. Lo mejor es darse cuenta lo antes posible y tener un poco de agua oxigenada a mano. Un pequeño chorro, dejar que salgan las burbujas y repasar con un paño para dejarlo como nuevo.

Luego están las más desagradables. Seguro que tu hijo alguna vez ha cogido algún virus estomacal que le ha hecho tener náuseas y… vomitar. Por muy rápido que hayas quitado las sábanas, habrá quedado alguna mancha maldita difícil de quitar. ¿La mejor fórmula? Va a resultar raro, pero el vinagre blanco. Mezclado con un poco de jabón y agua tibia, ayudará a eliminar la mancha y también el olor desagradable que puede quedarse en colchón.

¿Eres de los que tiene una vaporeta en casa y nunca la usa? Pues ya tiene una utilidad más que provechosa: limpiar el colchón. Es el momento de sacarla del armario, con el vapor caliente que suelta puedes eliminar los ácaros, el polvo, los gérmenes y las bacterias que se han ido acumulando en tu colchón. Después de limpiarlo déjalo secar durante unas horas y habrá quedado como si lo acabaran de traer de la tienda.