La cotización de los autónomos a la Seguridad Social ha sido objeto de debate en las últimas semanas. Desde que el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social, liderado por el ministro Escrivá, inició las conversaciones con los agentes sociales para cambiar el sistema de cotización de los trabajadores por cuenta propia, se ha oído hablar mucho de este régimen y de las polémicas cuotas que propone el ministro para atajar los problemas que el modelo está generando a la Seguridad Social.

Actualmente, los trabajadores autónomos pueden elegir la base por la que quieren realizar sus aportaciones a la Seguridad Social, siempre y cuando se mantengan dentro de unos límites. Esta libre elección, sin embargo, está generando una merma en los recursos del sistema y en la protección de los propios trabajadores, ya que aproximadamente un 85% de los trabajadores por cuenta propia deciden cotizar por la base mínima.

Como resultado, los autónomos reciben unas pensiones mucho más reducidas que las de los trabajadores asalariados, y se están generando unas pérdidas anuales de 10.000 millones de euros a la Seguridad Social.

Para luchar contra este problema, desde el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social planean cambiar el sistema e imponer un modelo de cotización por tramos basado en los ingresos reales de los autónomos. Con este nuevo mecanismo, se eliminará la posibilidad de libre elección de la que disfrutan actualmente el colectivo y se establecerán unas cuotas adaptadas a los rendimientos netos que obtengan por el desarrollo de su actividad laboral.

Mientras el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social y los agentes sociales siguen negociando para encontrar un modelo de cotización que satisfaga a ambas partes, vamos a repasar uno de los aspectos más importantes del régimen de autónomos: la base de cotización.

La base de cotización es lo que determina el importe que deberán abonar a la Seguridad Social, y puede tener efectos tanto positivos como negativos en la Declaración de la Renta.

Desde la entrada en vigor en 2018 de la Ley 6/2017, de 24 de octubre, de Reformas Urgentes del Trabajo Autónomo, los trabajadores por cuenta propia pueden cambiar su base de cotización hasta cuatro veces al año para elegir aquella que mejor les convenga, siempre y cuando se encuentren dentro de los límites de cotización, que este año se sitúan en un mínimo 960,06 euros mensuales y un máximo de 4.139,40 euros.

Para cambiar su base de cotización, los autónomos pueden dirigirse a una Administración de la Tesorería General de la Seguridad Social o tramitar directamente su solicitud a través del servicio ‘Cambio de base de cotización-autónomos’ ó ‘Cambio de base de cotización-convenios especiales’ en la sede electrónica de la Seguridad Social.

Además, deberán presentar sus solicitudes dentro de los siguientes plazos:

Dentro de estos plazos, los trabajadores podrán presentar tantas solicitudes como quieran, pero solo se aplicará la última que se realice.