Diez claves para ser más 'empleable' a partir de los 45 años
Formarse para adquirir nuevas competencias, adaptar el CV a cada oferta de trabajo, crear una identidad digital, destacar los valores propios de nuestra experiencia y no olvidarse del bienestar personal son los recursos más efectivos para abandonar la cola del paro
Tienes más de 45 años y te ves en una situación muy parecida a la de Ángel: sin empleo, con pocas perspectivas de conseguirlo y en pleno bajón. No estás solo: según un estudio de Adecco realizado entre 160 profesionales de Recursos Humanos y 600 desempleados mayores de 55 años, el 58% de los parados mayores de 55 años cree que no volverá a trabajar nunca.
¿Nunca? ¿No es una palabra demasiado definitiva? La propia experiencia de Ángel demuestra que las situaciones de desempleo prolongado pueden superarse. Para lograrlo en el menor tiempo posible, te ofrecemos los diez pasos imprescindibles para conseguir una buena oferta de empleo a partir de los 45 años, según el informe #TuEdadEsunTesoro de la Fundación Adecco.
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1. Recíclate
Estemos o no desempleados, el reciclaje profesional debe ser un elemento continuo en nuestra carrera profesional para poder adaptarnos a las demandas del mercado. Con la crisis los sectores habituales de actividad (servicios, industria, hostelería, construcción y agricultura) han dejado de generar empleo, al menos en los niveles habituales. La buena noticia es que se han creado nuevas necesidades. Nuestro objetivo es adaptarnos a los nuevos perfiles con la formación adecuada. Nuestra experiencia se verá así enriquecida y nuestro CV será más actual. Importante: vencer los miedos. El cambio forma parte de la vida y se puede aprender siempre.
2. Currículum. Si breve, dos veces bueno
Cuando se superan los 45 años, es normal tener una larga trayectoria profesional. A pesar de ello, el CV debe condensar lo más significativo y relevante para la candidatura a la que nos presentemos. Un buen currículum no debe superar las dos páginas por una sola cara. Los empleadores reciben cientos de candidaturas diarias y echan un vistazo rápido. Hay que sintetizar la experiencia más significativa, de lo más reciente a lo más antiguo. Si tienes poca experiencia laboral, resalta tu formación académica y tus puntos fuertes.
3. Adapta tu CV a cada oferta
Tener más de 45 años es una ventaja para poder presentarnos a varios puestos. A lo largo de nuestra trayectoria laboral, habremos desempeñado diferentes perfiles y esa experiencia ahora es valiosa. Pero la clave es mostrar esa diversidad de perfiles a los reclutadores. ¿Cómo? Adaptando nuestro CV a cada oferta. Lo recomendable es tener redactado un currículum muy especializado y otro más abierto, válido para puestos menos específicos.
4. Destaca los hitos de tu carrera
Cuando trabajamos en una empresa mucho tiempo debemos incluir no sólo los puestos que hemos desempeñado, sino los logros que hemos conseguido: los clientes que hemos atraído, el proyecto que hemos llevado a cabo o la implementación de algún sistema de trabajo, entre otros. Estos hitos nos ayudarán a romper la linealidad del CV y a señalar el valor diferencial que podemos aportar en nuestra nueva empresa.
5. Di sí a la tecnología de la información
Seguramente haces muchas de tus gestiones online, buscas información por internet, escribes y recibes correos electrónicos y conoces el Word como la palma de tu mano. Si no es así, ha llegado el momento de aprender todo eso. No te agobies, hay cursos sencillos y asequibles (hasta gratuitos) y se puede aprender a cualquier edad. Si todo lo anterior te lo sabes, da un paso más allá: aventúrate en diseño de páginas webs o aprende a manejar las redes sociales.
6. Crea tu identidad digital
De nuevo hay que hablar de redes sociales. Facebook, Twitter y LinkedIn se han convertido en una herramienta clave en la selección de candidatos y la búsqueda de empleo. Son redes que nos ayudan a dar valor a nuestro perfil tanto profesional como personalmente. Puede que pienses que es algo complejo o que no va contigo, pero hay razones que aconsejan que seas activo en estos nuevos canales de ‘venta’. Si aún no estás convencido, te contamos por qué conviene ser activo en estas redes:
- Cada vez más empresas apuestan por la publicación gratuita de ofertas profesionales a través de las redes sociales. Ahorran costes y llegan a un gran número de candidatos.
- Harás nuevos contactos que pueden ser fundamentales para ti y recuperarás otros que pueden ayudarte.
- El 70% de las personas que buscan empleo lo hacen a través de RR.SS. No puedes quedarte fuera de este circuito.
- 1 de cada 5 empresas han descartado candidatos por no saber utilizar estas redes. La percepción que se ofrece es la de una persona que no ha sabido actualizarse.
- El recorrido de tu candidatura es mucho mayor que el de un CV en papel. El perfil de la web es accesible por todos desde todas partes.
- La identidad digital siempre suma. Pero, ¡cuidado!, las redes sociales no pueden contradecir nuestra ‘marca’ personal. La honestidad y la transparencia son obligatorias.
7. Dale la vuelta al 'edadismo'
El edadismo (la discriminación por motivos de edad) existe y hay que saber sortearlo. Preguntarle a un candidato por su edad durante una entrevista de trabajo ya no se hace de manera explícita, pero en el ambiente flotarán los años de experiencia, dando lugar a cuestiones que pueden favorecernos menos. Una de ellas es la sobrecualificación. En este caso, la respuesta adecuada es que estamos dispuestos a aprender nuevas habilidades. Otra es la juventud de los que podrían ser nuestros superiores; aquí, hay que mostrar nuestra capacidad para adaptarnos. La autoridad, además, no viene por los años, sino por la competencia demostrada. La típica pregunta de ¿dónde nos vemos dentro de unos años? solo puede responderse de manera honesta: buscas estabilidad y un entorno laborable donde desarrollar todo tu expertise.
Sin embargo, la pregunta más importante es la que debes hacer tú: ¿qué puedo aportarle a la empresa que decida contratarme? Experiencia, seguridad, confianza, inteligencia emocional… Exactamente, las competencias que acumulamos los mayores de 45.
8. Mantén una mente y un estilo de vida positivos
Estar en paro no significa vivir bajo mínimos. Es cierto que puede asaltarnos una sensación de economía de guerra. Y en ese momento, hay que huir en sentido contrario. Cultivar las relaciones sociales, disfrutar de pequeños placeres, pasear, leer, hacer algo de deporte, descansar lo suficiente… En definitiva, mirar la vida con buenos ojos no requiere grandes gastos y sí nos predispone a tener mejor ánimo, a creer en nosotros mismos y a relativizar las malas noticias. Todo eso nos ayudará a superar los peores momentos y, curiosamente, nos hará más ‘empleables’. La mayoría de los reclutadores prefieren incorporar a personas positivas porque las perciben como más eficientes y con mejores capacidades sociales.
9. Trabaja como voluntario
Ser parado de largo duración y no acusar altibajos emocionales es una tarea casi imposible. La autoestima puede quedar muy tocada. En este escenario, el voluntariado puede ser de gran ayuda. Ser voluntario es una opción que no solo ocupa nuestro tiempo, sino que nos ayuda a conocer personas que pueden ser estratégicas para nuestro futuro profesional y a ser mejor valorados por las empresas. Como voluntarios, las empresas o departamentos de selección de personal nos percibirán como personas dinámicas, comprometidas con el entorno y muy familiarizadas con el trabajo en equipo. Y, lo mejor, somos útiles para nuestra sociedad.
10. Haz networking: la red de contactos ayuda. Y mucho
networkingAunque parece que tiene que ver solo con las RR.SS, el networking, cultivar la red de personas en las que confías, funciona dentro y fuera de internet. Es básico que te emplees a fondo en este tema: amplía tus contactos, comparte que estás en un proceso de búsqueda de empleo, date a conocer y ponte siempre a su disposición. Intenta hacer algo por ellos antes de que ellos hagan algo por ti. En el networking, los caminos siempre son de doble dirección.