Estas últimas semanas han dado para mucho en lo referente a pensiones. Ha costado, pero finalmente se ha llegado a un acuerdo en el Pacto de Toledo de la mayoría de grupos parlamentarios en la creación de su informe de recomendaciones. Esto tiene una consecuencia muy clara: se da vía libre a la reforma de las pensiones con las 22 recomendaciones que la Comisión del Pacto de Toledo ha consensuado sobre aspectos de gran relevancia, especialmente relacionadas con el sostenimiento y la revalorización de las pensiones. Eso sí, aún se podrían realizar modificaciones puntuales en ese texto que ya ha sido aprobado por una amplia mayoría.

Los procesos parlamentarios no siempre son tan ágiles como deberían, pero la pelota ahora mismo se encuentra en el tejado del ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, para que esas recomendaciones pasen a ser leyes y se hagan efectivas lo antes posible. Uno de los aspectos más importantes para los pensionistas es que se les va a garantizar el poder adquisitivo y que su revalorización se llevará a cabo en función del IPC real, por tanto, en 2021 las pensiones subirán un 0’9%.

Pero vayamos un poco más hacia lo que interesa, ¿qué dice el texto aprobado por la Comisión sobre la jubilación? Pues bien, en lo referente a los años, por el momento, no van a realizarse cambios, pues el periodo mínimo de cotización para acceder a una pensión contributiva se mantendría en 15 años, mientras que para el cálculo de la base reguladora también se establecerían 25 años.

Donde sí que podrían existir cambios, casi con total seguridad, es en que los jubilados parece que podrían elegir sus mejores años de cotización para el cálculo de su pensión con el fin de no perjudicar a aquellas personas que durante su vida laboral han tenido largos periodos de desempleo o de empleo precario. Por tanto, si en 2022 se van a tener en cuenta 25 años de cotización, cualquier trabajador que quiera jubilarse podrá omitir esos años que no le beneficiarían en el cálculo de su pensión. Una medida que sería especialmente favorable para las personas con una larga vida laboral al poder escoger el mejor tramo de su actividad.

Los autónomos quedan un poco más en el aire ante este acuerdo, pues para futuros jubilados la propuesta es que coticen según sus ingresos reales, una medida a la que al parecer aún le queda debate y diálogo. Aún así, la Comisión habría pedido una mayor regulación para que tanto trabajadores por cuenta ajena como los trabajadores por cuenta propia tengan una protección social similar, así como luchar contra la figura del falso autónomo.

La ampliación de la edad de la jubilación es un tema de debate que parece que nunca acaba, por eso mismo se ha trabajado en lo referente a la jubilación anticipada, ya que los planes del ministerio es que hayan las menos posibles para que las jubilaciones efectivas se acerquen lo máximo posible a la edad legal e incentivar esa permanencia. Una medida que no tardó en tener discrepancias dentro del gobierno, principalmente por parte de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

Al querer alargar el momento de la jubilación, como comentábamos, se endurece la jubilación anticipada, principalmente para que no se convierta en una especie de sistema de regulación de las empresas para desprenderse de sus trabajadores más veteranos. Pero ojo, porque esas posibles penalizaciones podrían tener algunas excepciones, en concreto para quienes accedan a la jubilación anticipada forzosa. De esta forma por parte de la Comisión se pide una revisión sobre las penalizaciones a este tipo de jubilaciones, principalmente a las forzosas, pero también a aquellos trabajadores con una larga vida de cotización.

En relación a las pensiones de orfandad y viudedad podrían tener cambios relevantes. Para los primeros podrían aumentarse la efectividad del cobro hasta los 25 años, edad que hasta el momento, según la Seguridad Social, solo se cobra en determinados casos. Por su parte, en lo referente a la prestación por viudedad es muy posible un aumento en la cuantía para mayores de 65 años, ya que esta pensión suele ser la única fuente de ingresos.

Los jóvenes también se han colado en ese Pacto de Toledo, ya que solicitan políticas para su entrada en el mercado de trabajo de una forma estable, pues la precariedad en la que se mantienen la mayoría de trabajadores jóvenes podría tener consecuencias negativas en sus pensiones de jubilación de cara al futuro. Entre otras cosas también se han establecido ciertas recomendaciones respecto a la brecha de género que existe en las pensiones para corregirla lo antes posible.

Son muchas las recomendaciones salidas de la Comisión del Pacto de Toledo que apoya una gran mayoría parlamentaria. A falta de ciertas correcciones y modificaciones parece que la nueva reforma de las pensiones estaría bastante cerca. Por ahora habrá que esperar para ver si todo esto se cumple y entra en vigor lo antes posible.