El pasado 7 de noviembre Kamala Harris hizo historia al convertirse en la primera vicepresidenta de Estados Unidos. Después de cuatro años de presidencia republicana, el partido demócrata ponía fin al polémico gobierno de Donald Trump y volvía a la Casa Blanca de la mano de Joe Biden en unas elecciones marcadas por la pandemia del coronavirus y los bulos sobre un posible fraude electoral.

Desde entonces, la vida de la número dos de Biden ha cambiado radicalmente, y no solo en el ámbito laboral. Tras prestar juramento el pasado 20 de enero en la ceremonia de investidura, Harris y su pareja, Douglas Emhoff, han empezado una nueva etapa en Washington, donde residirán en Casa Blair, donde suelen alojarse los invitados del presidente de Estados Unidos, mientras finalizan las obras de la mansión oficial de los vicepresidentes estadounidenses, una espectacular construcción ubicada en el Observatorio Naval, a tan solo cuatro kilómetros de la Casa Blanca.

Ahora que ocupará la casa que le corresponde por cargo, Kamala Harris ha decidido vender su espectacular loft en San Francisco (California) para empezar su nueva vida, y lo ha hecho por la espectacular cifra de 799.000 dólares (en torno a 660.000 euros), un precio de escándalo que supera con creces los 489.000 dólares que ella pagó allá por 2004 y que, sin embargo, no ha impedido que el piso se vendiese en un tiempo récord de tan solo dos semanas.

Situado en la última planta de un edificio boutique del barrio South of Market (SoMa), este loft destaca por su ubicación, una de las más populares de todo San Francisco. Antigua zona industrial, el distrito se caracteriza por albergar la sede de algunas de las empresas tecnológicas más importantes del momento, como Uber o LinkedIn, y por su amplia oferta cultural, con museos y galerías de arte como el famoso Museo de Arte Moderno de San Francisco, también conocido como el SFMOMA, donde se pueden disfrutar de obras de Andy Warhol, Jackson Pollock o Georgia O'Keeffe, entre otros.

La ubicación es, precisamente, uno de los motivos del precio, pero el loft no se queda atrás, ni mucho menos. Con una superficie de 100 metros cuadrados repartidos en dos plantas y con terraza exterior, el apartamento es un espacio ideal para vivir en pareja. En el piso de arriba cuenta con un amplio dormitorio, un baño y un vestidor, mientras que en la zona de abajo, en un espacio sin paredes, se encuentran la cocina, el salón y un pequeño despacho.

El loft presume de una gran luminosidad gracias a sus amplios ventanales y de unos techos muy altos que le aportan una sensación de amplitud. De paredes blancas, la decoración mezcla tonos blancos, grises y negros que combina con detalles decorativos en tonos marrones y de aspecto vintage, siguiendo, eso sí, una estética minimalista.

Está equipado con electrodomésticos de alta gama y cuenta con una chimenea en el centro del salón. Además, dispone de una plaza de garaje y un trastero que también se han vendido.

Actualmente, Kamala Harris vive en Casa Blair, una histórica vivienda construida en 1824 que sirve como residencia oficial para los invitados del presidente. Compuesta por cuatro viviendas interconectadas entre sí, esta mansión es, técnicamente, más grande que la propia Casa Blanca y suma 14 suites con baño propio, 35 cuartos de baño, tres comedores formales y dos salas de conferencias. Además, cuenta con un salón de belleza, un gimnasio y una biblioteca.

Sin embargo, esta residencia es temporal y, en cuanto finalicen las reformas, Harris y su marido se trasladarán a la residencia oficial de los vicepresidentes, una mansión de 800 metros cuadrados ubicada en el Observatorio Naval. Construida en 1893, allí disfrutarán de mayor intimidad gracias a la extensa vegetación que rodea a la vivienda y de todo tipo de comodidades.