Desde los tiempos ancestrales, ahorrar dinero es inherente al ser humano. Lo intentamos por todos los medios y para todos los fines posibles, aunque, en muchas ocasiones, no lo conseguimos. De hecho, si en 2009 la tasa de ahorro de las familias españolas se situó en el récord del 13,4%, a finales de 2018 el porcentaje únicamente llegaba al 4,9%. Cada vez ahorramos menos, bien porque no podemos, bien porque no sabemos cómo hacerlo.

Si estás dentro del segundo grupo de personas, lo más probable es que te interese conocer este método ancestral para ahorrar: el método Kakebo.

Su utilización no es nada nueva. Este método se creó en 1904, cuando la periodista y creadora de la primera revista femenina de Japón, Motoko Hani, lo inventó para ayudar a las mujeres niponas a llevar las cuentas del hogar de la manera más eficaz posible. Aquello no era baladí, puesto que su asignación mensual estaba totalmente relacionado con lo que fueran capaces de ahorrar en cada periodo de 30 días.

Hoy por hoy, el método Kakebo sigue totalmente vigente en la sociedad japonesa y, aunque ha evolucionado y han nacido aplicaciones móviles para registrar todos los movimientos de la economía familiar, lo cierto es que se sigue utilizando en su formulación original: con un cuaderno y un bolígrafo.

Seamos sinceros, todos sabemos que para ahorrar tiene que entrar más de lo que sale, pero el método Kakebo va un poco más allá. Además de la parte pragmática de apuntar todos los gastos e ingresos con mucha meticulosidad, este método de ahorro tiene un componente psicológico muy importante.

El hecho de tener que apuntar, día a día, todos los gastos que has generado durante esas horas, te hará darte cuenta de que, realmente, tienes muchos pagos que son totalmente evitables y que podrías evitar para ahorrar dinero. Por ejemplo: si tu cuenta al final de mes te dice que te has gastado 60 euros en cafés, igual al mes siguiente decides tomar un café menos al día y terminar ahorrando 30 euros que, multiplicado por los 12 meses, te hará ahorrar 360 eurazos ni más ni menos. Suma, multiplica, y el ahorro es considerable.

Además, para hacer bien este método Kakebo no te servirán ni plantillas en Excel ni aplicaciones móviles creadas exprofeso. Lo mejor, si quieres tener el máximo ahorro, es hacerlo a mano, escribir en el cuaderno, oler y mancharte la tinta, como en el método primitivo.

1.- Apunta todos los ingresos: en este método no se habla únicamente de tu salario, sino todo tipo de ingresos que puedas recibir: propinas, comisiones, rentas, etc.

2.- Lo mismo con los gastos fijos: en otra de las columnas, suma todos los gastos comunes que tienes sí o sí cada mes, como el pago del recibo de la luz, internet, gas, agua, hipoteca, gimnasio, etc.

3.- Resta: el siguiente paso es restar el punto 1 y el 2. Así te saldrá lo que te queda neto para pasar el mes, lo que sería 'tu beneficio'.

4.- A sumar gastos puntuales: en este sentido, el método Kakebo tiene varias categorías donde agrupar tus gastos: supervivencia, ocio y vicio, cultura y otros, como regalos o imprevistos.

5.- Fija tus metas: también tendrás que tener claro cuáles son tus metas de ahorro mensual y también semanal. Así podrás ver si lo vas cumpliendo cada poco tiempo y tomar las medidas de corrección oportunas si no lo cumples.

6.- Constancia: es un método que te requerirá un trabajo diario de ir apuntando los gastos. Truco: acumula los tickets de cada día y dedica una hora a la semana para pasarlos a limpio y no tener que invertir tiempo durante el resto de los días.