Ahorrar es fundamental para tener unas finanzas estables que nos permitan hacer frente a cualquier tipo de imprevisto, pero cada vez es más complicado reservar una parte de nuestro dinero de cara al futuro. Según el Indicador de Confianza de los Consumidores del mes de abril publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), más de la mitad de los españoles llega justo o con dificultades a final de mes.

En concreto, el estudio, en el que se han entrevistado a casi 2.800 personas, señala que un 36,6% de los encuestados llegan justos a final de mes, mientras que un 11,1% tiene que echar mano de sus ahorros y un 5,3% ha contraído deudas por la misma razón. En cambio, un 37,8% de los encuestados afirma que puede ahorrar “un poco”, y tan solo un 7,9% puede asegurar que ahorra bastante.

Esta incapacidad para tener ahorros puede llegar a ponernos en más de un apuro si nos vemos sorprendidos por un gasto inesperado, como puede ser la reparación del coche, un problema en la vivienda o una factura de la luz mucho más alta de lo que esperábamos. En estas situaciones, muchos se ven con la necesidad de conseguir dinero rápido para poder solventar los costes, y no pueden permitirse esperar a finales de mes (o a principios del siguiente) para cobrar su sueldo. Para sacarnos del aprieto, solicitar un anticipo de la nómina se presenta como la mejor opción, ya que cuenta con unos intereses mucho más bajos que otros productos bancarios como los préstamos. Pero ¿es realmente beneficioso?

El anticipo de la nómina es un préstamo a corto plazo que nos concede la entidad bancaria en la que tenemos domiciliada nuestra nómina o pensión y que, por norma general, nos permite disfrutar de un valor máximo equivalente al de tres de nuestros sueldos antes de que los cobremos.

Este tipo de préstamos deben amortizarse en un plazo de entre tres y seis meses, aunque hay casos extraordinarios que pueden alargarse hasta los doce. Sus ventajas son varias. Por un lado, nos permite obtener liquidez en momentos de necesidad de forma rápida, normalmente en pocos días u horas. Por otro, nos ofrece unos tipos de interés muy reducidos que incluso pueden llegar a ser de tipo cero, siempre y cuando no nos retrasemos con el pago.

Actualmente, cada vez hay más bancos que ofrecen cuentas bancarias que permiten el anticipo de la nómina, pero si no tenemos contratado este tipo de cuentas siempre podemos negociar con nuestra entidad para solicitar el adelanto. Otra posibilidad es pedírselo directamente a nuestra empresa (los trabajadores tienen derecho a ello, según el Estatuto de los Trabajadores), aunque en estos casos el importe del adelanto será equivalente a lo que hayamos trabajado en el mes. Además, es probable que nos veamos envueltos en una situación un poco incómoda con los responsables de Recursos Humanos.

El requisito imprescindible a la hora de solicitar un anticipo de la nómina es tener domiciliados nuestros ingresos en la entidad financiera en la que queramos pedir el préstamos. Sin embargo, cada banco puede exigir otros requisitos adicionales, como puede ser un tipo de contrato determinado o una antigüedad concreta en el banco, para dar estos adelantos.

De igual manera, cada entidad bancaria cuenta con sus propias comisiones sobre este tipo de préstamos. Así, y a pesar de que la gran mayoría suele tener, como mínimo, unas pequeñas comisiones, también puede darse el caso de que no tengamos que pagar ninguna. Un ejemplo: el BBVA ofrece anticipos de nómina con una comisión del 1,5%, mientras que el Banco Santander pide una del 3,5%.

Solicitar un anticipo de la nómina puede ser la solución que buscas para acabar con un problema de liquidez. Sin embargo, y a pesar de que las posibilidades de que nos lo concedan son muy amplias, siempre puede darse la situación de que acabemos sin él, ya que los bancos estudiarán y valorarán nuestra propuesta antes de aprobarla o denegarla.