Es uno de los momentos más esperados. Tus hijos lo están deseando. Sueñan con pasar a la siguiente etapa escolar o con dar el salto a la vida profesional. Es su día. Su graduación. Pero para ti, como madre, padre o abuelo, es igual de especial. Ilusión y orgullo a partes iguales. Una fecha marcada en el calendario probablemente desde hace meses. Una sensación de satisfacción, de haberlo hecho bien y en parte, también, de melancolía por el paso del tiempo. Todos estos sentimientos este año se suman a otro más. A la incertidumbre. La de no saber qué va a pasar. Si se va a celebrar, si se va a posponer o si será a través de una pantalla. La pandemia hace que nos replanteemos estos actos y su modus operandi. Hablamos con varios padres e hijos que estaban a punto de graduarse para que nos expliquen cómo hacen frente a la suspensión de este importante acto.

Algunos colegios han decidido, ante la incertidumbre, valorar septiembre como una alternativa factible para que sus estudiantes puedan celebrar el acto de graduación. Es lo que Ha ocurrido en el colegio Carmelitas de Toledo. Allí, los padres tienen serias dudas sobre la viabilidad de este planteamiento. "No tenemos ninguna información en firme pero en algún momento se comentó que septiembre sería un buen momento. Yo la verdad es que no lo veo factible. En septiembre comienzan las clases en la Universidad y mi hija, por ejemplo, no sé si estudiará en Toledo, probablemente esté fuera", explica Benito.

Él es padre de tres y su hija Olga era la última que dejaba el colegio. Tanto para Benito como para su mujer esto ha sido un golpe. "Siempre hace mucha ilusión este momento. Mis otros dos hijos ya se graduaron y fue muy emotivo. En nuestra familia es un acto importante y ya no solo por nosotros. Para ella ha sido un palo, tenía muchas ganas", nos cuenta.

Posponerlo es una de las alternativas que se han planteado la mayoría de colegios e institutos en España. Y, tras hablar con varias familias todas tienen algo en común. "La indefinición". En el Instituto Carlos III, por ejemplo, ni padres ni alumnos saben nada al respecto. Entienden que el acto no se celebrará pero tampoco se ha planteado ninguna alternativa por el momento. Esta situación afecta y mucho a los estudiantes españoles que llevaban meses pensando como iba a ser su despedida de las aulas preuniversitarias.

Olga, la hija de Benito, tiene 17 años, acaba 2º de bachillerato y se está preparando la EBAU. Su graduación estaba programada para el próximo 15 de mayo pero no se celebrará. "En el cole nos han dicho que no saben nada del tema, para mi era algo muy especial y por suerte no teníamos nada de la fiesta reservado todavía. Aunque yo ya tenía pensados varios modelitos – afirma entre risas -". Cuando le preguntamos si le gustaría que se celebrase en septiembre ella lo tiene claro. "Me haría ilusión porque al final es un acto con las personas que llevo estudiando desde los 3 años. Evidentemente no va a ser igual que si fuera ahora pero aún así quiero que se haga", asevera.

En el colegio de Olga no se han planteado una opción que en otros centros sí han hecho. La graduación virtual. A principios de abril nos llegaban las imágenes de Japón, con sus estudiantes celebrando el acto con su cara pero con un cuerpo robot. En su momento nos pareció impensable pero ahora, ¿qué padre o alumno no querría esta graduación visto lo visto? No sabemos si llegarán a este extremo pero lo que está claro es que hay centros que sí abren la puerta al mundo digital.

En un prestigioso colegio madrileño aseguran que sus estudiantes no se van a quedar sin graduación, que se celebrará a final de año cuando las condiciones sanitarias mejoren. Están barajando septiembre o incluso diciembre, después de que sus alumnos hayan cursado el primer trimestre de universidad. Mientras tanto, a os padres se les ha informado de que el acto de graduación será virtual.

Pablo estudia en este colegio segundo de bachillerato y forma parte de la promoción marcada por el coronavirus. "Teníamos preparada una ceremonia en el colegio con las familias y, al acabar, los chavales teníamos reservado un local. Menos mal que nos van a devolver el dinero", nos cuenta. Él se cambió a este colegio hace dos años y reconoce que para él no era demasiado importante. "Sin embargo para mis compañeros era algo muy simbólico. Para mi es peor quedarme sin el interrail que llevábamos preparando todo el año para cuando acabásemos", asegura.

José Luis está en el otro lado. Es padre, tiene 67 años y su hija se iba a graduar en mayo en Cornell Tech, una universidad de Nueva York donde estudia este año. Ahora lo hará pero virtualmente. "Es una opción inesperada pero mejor esto que nada. Nos han dicho que para la gente que no lo pueda ver en directo lo grabarán y nos lo enviarán. Yo la verdad que tengo mucha curiosidad de saber cómo lo van a hacer técnicamente. Nosotros la verdad que estamos un poquito chafados pero salga como salga nos va a encantar", dice emocionado.

Para Eva, su hija, también es una desilusión enorme. La graduación era una de las partes más importantes de su experiencia estadounidense. "Mi graduación es virtual, nos avisaron cuando se empezó a poner la cosa fea con el coronavirus. Están intentando mantener en secreto cómo va a ser el acto para que nos haga ilusión. Se va a mantener la estructura: los discursos, los premios pero los diplomas no sabemos cómo nos los entregarán. Es todo nuevo, en una semana lo comprobaré", explica entre risas.