El mundo del reloj, a pesar de parecer algo básico, es un mundo de infinitas oportunidades, donde una simple pulsera del tiempo puede, con su propio diseño, decir mucho de la personalidad o los gustos de quien lo lleva. Así, las grandes marcas buscan su propio concepto, esos detalles que hacen especiales a sus relojes frente a otros. Eso es algo que siempre se ha tenido en mente desde Ulysse Nardin, una marca relojera suiza con más de 150 años de historia que desde un principio ha tenido su inspiración en el mar y en la navegación para el diseño de sus relojes de lujo, mejorando en innovación para no quedarse atrás y continuar, a día de hoy, siendo uno de los referentes relojeros mundiales.

Ulysse Nardin centra su diseño y su forma de crear relojes en el mar, algo que se ve plasmado cuando se admira cualquiera de ellos. La marca del alta relojería cuenta con cinco colecciones distintas, cada una muy diferente a la otra para contentar a los diferentes públicos interesados en su tipo de relojería. La colección Marina es uno de sus diseños más míticos, relojes que guardan una gran sencillez en su diseño para su uso diario pero que, gracias a su lujo, no desentonan en las ocasiones más especiales y elegantes. Algunos pueden superar ampliamente los 20.000€ e incluso algunas de sus ediciones limitadas, como el Megayate marino 44 mm, no tienen un precio marcado, sino que depende de la demanda del momento.

Otro de sus diseños, el que probablemente es más distinto y chocante, es el Freak. Algunos de sus modelos, como el Freak Vision 45 mm, llegan a los 95.000€. Su gran peculiaridad se encuentra en la propia esfera, que desde la marcan definen como un “diseño disruptivo”, y no es para menos. La colección Ejecutivo tampoco se queda atrás. Donde se buscaba elegancia y sofisticación también se ha encontrado innovación en el diseño, en especial en la esfera, como con el Moonstruck 46 mm de edición limitada de 95.000€ en el que se representan los movimientos de la luna y el sol y un mapa de las mareas.

Su colección Classico podría quedarse en eso, clásica. Un diseño básico pero efectivo de primeras calidades en donde su gran atractivo y punto de diferenciación se encuentra en la esfera. Si bien sus modelos principales guardan cierta sobriedad y elegancia, varias ediciones limitadas le dan un toque totalmente diferente al llevar grabados en sus esferas distintas pinturas relacionadas con el mar, desde barcos o tiburones, hasta sirenas.

En la colección Diver, la última de las cinco, se encuentran algunos de sus modelos más representativoa, como el Buzo, aunque si hay uno por el que más se ha conocido siempre a Ulysse Nardin ha sido por el Diver Chronograph, un modelo de lujo elegante a la vez que deportivo del que se pueden encontrar varias versiones a diferentes precios.

La última que ha salido, y quizá la más especial, es una edición limitada a 300 piezas únicas: el Diver Chronograph. Cada uno de los relojes está, en uno de sus laterales, enumerado individualmente para saber que es una de las 300 unidades fabricadas. Este diseño nace de la relación con la organización Ocearch para colaborar con la investigación marina, en especial de los tiburones.

Ulysse Nardin es una marca unida al mar desde su nacimiento y dado que el principal objetivo de la unión es salvar a las especies de tiburones y ayudar a equilibrar el ecosistema marino, en la correa de caucho lleva grabada la figura de un tiburón martillo, al igual que en la parte posterior de la caja. Un reloj en color azul marino que acentúa sus detalles con el rojo para hacerlo destacar. El precio para esta edición limitada tan especial es de 11.900€.

Ulysse Nardin no solo es una firma de alta relojería, es innovación en diseño y tecnología para ofrecer a su público lo que quiere llevar en sus muñecas, con modelos que quizá ni pensaban que podrían vestir y que, gracias a su elegancia y modernidad han conseguido sacar adelante, con un concepto siempre ligado al mundo marino. Joyas del tiempo no aptas para cualquier bolsillo, pero con una alta capacidad para enamorar a cualquier persona.