Ha empezado la primavera y merece la pena escaparse a contemplar cómo se cubren de flores blancas los cerezos. Es un espectáculo para todos los sentidos y, por eso, en Uppers, te proponemos diversos lugares donde ver los cerezos en flor en España.

Todos cumplen unas condiciones climáticas y de suelo parga su cultivo: inviernos largos y fríos y veranos de calor con suelos porosos que aguantan la sequía, pero no los excesos de agua. Es una gran oportunidad para conocer las costumbres, tradiciones y gastronomía de estas regiones españolas donde se organizan ferias, celebraciones y actividades en torno a la cereza. Este año se han pospuesto por motivo de la pandemia, pero podremos participar y disfrutar de ellas más adelante.

Lo que nos interesa es saber cuándo es la época de los cerezos en flor. El invierno y su climatología son los que marcan el ritmo de la floración. Las flores comienzan a brotar en las zonas más bajas de los valles y las más tardías en las de mayor altitud. Aguantan en su máximo esplendor de 15 a 20 días, así que hemos de estar pendientes para aprovechar justo ese momento.

En las oficinas de turismo, ayuntamientos, hoteles, restaurantes y comercios de las localidades que te proponemos a continuación informan de cuándo es la época de los cerezos en flor cada año.

En el Valle del Jerte, en la provincia de Cáceres, hay más de un millón y medio de cerezos. Las laderas de las montañas se han modelado en terrazas para su cultivo. Se celebra la Fiesta del Cerezo en Flor y hay dos rutas excelentes para hacer en coche o en moto.

La primera, de unos 30 kilómetros, discurre paralela al río Jerte siguiendo la N-110: comienza en el Puerto de Tornavacas y concluye en el pueblo de Navaconcejo. La segunda, de unos 50 kilómetros, empieza en la localidad de Valdastillas y finaliza en Rebollar. Este año 2021, en la última semana de marzo, las áreas bajas y altas del Jerte ya estaban tupidas de flores y se iniciaba la floración en los cerezos de los pueblos más altos como el Piornal.

En el Valle del río Bubia, en León, la localidad de Corullón cuenta con conjuntos de cerezos entre cultivos y arquitectura típica. Hay dos rutas destacables circulares y de baja dificultad para recorrer a pie: la de San Juan con unos 3 kilómetros de recorrido y la de San Martín de solo 2 kilómetros.

El pueblo de Bolea, a 20 kilómetros de Huesca, celebra cada año la Feria de la Cereza donde es posible comprar hasta 30 variedades distintas. El evento se organiza junto a degustaciones y actuaciones musicales. En esta comarca de La Hoya, los propietarios también permiten visitar las plantaciones de cerezos.

El Valle de las Caderechas se localiza al noroeste de la comarca de La Bureba, en Burgos. Se trata de un área histórica para estos frutales porque en los monasterios de la región se han encontrado documentos escritos fechados en el siglo XII que hacen referencia al cultivo de cerezos y manzanos.

La comarca de la Axarquía es la más alta de la provincia de Málaga y cumple las condiciones climáticas para producir este fruto. El municipio de Alfarnate celebra la Fiesta de la Cereza desde hace 15 años. La ruta de senderismo de Las Pilas, con 12,7 kilómetros y circular, es preciosa; transcurre ente los campos de cultivo y el patrimonio etnográfico de la región.

Este pueblo del Parque Regional de la Sierra de Gredos también cumple la tradición porque se plantaron los primeros cerezos a finales del siglo XI. En El Hornillo hay unos 50.000 ejemplares que se pueden contemplar en una ruta básica que recorre El Hornillo, Guisando y El Arenal. A pie es costumbre realizar la ruta circular de Las Escarilluelas, paralela al cauce del río Canto.

En Mieza, localizado en el municipio salmantino de Los Arribes, es donde se concentran el mayor número de ejemplares de estos frutales. Desde hace más de 20 años hay rutas de senderismo guiadas que recorren el valle y en las que explican los métodos de producción de la cereza.

Chantada es una localidad famosa porque concentra la mayor producción de cereza ecológica de Galicia. En esta ocasión, los cerezos se reparten entre los viñedos y el espectacular paisaje de la Ribera Sacra a orillas del rio Miño.