Además de ser un coche de película (Pierce Brosnan, Sean Connery, todos se subieron a estos bólidos modificados por Q en la saga 007), Aston Martin es un referente de las carreras de coches deportivos. Sin embargo, hace mucho tiempo que no lo vemos en los Grand Prix de Fórmula 1, la competición estrella del mundo del motor. Ahora, tras 60 años sin aparecer por los circuitos de Monza, Nürburgring o Mónaco, la marca de deportivos de lujo volverá a la parrilla de salida de F1. Repasamos algunos hechos históricos y anécdotas que catapultaron a la marca británica hasta el olimpo del automovilismo.

Antes de comenzar este repaso, hay que señalar que Aston Martin está vinculada a la competición desde los albores de su creación. Cuenta con una victoria en Le Mans y tres consecutivas en los 1.000 kilómetros de Nürburgring. Antes, la escudería británica se proclamó campeona del mundo de Autómoviles Deportivos en el año 1959. Estas victorias denotan la capacidad de adaptación y competitividad a las pruebas de resistencia, donde siempre ha destacado.

Pero no siempre fue así. La marca nació hace 107 años de la mano de Lionel Martin y Robert Bamford. Corría el año 1913 y el mundo se preparaba para la Gran Guerra, en un contexto sociopolítico ciertamente complicado. Sin embargo, ni un acontecimiento de la magnitud como la Primera Guerra Mundial consiguió frenar el impulso de Martin y Bamford, que desde siempre quisieron vincular su creación al mundo de la competición.

Llegaron los años 20 y todo empezó a coger forma. Pese a que se habían hecho un nombre en los circuitos de montaña de Gran Bretaña, todavía estaban lejos de alcanzar la fama mundial. No obstante, sabían cómo conseguirla: exponiéndose en las carreras de Grand Prix de Europa. Y así lo hicieron. Martin conoció al Conde Louis Zborowski, que tenía este título nobiliario gracias a su padre. Era un apasionado de la velocidad y los deportes de motor. Sin comerlo ni beberlo, se juntaron el hambre y las ganas de comer.

Zborowski financió el proyecto y terminó por encargar dos coches de carreras a Aston Martin. El primer test de prueba iba a ser en la Isla de Man, en el Tourist Trophy. Allí iban a comprobar las prestaciones del coche, que pesaba 750 kilogramos y tenía una velocidad máxima de 85 millas por hora. Sin embargo, no se cumplieron los plazos.

De esta forma, lo probaron por primera vez en el Gran Premio de Francia de 2.0 litros el 14 de julio en Estrasburgo. Y fue un fiasco, al menos en el plano competitivo: el equipo se retiró ya que la capacidad del motor era más pequeña que la requerida para la carrera. Pero había nacido una pasión. Tras aquella prueba, se sucedieron los podios en el Gran Premio de Penya Rhin (segundos en 1922) y en el Gran Premio de Boulogne (terceros en 1923), sin llegar a subirse a lo más alto.

El Grand Prix de coches deportivos de Bélgica de 1946 fue el escaparate mundial que tanto ansiaba la marca británica. A los mandos del bólido estaba John Ratcliffe Stewart Horsfall. Jock era su apodo. Había sido corredor de bolsa en años anteriores y sirvió en la guerra como conductor del MI5. Con astigmatismo y miopía, se negaba a suar gafas. Pero era un conductor brillante y se le llegó a confiar la Operación Carne Picada, un engaño a las fuerzas del Eje para ocultar la invasión aliada de Sicilia en el 43.

A los mandos del Speed Model de Aston Martin, 'Jock' ganó la prueba y, tres años después, quedó segundo en su clase y cuarto en la general de las 24 horas de Spa de 1949, ejerciendo como piloto privado. Condujo durante las 24 horas. Termino muriendo cuatro semanas más tarde en una accidente en Silverstone.

Los británicos regresaron al paddock de Fórmula 1 en el año 2010, como socios técnicos de Red Bull Racing. El año que viene se inscribirán con el Aston Martin Valkyrie, que entrará en producción en 2021. Sobre esto, Lawarence Stroll, presidente ejecutivo de Aston Martin, afirma que "el regreso del nombre de Aston Martin a la Fórmula 1, con una historia tan colorida y dinámica en el deporte, es un momento realmente emocionante para todos los involucrados en este gran proyecto.