Más de dos meses sin tocar el coche. Ahora que vuelves a conducir tras semanas de encierro y paseos a pie a horas concretas, habrás notado que las sensaciones cambian y los despistes (propios y de los otros) de multiplican. Al menos hasta que volvamos a habituarnos al volante, te recordamos las maniobras más peligrosas y típicas en las que solemos caer todos y que provocan muchos accidentes. ¡A cuidarse también en carretera!

Empezamos entonando el 'mea culpa', ya que en alguna ocasión hemos protagonizado este hecho, consistente en encontrarte una larga cola en un carril de incorporación… y apurar al máximo para meterte en la cola justo ya dónde está el desvío, para ahorrarte un buen rato de espera. Éste es quizá uno de los que más molesta, cuando se te cuela alguien delante, en dura competencia con los numerosos casos, sancionables, en los que circulando en autovía y en autopista con varios carriles te encuentras a todas horas a la mayoría de coches circulando en cualquiera menos por el de la derecha, que es por dónde hay que ir siempre que las condiciones lo permitan. Yo que voy a menudo por la A6, es increíble ver gente a 100 km/h –el límite es de 120 km/h- circulando por el segundo carril más rápido, con dos completamente vacíos a su derecha.

También están los que se salen de un carril atascado para ir al de al lado, sin señalizar la maniobra y te obliga a pegar un frenazo… y también aquí reconocemos que alguna vez con prisas hemos protagonizado este hecho, nadie se libra de alguno de ellos… no podemos tirar la primera piedra.

Una maniobra especialmente peligrosa consiste en aparcar en un sitio que vemos a la izquierda y no dudar en pisar doble línea continua para aparcar contrariamente al sentido de la marcha. Son maniobras realmente peligrosas pero seguimos viéndolas… igual que los cambios de carril y de dirección sin dar el intermitente. Parece que hay que pagar aparte el uso de los señalizadores…

Ir pegado al de delante presionándole para que se quite y poder pasar sin respetar la distancia de seguridad y con el correspondiente peligro es mucho más habitual de lo que parece y rara es la semana que no tienes detrás a uno de esos. Por cierto, de haber alcance, la culpa es del de atrás.

Generalmente, estas maniobras pasan desapercibidas para la gran mayoría, pero alguna de ellas, de ser detectada por agentes de la Ley, te puede costar una buena multa. Aunque haya otras que no estén descritas como ilegales en el código de la circulación, no es menos cierto que no ayudan a que la circulación sea más fluida, o a la convivencia entre los conductores de los diferentes vehículos.

Por ejemplo, la gente que vamos en moto habitualmente no entendemos como, en situación de atasco en ciudad, hay conductores que, con mala idea, sitúan su coche pegado al de al lado para impedir el paso de las motos, dejando un hueco enorme al lado del arcén. Pensar "si yo estoy atascado, tu también te fastidia" no facilita la convivencia, precisamente, entre usuarios de la vía pública.

También da rabia cuando estás detrás de alguien en un carril de aceleración para incorporarte a una carretera principal… y piensas que ha tenido tiempo sobrado para acelerar y fluir en la nueva vía y, en cambio, frena al extremo de la misma, haciendo tremendamente difícil ganar velocidad para incorporarse en condiciones de seguridad suficientes.

Lo de aparcar en línea al toque es algo que me enerva a mí, especialmente, y cada vez que lo veo en la calle entiendo que haya usuarios de la vía pública que exijan explicaciones o se enfrenten al causante. No cuesta nada ser un poco más prudente y cuidadoso a la hora de aparcar. A lo mejor a ti te da igual tu coche, pero al vecino le gusta llevarlo impecable. Es lícito y no hace daño a nadie. Respetémosle.

Por último, a pesar de que en otros países más civilizados se lleva a rajatabla, parece imposible ver a alguien que no respete las señales en países nórdicos, en España se abusa de "pasar los semáforos en ámbar". Lo entrecomillo, porque es la excusa que se suele emplear para pasar en rojo. Conozco muchos casos de pérdida de puntos por ello. Lo mismo que los pasos de cebra. No cuesta nada, primero circular a la velocidad adecuada, y luego, ser condescendiente con los peatones, susceptibles de llevarse siempre la peor parte en caso de accidente.

Reduzcamos y eliminemos este tipo de maniobras peligrosas, intentemos reducir los accidentes de tráfico, y contribuyamos a la mejor convivencia posible entre todos los usuarios de la vía, manejen vehículos o no.