Verano de peregrinación: ¿cuáles son las mejores rutas para hacer el Camino de Santiago en bicicleta?
Tras un 2020 marcado por la pandemia de la Covid-19, el Camino de Santiago afronta el verano de 2021 con buenas perspectivas
Esta ruta es una de las más antiguas e importantes del mundo, y aunque la mayoría la completan a pie, cada vez son más quienes deciden recorrerla en bicicleta
El Camino de Santiago es una de las rutas de peregrinación más antiguas e importantes del mundo. Cada año, miles de personas de todas las nacionalidades se cuelgan la mochila a sus espaldas y emprenden su viaje rumbo a Santiago de Compostela para contemplar la catedral en la que descansan los restos atribuidos al apóstol Santiago el Mayor. Algunos lo hacen por razones religiosas; otros, culturales, y hay quien busca encontrar a su yo espiritual con esta aventura. Pero, sea cual sea el motivo, todos coinciden: el Camino de Santiago es una experiencia única en la que podemos conocernos mejor a nosotros mismos, reflexionar sobre nuestra vida y descubrir quiénes somos.
Si bien es cierto que la crisis del coronavirus ha paralizado el Camino (el pasado año, poco más de 54.000 peregrinos completaron este recorrido, mucho menos que en 2019, cuando la cifra se situó en 347.578), tras el fin del estado de alarma la ruta ha ido recuperándose poco a poco. Para el verano, se espera que vuelvan a verse a los peregrinos por las calles, y ya son varios los albergues que tienen reservas para los meses de julio y agosto. Es el despertar de la ruta, su renacimiento. Este año, además, las personas que se desplacen hasta Santiago podrán ganar el Jubileo, es decir, las indulgencias plenarias, un reconocimiento que solo puede conseguirse durante el Xacobeo, también conocido como Año Santo.
MÁS
Por primera vez en la historia, y a causa de la pandemia de la Covid-19, este Xacobeo durará dos años y finalizará el 31 de diciembre de 2022, por lo que tal vez sea el mejor momento para poner rumbo a Santiago, ya sea a pie o en bicicleta. Porque, sí, aunque la mayoría de los peregrinos completan el camino a pie, cada vez son más quienes se animan a hacerlo en bicicleta. Son los conocidos bicigrinos y, si tú también quieres ser uno, aquí te dejamos las mejores rutas para hacer el camino a dos ruedas.
Camino francés
Si estás empezando en esto de la bicicleta pero, aun así, te ves con ánimos y fuerzas para completar el camino, esta es la ruta ideal para ti. El camino francés es el más transitado, el que tiene un mayor número de señalizaciones y servicios y también uno de los más accesibles y sencillos, dentro, claro, de la complejidad natural que entraña un recorrido de esta envergadura.
Esta ruta comienza en la localidad francesa de Saint Jean Pied de Port y está dividida en catorce etapas de entre 24 y 89 kilómetros diarios, aunque estas cifras pueden cambiar en función del ritmo que llevemos. La parte más complicada del recorrido es precisamente el principio, dado el carácter accidentado de los Pirineos, pero después, con excepción del tramo que va de Burgos a Carrión, apenas tiene desnivel.
Camino portugués
Otra ruta con pocos desniveles es el camino portugués, aunque si viajas en verano ten en cuenta que es probable que haga bastante calor. Este recorrido cuenta con dos variantes: la central, que parte desde Lisboa y tiene aproximadamente 620 kilómetros, divididos en once etapas de aproximadamente 20 kilómetros diarios; y la de la Costa, que empieza en Oporto y discurre por 270 kilómetros en cuatro etapas de unos 60 kilómetros cada una, así que, dependiendo del tiempo del que dispongas, puedes decantarte por uno u otro.
En ambos casos, el terreno está bien señalizado y es ideal para andar en bicicleta. Siguiendo este recorrido, atravesaremos caminos, villas, bosques, ciudades históricas y aldeas y, si vamos por la costa, podremos disfrutar de las bonitas vistas del Océano Atlántico.
Camino del norte
Esta ruta recorre toda la cornisa cantábrica, de este a oeste, y ofrece unas vistas espectaculares de las playas y acantilados de la zona. A pesar de que el recorrido es apto para hacer en bicicleta, hay tramos en los que el terreno se complica, así que es conveniente que antes de lanzarnos a la aventura estemos bien preparados.
Este camino arranca en Irún y, por norma general, suele durar entre 10 y 16 días. En total, tiene 870 kilómetros de longitud, lo que le convierte en el segundo recorrido más largo de todos, solo por detrás de la Vía de la plata. De media, cada día recorreremos en torno a 50 kilómetros, aunque dependiendo de la tralla que le demos podemos hacer más o menos. Durante esta ruta, atravesaremos las ciudades de San Sebastián, Bilbao, Santander y Gijón, entre otras, así como distintos pueblos costeros, como Santillana del Mar o San Vicente de la Barquera.
Vía de la plata
Este itinerario recorre España de sur a norte, atravesando caminos que discurren por sierras, dehesas, páramos, mesetas y otros accidentes geográficos. Comienza en Sevilla y se trata de una de las rutas más complicadas de todas, especialmente en los meses de verano, cuando las temperaturas suben y el calor aprieta. De hecho, son pocos los peregrinos que se decantan por esta opción en los meses de julio y agosto, así que, si estás pensando en lanzarte a la aventura, piensa bien las fechas.
A diferencia de en otros recorridos, las distancias entre poblaciones son muy largas y apenas hay albergues. En total, esta ruta tiene 1.000 kilómetros y puede hacerse en bicicleta en etapas de entre 14 y 16 días, dependiendo de la intensidad con la que nos movamos. Eso sí, si llueve, la complicación será aún mayor, así que, antes de salir, vigila bien el tiempo: algunos tramos pueden ser casi imposibles.
Camino primitivo
Al igual que la vía de la plata, el camino primitivo es otra opción dura, exigente y complicada que recomendamos solo a quienes ya están acostumbrados a andar en bicicleta.
Este recorrido comienza en Oviedo, tiene una longitud de 330 kilómetros y atraviesa las montañas asturianas en un sube y baja continuo en el que tendremos que enfrentarnos a desniveles, tramos escalonados y caminos de piedras que pueden hacer que acabemos cargando con la bicicleta. Eso sí: las vistas de los paisajes son bellísimas, así que, si estás buscando vivir nuevas experiencias en bici, no lo descartes.