En los últimos meses le hemos dedicado mucho tiempo a informar en Uppers.es de las ayudas del estado a la compra de coches eléctricos y menos contaminantes. Nos hicimos eco de las peculiaridades de la oferta, de la escasez en la dotación y de las dificultades por parte de los particulares para acceder a ellas, sobre todo teniendo en cuenta que algunas Comunidades Autónomas se desentendieron del tema sin dar explicaciones.

A día de hoy, hay dos novedades al respecto. La primera y más importante, quedaron más de 200 millones de euros en ayudas sin adjudicar. La segunda, se está anunciando a modo de globo sonda un nuevo Plan MOVES 2021 dotado con 400 millones de euros para la compra de vehículos eléctricos. Nos vamos a centrar en la primera de ellas para, más adelante, cuando se concreten las medidas y características, contaros las condiciones de este segundo Plan MOVES y si pinta más coherente y racional o está cortado por el mismo patrón que el deficiente proyecto de 2020 que, a todas luces, se ha demostrado que no ha funcionado, dicho incluso por los agentes sociales del propio sector.

De los 250 millones de euros presupuestados para el Plan MOVES 2020 sólo se han solicitado 37,73 millones. Por tanto son 212,27 millones de euros los que se han quedado sin utilizar. Y no ha sido porque los compradores no hayan querido beneficiarse de esta oportunidad, sabedores incluso de que estas ayudas, posteriormente, había que tributar por ellas en la declaración de Hacienda correspondientes. 26,67 millones se han solicitado por parte de particulares o entidades sin ánimo de lucro y los otros 11,06 corresponden a empresas o autónomos.

Además, es interesante ver que 26,11 millones se destinaron a la compra de turismos, 7,66 millones para autobuses y camiones, 2,07 para furgonetas y 1,88 para motos. Recordemos que si la propuesta de compra encajaba en todos los parámetros, la ayuda podía ascender a más de 5.000 euros de descuento.

Que el 84,9% de los fondos se hayan quedado sin utilizar es un fracaso manifiesto de un intento de modernizar el parque automovilístico y convertirlo en más sostenible, acorde con las directrices europeas.

Han sido distintos los problemas que han lastrado el poder beneficiarse de estas ayudas. La complejidad en su tramitación es quizá la principal, pues ha corrido a cargo del beneficiario y no del concesionario. A pesar de que la mayoría de nosotros dispone ya de DNI y certificado electrónico, son muchos más los que aún no disponen de este tipo de elementos de reconocimiento de identidad telemática.

Además, la baja cuantía de las ayudas y la limitación de los vehículos que se benefician de ellas han terminado por confirmar lo que muchos preveíamos: que este Plan no estaba pensado por expertos en la materia y se había hecho deprisa y corriendo. En definitiva, no fue una buena idea y su ejecución fue aún peor.

Para refrendar lo anterior y según cifras de la Patronal de asociaciones de concesionarios oficiales Faconauto, de las 135.000 operaciones realizadas que se podían beneficiar de las ayudas, tan sólo 23.000 se han adherido al Plan. Más de 112.000 adquisiciones de vehículos que se podían beneficiar de las ayudas no han podido ahorrarse ni un solo euro con ellas.

Las Comunidades Autónomas tampoco han colaborado en el éxito del Plan. Muchas lo activaron tarde y sin la información adecuada al consumidor. Incluso una comunidad, Murcia, ni siquiera llegó a activar el plan de ayudas.

La Administración no ha comunicado aún oficialmente el destino del dinero que no se ha empleado en este plan de ayudas. No es difícil suponer que esos más de 200 millones que el Gobierno se ha ahorrado formarán parte del anunciado Plan MOVES 2021, dotado, según parece, con 400 millones de euros, aunque aún está por confirmar detalles y la fecha de entrada en vigor.

En cualquier caso, si no se aprende de los errores y se repiten las fórmulas equivocadas para beneficiarse de las ayudas, el fracaso será igual o incluso mayor al Plan que ha demostrado ser inútil en 2020.