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Lo que tu edad dice de tu estado anímico: 47,2 años, el momento más infeliz de la vida según la ciencia

  • Un estudio realizado a medio millón de personas asegura que el peor momento de nuestra vida son los 47,2 años

  • "A los 47 la gente se vuelve más realista, se dan cuenta de que no van a ser el presidente del país"

Javier tiene 47 años, una hija de 18, estudiante de derecho, y está casado desde hace 19. Todavía le quedan unos años para jubilarse y por las tardes, al salir de la oficina en la que trabaja, situada en el barrio de Las Tablas, de Madrid, acostumbra a ir, dos días a la semana, a jugar un partido de pádel. Es su momento. El resto de jornadas suele irse a casa y pasar la tarde con su mujer y, cuando su hija no está en la universidad, también con ella. Él se define como una persona feliz, sin embargo, un reciente estudio demuestra que justo a esa edad, pasamos el peor momento de nuestras vidas.

Exactamente lo hacemos a los 47,2 años, según las investigaciones realizadas a medio millón de personas de 132 países diferentes y recogidas en un informe publicado en el 'National Bureau of Economic Research'. Estos datos, lejos de ser negativos, como pudiera parecer a primera vista, muestran que, si a esa edad hemos tocado fondo y la esperanza media de vida en España se sitúa en los 83 años, nos quedan 36 para disfrutar de nuestro tiempo y de la jubilación.

La mitad de la vida es el momento de mayor vulnerabilidad

A lo largo de la vida, nuestro estado anímico sigue una forma de U y esto se llama 'la curva de la felicidad'. La gente, por lo general, tiene altos niveles de felicidad a los 20, van disminuyendo hasta cerca de los 50 y después, volvemos a valorar el bienestar cuando nos acercamos a la vejez. El investigador que realizó el citado estudio, David Blanchflower, asegura que "a los 47 la gente se vuelve más realista, es algo que los seres humanos tenemos arraigado en los genes. Y a partir de los 50, te vuelves más agradecido por lo que tienes, sabes que las cosas de ahí en adelante van a mejorar".

Además, otras de las razones por las que se puede explicar esta infelicidad transitoria pueden ser: un divorcio, un despido, tener que cuidar o despedirse de los padres y también el hecho de que los hijos ya no sean tan pequeños y se comience a tener problemas y conflictos más serios con ellos. "Estar en la mitad de la vida es estar en el momento de mayor vulnerabilidad, que hace más difícil lidiar con los desafíos", expresa el investigador.

Otros estudios que secundan la teoría

Blanchflower no es el único en estimar los 47 como la época más complicada, Jonathan Rauch, un investigador del centro de estudios 'Brookings Institution' en Washington ya analizó este tema en su libro 'La curva de la Felicidad: Por qué la vida mejora después de los 50'. Él, a través de vivencias, estudios y entrevistas a expertos, asegura que a medida que cumplimos años nuestro cerebro se enfoca menos en la ambición y más en las conexiones personales que son las que nos aportan verdadera felicidad.

Afirma que cuando somos jóvenes tenemos un error de pronóstico y asociamos la felicidad con alcanzar ciertas metas y cuando nos acercamos a los 40 se produce una brecha de expectativas, somos conscientes por primera vez de lo que sí podremos lograr y lo que no. "No podemos tratarlo como una crisis porque no implica un shock repentino, es más bien una transición de la mediana edad, natural pero muy desagradable pero que tiene un fin".

En su libro afirma que, de manera uniforme, a partir de los 50 volvemos a recuperar la felicidad, poco a poco, hasta el final de nuestros días. A medida que nos hacemos mayores nuestros cerebros se vuelven más resistentes al estrés, experimentamos menos remordimientos, somos más positivos, emocionalmente menos volátiles, aprovechamos más el momento, conectamos mejor con la gente e incluso tenemos cierta protección frente al daño emocional causado por la pérdida de salud.