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De responsables a adictos: la evolución del consumo de redes sociales de los sénior en cuarentena

  • La necesidad de informarse y comentar lo que está ocurriendo de manera constante está empezando a crear adicciones a las redes sociales en adultos

  • "Tras el confinamiento tendremos que reeducarnos en el uso de las pantallas antes de dar lecciones a los pequeños"

  • El estudio 'Impacto del coronavirus en el uso del móvil' explica cómo han variado nuestra relación con las pantallas durante el confinamiento

Antes de la cuarentena eras de los que le decías a tus hijos y nietos que no pasasen tantas horas delante de pantallas. Añadías que en la mesa no se utiliza el móvil y les recordabas que, cuando tú eras joven, salías a jugar a la calle en lugar de hacerlo pegado al ordenador. Hasta antes de la cuarentena solo la mitad de los sénior españoles miraban el WhatsApp antes de acostarse, según un estudio de 40dB para Uppers. Sin embargo, la llegada de la cuarentena y del encierro ha disparado el uso de esta aplicación (un 61%) y del resto de redes sociales.

Facebook, la plataforma con la media de edad más alta (39,2 años) ha visto aumentado su consumo un 36,5% según el estudio 'Impacto del coronavirus en el uso del móvil' realizado por smartme analytis. Podemos decir lo mismo de Twitter, en la que el incremento ha sido del 56% y de Instagram, un 22,7.

En esta nueva realidad, en la que cada semana que pasa se aumenta el uso de los smartphones, que en esta tercera semana se sitúa en tres horas y media al día de media, hacemos frente a una nueva realidad. Aquellos que reñían a los pequeños por usar mucho el móvil han adoptado su rol y no se separan del teléfono en todo el día.

Si hablamos de adicciones a las nuevas tecnología, vamos mucho más allá de las redes sociales. La Universidad de Hong Kong posee un departamento de Psicología especializado en este tema y afirma que existen cinco tipos de enganches a los medios digitales: redes sociales, pornografía , sobrecarga de información, videojuegos y tiempo compulsivo. Hablamos con la psicóloga Irene Valdivieso Godoy para que nos explique lo que puede acarrear para padres y abuelos esta nueva tendencia de consumo multimedia.

La sobreinformación crea adicción

Debemos entender que estamos haciendo frente a una situación única y excepcional que nos lleva a replantearnos nuestra vida y la forma que tenemos de vivir, convivir y relacionarnos. Las nuevas tecnología en estos días suponen una vía de escape pero también un peligro.

"Tienen una capacidad de estimulación asombrosa y por eso pueden enganchar. Lo que está ocurriendo es que la población adulta está desarrollando una necesidad continua de comentar lo que estamos viviendo", explica la psicóloga. Es decir, que están desarrollando una adicción a la información, a conocer minuto a minuto cualquier evolución de la pandemia y para informarse las redes sociales son clave.

Y esto hace mella en el hogar. "En cierta medida provoca que nos dejemos de relacionar en nuestra propia casa. La obligación de pasar más tiempo juntos, de hablar de una redistribución de los espacios, la carencia de momentos de intimidad nos lleva a querer huir y lo hacemos a través de una pantalla", afirma Valdivieso.

Educarnos y saber educar en el uso de las redes

Excepcionalidad. Es lo que tiene que rodear al uso de las pantallas. "Las redes sociales a día de hoy tienen una función adaptativa al momento dado que estamos viviendo y una vez que se pase, que todo vuelva a la normalidad, hay algo esencial que debemos hacer: reaprender a utilizarlas y a darles el lugar que corresponde", asevera la psicóloga.

Esto es aún más importante si el confinamiento lo estamos pasando rodeados de hijos y nietos. "Por un aparte es importante educarnos a nosotros mismos para poder hacerlo con los que tenemos debajo a nivel estructural. En esta situación de vulnerabilidad los roles se pueden invertir y que el adicto a la familia sea el padre. Si no queremos que los adolescentes estén pegados a las pantallas, nosotros tampoco podemos estarlo", cuenta Valdivieso.

Tras la cuarentena: una lección aprendida

Si algo positivo se puede sacar a nivel familiar del aumento del uso de redes sociales en los sénior españoles es la capacidad de ponernos en el lugar de los más pequeños. "Es un toque de atención para poder entender desde la vivencia propia cómo de importante puede ser para mi hijo o nieto una red social", concluye la experta.