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Síntomas de la primera fase del alzhéimer

  • Los primeros síntomas del alzhéimer pueden ser simples despistes o pérdidas de memoria que no hay que pasar por alto a determinada edad

“Mi madre desapareció durante más de 6 horas, tuvimos que llamar a la policía y la encontramos al otro lado de la ciudad”. Esta fue una de las situaciones que hizo a Mercedes darse cuenta de que su madre no estaba bien, que finalmente fue diagnosticada con alzhéimer. Esta enfermedad afecta a más de 800.000 personas en España, y cada año, se diagnostican unos 40.000 casos nuevos. Conocer los primeros síntomas es necesario para detectar cuando una persona puede haber entrado en la primera fase del alzhéimer.

Pero, ¿qué es el alzhéimer? ¿Cómo funciona? En una enfermedad degenerativa del cerebro que va destruyendo las neuronas, lo que lleva a que se vaya perdiendo la capacidad intelectual y funcional. El alzhéimer está muy ligado al envejecimiento, su principal factor de riesgo, siendo la enfermedad neurodegenerativa más común entre los mayores de 65 años, según la Sociedad Española de Neurología (SEN).

El diagnóstico del alzhéimer

En un principio, el desarrollo del alzhéimer puede que no se detecte en el núcleo familiar. El enfermo puede hacer cosas raras que extrañen a sus allegados, pero que se pueden achacar a la edad. Está primera fase suele durar entre uno y tres años, pero todo depende del paciente, en unos puede desarrollarse más lentamente y otros más rápido. “En mi madre, la enfermedad ha corrido”, comenta Mercedes.

El diagnóstico de la madre de Mercedes fue complejo. Ella le había comentado a su médico de cabecera ciertos comportamientos de su madre, pero este lo había achacado a cosas de la edad. Un día, notó como su madre sufría varias desconexiones, dejaba de hablar durante casi un minuto, quedándose totalmente inmóvil, por lo que decidió llevarla a urgencias, donde tras quedar en observación, le dijeron que era epilepsia.

Tras ese episodio, le dieron una cita en el neurólogo, donde además de un TAC, le hicieron unas pruebas a la paciente que Mercedes recuerda “un poco tontas, mi madre llega a tener un buen día y no le diagnostican la enfermedad”. ¿En qué consistían estas pruebas? La que más presente tiene Mercedes en esa exploración neurológica es la dibujar un reloj con la hora que te dice el médico u otras relacionadas con la lectura, escritura y cálculo.

Los síntomas de la primera fase

Mercedes recuerda que algunas de las acciones extrañas que hacía su madre pensaba que eran cosas de la edad, simples despistes. Pero es que la primera fase del alzhéimer es así, actitudes o comportamientos que se pueden pasar por alto pero que, a determinada edad, deben tomarse enserio.

El paciente puede empezar a tener pequeñas pérdidas de memoria. Olvidarse de una conversación que mantuvo en el mismo día o lo que comió. “La primera vez que noté algo extraño fue cuando me llamó para preguntarme cómo se hacían las lentejas, no se acordaba, pero era consciente de ello”, afirma Mercedes.

La desorientación es otro factor importante en los síntomas precoces del alzhéimer. No reconocer dónde se está o cómo llega a lugares que se suelen frecuentar, como el supermercado, la peluquería o la casa de un amigo. En la madre de Mercedes ocurrió un día que fue ella sola al cementerio, al volver se perdió. “Me dijo que se metió por una carretera que no conocía y luego no sabía volver”.

También puede surgir una disminución de la concentración, tiene más despistes, olvida qué iba a hacer… A ello se le pueden sumar cambios de humor o sensaciones de fatiga y cuadros de ansiedad. Aunque en esta fase el paciente aún mantiene conversaciones normales, las comprende y puede expresarse bien, pero sus frases tienden a ser más cortas y puede mezclar ideas que nada tengan que ver entre ellas.

De familia a cuidador

El núcleo familiar suele ser el primero en detectar el problema, ven cambios y actitudes extrañas en el paciente, por lo que lo primero que suelen hacer es acudir al médico. Una vez diagnosticado el alzhéimer, la familia suele tomar el rol de cuidadores. “La enfermedad evoluciona a pasos agigantados”, comenta Mercedes, quien se ocupa de su madre desde que fue diagnosticada.

En esta primera etapa de la enfermedad, la familia suele ser el principal apoyo emocional del afectado, les intentan ayudar recordando las actividades que hacen diariamente o hechos de su pasado y que puedan mantener un mínimo de independencia en su vida, respetando sus tiempos. Es importante ser consciente de la enfermedad que padecen, es normal que no recuerden, por lo que hay que tener paciencia.

Desde la Sociedad Española de Neurología, estiman que muchos casos de alzhéimer se deben a factores de riesgo como la diabetes, la hipertensión, la obesidad, el tabaquismo o el sedentarismo. Por lo que trabajar para evitar estas enfermedades o hábitos podrían ayudar a prevenir el alzhéimer.