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¿Problemas para dormir? Te contamos qué es la apnea del sueño, sus síntomas y cómo descansar si la padeces

  • La apnea de sueño es un trastorno que puede afectar tanto a adultos como a niños y que nos impide descansar correctamente

Has tenido un día de trabajo muy duro y estás agotado. Mientras apagas el ordenador, te prometes que esta noche te irás pronto a dormir y, sorprendentemente, lo cumples: no son ni las once y ya estás metido en la cama, calentito, bien duchado y con todas las luces y aparatos electrónicos apagados. Parece que esta noche vas a poder disfrutar de un merecido descanso de más de siete horas, pero al día siguiente, cuando suena el despertador, descubres que no solo estás de muy mal humor, sino que además te sientes terriblemente cansado. ¿Qué ocurre?

Si alguna vez te has sentido así, es probable que sufras apnea del sueño, un trastorno común en el que la respiración se interrumpe o se hace muy superficial y que nos impide dormir correctamente. Actualmente, se estima que entre cinco y siete millones de españoles sufren esta enfermedad, que puede afectar tanto a adultos como niños y tener consecuencias muy negativas para nuestra salud.

¿Qué es la apnea del sueño?

La palabra apnea proviene del griego y significa falta o ausencia de respiración. A lo largo de la noche, las personas que sufren este trastorno dejan de respirar múltiples veces mientras duermen, en episodios que duran de entre diez segundos a dos minutos y que pueden llegar a repetirse más de 30 veces por hora. Como consecuencia, el sueño se interrumpe y no se llega a descansar correctamente, lo que provoca que durante el día se tenga una sensación de cansancio y somnolencia que puede afectar negativamente a nuestro estado de ánimo y traernos todo tipo de problemas, desde dolores de cabeza y pérdidas de memoria a trastornos de depresión y ansiedad.

Las personas que sufren apnea pueden jadear, resoplar e incluso sentir que se ahogan, pero eso no es todo. Durante estos episodios, que suelen ir acompañados de ronquidos, la presión arterial de nuestro corazón aumenta para responder a la falta de oxígeno, por lo que se multiplica el riesgo de sufrir hipertensión, un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular. De igual manera, en los últimos años han aparecido distintas evidencias científicas que relacionan este trastorno con las patologías hepáticas, los problemas de diabetes y el sobrepeso.

¿Por qué se produce?

Existen varios tipos de apneas, pero la más habitual es la conocida como apnea obstructiva del sueño, SAOS, una afección que provoca la obstrucción o colapso de las vías respiratorias mientras dormimos, cuando los músculos de la parte posterior de la garganta se relajan, y que impide que recibamos el aire que necesitamos. Las causas detrás de este trastorno son muy variadas, pero, por lo general, suele afectar con mayor frecuencia a los hombres de mediana edad, a las personas con sobrepeso y a quienes tienen las vías respiratorias estrechas.

Los malos hábitos, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol también son factores de riesgo, así como dormir poco o boca arriba. Sin embargo, en ocasiones la apnea de sueño puede aparecer por antecedentes familiares, por lo que si algún adulto de la familia la ha sufrido, se deberá vigilar a los hijos con atención, especialmente si tienen las amígdalas grandes.

Tratamiento

La apnea del sueño pone en riesgo nuestra calidad de vida. Dormir entre siete y ocho horas diarias es fundamental para gozar de una buena salud física y mental y evitar todo tipo de accidentes, por lo que, si sospechamos que podemos sufrir este trastorno, debemos acudir a un especialista para que nos diagnostiquen y nos den una solución. En ocasiones, mantener una dieta sana y equilibrada, hacer ejercicio, perder peso y reducir el consumo de medicamentos, alcohol y tabaco pueden ayudarnos a mejorar este problema.

Sin embargo, en los casos más severos, es probable que nuestro médico nos recomiende un tratamiento con presión positiva de aire (CPAP), una máquina que nos administra aire mediante una mascarilla para evitar que la garganta se cierre. Este aparato debe utilizarse todas las noches y no cura, pero nos ayudará a lidiar con el problema.