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Del tipo de aparato a su facilidad de uso: claves para elegir un buen tensiómetro

  • Tener un tensiómetro en casa puede ayudarte a mantener a raya tu hipertensión, siempre controlada

  • Es fundamental seguir las recomendaciones para elegir el adecuado y utilizarlo como se debe

Los avances en medicina poco a poco han conseguido que las visitas al médico se reduzcan de manera que en casa podemos llevar un buen control sobre las patologías gracias a muchos aparatos. Algo así es lo que ocurre con las personas que padecen hipertensión o que su tensión arterial no es del todo regular y necesitan mantenerla a raya. Y no hay mejor manera para ello que tener un tensiómetro a mano siempre para mantener tu tensión controlada o medirla si notas algo raro. Ahora bien, ¿saber cómo elegirlo? Aquí van algunas claves que te pueden ser ayuda.

La Fundación Española del Corazón (FEN) califica la hipertensión arterial como un factor de riesgo y elevada prevalencia, por eso mismo se le da tanta importancia a los tensiómetros, aparatos que están al alcance de toda la población y que permite a los afectados manejar su enfermedad desde casa. Pero la entidad avisa que es necesario contar con el aparato adecuado que esté reconocido oficialmente al menos por alguna sociedad médica, además de seguir una serie de recomendaciones sobre la técnica para utilizarlo y también a qué hora realizar las mediciones.

Tipos de tensiómetro

Por lo general hay dos tipos de tensiómetros disponibles en el mercado, o de brazo o de muñeca. Según establece la FEN, los tensiómetros de muñeca suelen ser los menos fiables al tener un rango de fallo mayor debido principalmente a la posición en la que se coloca. Aún sí, es cierto que la entidad reconoce que hay varios reconocidos y validados por sociedades de prestigio, pero muchos menos modelos que de tensiómetros de brazo. Estos últimos son los más aconsejables y fiables del mercado, ya que la banda se coloca en la zona del brazo a la altura del corazón, con el brazo extendido y siempre por encima del codo.

Puntos a tener en cuenta

También es cierto que además de elegir un buen tensiómetro es necesario adaptarlo adecuadamente a nuestro brazo de tal forma que vaya en la posición indicada, como ya te mencionamos, y que sea de un tamaño acorde a nuestras extremidades. De esta manera cuando vayas a utilizarlo, el tensiómetro te quedará justo, pero nunca debe apretarte en exceso, pues ya sabes que cuando lo pongas a funcionar ya se encargará de apretar él solo para medirte la tensión en ese momento.

Si eres de los que sigue frecuentemente sus medidas y tiene que apuntarlas para que cuanto te toque ir al médico puedas enseñarle un seguimiento óptimo, te gustará saber que hay algunos tensiómetros, de los más modernos, que traen implementada una función de memoria en donde se guardan las diferentes medidas que te has ido haciendo a lo largo de los días. Una función perfecta para llevar un buen seguimiento por si algún día se te olvida apuntar los valores de tu tensión arterial.

¿Cómo medir la tensión?

Y ojo, ¿sabes cómo medirte la tensión adecuadamente? Pues aquí van algunos tips para lograr valores reales sobre tu tensión. Lo primero es que antes de tomarte la tensión debes estar en reposo unos cinco minutos, por lo que si en ese momento estás muy estresado lo mejor es dejar para después la medición. Así mismo, antes de ponerte el tensiómetro es mejor no comer ni tomar bebidas que te puedan excitar, como el café, pues podría falsear los verdaderos datos.

Y ojo con la posición, nada de medirte la tensión de pie, siempre sentado, con la espalda bien apoyada, ambos pies fundados en el suelo y el brazo relajado con la palma de la mano hacia arriba. Además, intenta evitar poner el manguito sobre la ropa, siempre es mejor que esté en contacto con la piel, preferiblemente haciéndolo siempre a la misma hora. Y cuidado, nada de redondear cifras, si da una, es esa exacta.