Después de un tiempo, por fin vas a la residencia a visitar a tus padres. Sin abrazos, con mascarilla y una mesa de separación que te mantiene a 1,5 metros de ellos, los notas ciertamente alterados. El coronavirus les ha afectado: tienen miedo a contagiarse y a quedarse aislados durante mucho tiempo. La crisis sanitaria en la que nos hemos visto envueltos desde marzo ha convertido el estrés en un problema de salud importante, cuya incidencia se ha ido acentuando durante los meses de la pandemia, especialmente entre la población de edad avanzada.

Un informe de la aseguradora Cigna ha establecido que el 79 % de los españoles afirma estar estresado, con especial incidencia entre los mayores, población de riesgo ante la pandemia y también en términos de salud mental, ya que su bienestar emocional "se está viendo afectado por el miedo al contagio o por una situación de aislamiento no deseado". Es por ello que se ha convertido en necesario el hecho de prestar atención a su atención psicológica, también por las circunstancias que les envuelven: más de 2.000.000 de mayores de 65 viven solos, según los datos de la Encuesta Continua de Hogares del INE. Además, a ciertas edades ya sabemos que consultar ayuda profesional no es fácil y sigue habiendo cierto tabú.

Para mantener un nivel óptimo de salud mental, desde Cigna señalan varios consejos que pueden ser de gran utilidad en caso de que nuestros mayores presenten un nivel alto de estrés.

Hay que estar al tanto de la información, pero no al pie del cañón. Consultar actualidad informativa es importante, pero debe realizarse solo una o dos veces al día y siempre a partir de fuentes fiables. Medios de comunicación, fuentes oficiales, pero nunca blogs aleatorios ni espacios donde se conozca que se ha manipulado información

Debemos visitarles cuantas más veces mejor, manteniendo el contacto de una forma constante. Interesarnos por cómo están adaptando cada una de sus rutinas a esta nueva realidad que nos ha tocado vivir, preguntarles qué están haciendo para lidiar con la incertidumbre del momento, charlar amigablemente sin más...

Como ocurre con los pacientes de Alzheimer, es importante intentar hacer que se sientan útiles. Si están en casa, basta con tareas simples como poner la mesa, preguntarles por algún consejo relativo a nuestra vida, o pedirles favores simples relacionados con actividades que puedan desempeñar con relativa facilidad.

Dos sentimientos que debemos tener muy presentes. Ello fortalece su ánimo. Debemos reconocerles también la forma en la que están afrontando esta situación tan difícil, no olvidarnos de darles las gracias y mostrarles de forma clara nuestro aprecio.

No deben abandonarse. Esta tarea es esencial para que levanten el ánimo. Además de llevar una dieta equilibrada y acorde a su edad, también podemos plantearles realizar ejercicios para mantenerse activos, tanto físicos como psíquicos. También hay que asegurarse de que cumplan las horas de descanso correspondientes.