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Coronavirus y EVAU: consejos para convertir la casa en un 'búnker' de estudios para los hijos

  • La crisis del Covid 19 ha hecho que la docencia pase de los centros escolares al entorno doméstico. ¿Cómo va a afectarles a los adolescentes que preparan su prueba de acceso a la universidad?

La epidemia de coronavirus ha precipitado el cierre de los colegios e institutos de la Comunidad de Madrid al menos hasta el 26 de marzo. Si para los estudiantes de Infantil, Primaria o Secundaria las consecuencias no son graves; para los de Bachillerato, con la EVAU a tres meses vista, la medida interfiere en su planes de estudio y, por tanto, en el resultado de una prueba trascendental. ¿Están preparados los más de 300.000 adolescentes que concurren para formarse en casa? ¿Están preparados los padres? Los expertos dan su opinión. Y avisan de que podemos estar ante una oportunidad educativa.

Móviles, televisiones, tablets… Fuera interferencias

Cuando el móvil es una prolongación de la mano y muchos colegios sustituyen los libros por tablets, limitar el uso de la tecnología parece difícil. Llegar a acuerdos en este tema es fundamental. "Hay que establecer un tiempo de estudio y en ese tiempo se retiran móviles y distracciones posibles. Pactar el modo en el que se utiliza la tecnología no debería ser nada raro. Es el mismo control con el que nuestros padres controlaban la televisión o los futbolines", explica Lucila Chaves, psicóloga del Servicio de Educación del Ayuntamiento de Majadahonda.

Algunos expertos, como Catherine L’Ecuyer, psicóloga y autora de ‘Educar en la realidad’, un libro que habla sobre la creación de recuerdos reales como algo básico para el desarrollo de la personalidad, recomiendan tener un lugar en la casa en la que se depositan todos los dispositivos móviles en determinados horarios, básicamente por la noche o en las horas establecidas como tiempo de estudio. Según los padres que lo han probado, el ‘apagón tecnológico’ funciona.

¿Respetar el horario de clase o buscar otros momentos?

"Tendrían que hacer lo mismo que harían en clase. Lo importante es hacer un horario como si estuvieran en el colegio o en el instituto y seguir con las mismas pautas. La parte buena es que te puedes organizar y dedicar más tiempo donde realmente lo necesites. Es un ensayo excelente para cuando tengan que preparar la EVAU solos. Es el momento de mejorar el estudio personal y desarrollar estrategias. La parte mala es que el alumno tiene menos tiempo de explicación de los profesores y el recorte de temario no se produce", explica Lucila Chaves,

Los horarios de estudio de los centros docentes son coherentes con los ritmos circadianos, regulados por la luz solar y responsables de que por defecto tengamos más energía por la mañana y que por la noche queramos descansar. Normalmente nuestra atención suele estar al máximo de posibilidades por la mañana, entre las 11.00h y las 14.00h. Por tanto, es mejor destinar las tareas intelectuales a esa hora.

Ofrecer refuerzos: Principio de Premack

Los jóvenes, además, se enfrentan por la tarde a deberes y horas de estudio adicionales para reforzar los conocimientos de la mañana. ¿Cómo gestionamos esta contradicción? Para Lucila Chaves lo recomendable es “estudiar lo más temprano posible, en las primeras horas de la tarde. Es cuando el alumno se acuerda mejor y puede dedicarle el tiempo justo. Después de estudiar, dediquemos tiempo al ocio o a alguna actividad extraescolar o bien ofrecer algún premio o recompensa”. Esta estrategia en psicología se conoce como Principio de Premack por el cual una actividad que consideramos placentera refuerza la acción de las menos apetecibles. ¿Conclusión? Para hacer algo que te cueste, date un premio después. Con los adolescentes, curiosamente, lo hacemos al revés: primero extraescolares y luego estudio.

¿Cómo compartir el espacio?

El cierre de colegios puede hacer que hermanos que no comparten aula, pero sí dormitorio, tengan que utilizar el mismo lugar de estudio. ¿Cómo hacerlo? “Lo mejor es que no compartan el espacio. Si es posible, hay que habilitar lugares de estudio. Normalmente, estudiar no requiere grandes recursos, así que podemos crear un espacio en el salón o en otro lugar de la casa. Estudiar todos juntos no suele ser adecuado porque las posibilidades de distracciones crecen”, afirma la psicóloga.

Aunque no siempre se le presta suficiente atención, el espacio donde se estudia es vital para el rendimiento. Los expertos insisten en que el lugar de estudio puede determinar su nivel de concentración. Debe ser luminoso, con una temperatura óptima, en torno a los 21 y 24 grados, y con espacio suficiente para tener organizado todo el material necesario.

¿Invadir su autonomía?

O dicho de otra manera: ¿qué hacer cuando les pillamos con el móvil o la tele puesta? Según los profesionales, explicar que es perjudicial para su rendimiento y que la clave es saber separar el ocio del estudio. El mantra es que hay tiempo para todo, pero todo no puede hacerse al mismo tiempo.

Además, para que no se produzcan ‘pilladas’ como esta fomentar la autonomía es básico en la adolescencia, el periodo en el que se hace la transferencia de responsabilidades hacia la edad adulta. Si les ayudamos en exceso, estaremos creando la personalidad de alguien dependiente. Si, por el contrario, exigimos demasiadas responsabilidades, estaremos dando una autonomía que no corresponde y nuestro hijo ‘ejercerá’ de adulto independiente antes de tiempo.

Para Lucila Chaves, la clave está en trabajar la autonomía desde pequeños. “Cuando son niños hay que ayudarles en lo que necesiten. Lo que puedan hacer solos lo tienen que hacer solos. Cuando son adolescentes, deben estudiar y ser responsables. Los padres tienen que supervisar y hacer un seguimiento. Y saber administrar los tiempos, los premios o refuerzos”.

Según la psicóloga, el principio de autoridad de los padres es fundamental en la adolescencia. “Los chicos tienen que saber los padres siguen siendo sus responsables y los interlocutores en el centro de estudios. No asumir el rol de padres no ayuda a crecer. El padre que va de colega permisivo no permite que el hijo madure. Y lo que no educas en su momento, terminas pagándolo”.

¿Es bueno que jóvenes y padres estudien juntos si nunca lo han hecho?

Al margen de cualquier circunstancia (incluida el coronavirus), es recomendable que los padres enseñen a los hijos a planificar su estudio. Esto implica, en primer lugar, organizar el material de estudio de cada asignatura. Después, el estudiante debe marcarse unos objetivos: qué resultados quiere obtener, qué asignatura es estratégica, en cuál debe mejorar o qué prueba concreta de la EVAU se le resiste.

En este sentido, la cuarentena del coronavirus puede ser buena para crear buenos hábitos. “Este momento va a servir para sentar las bases de una colaboración. También podremos aprovechar para mejorar las habilidades de estudio. Y en cualquier caso, con o sin cuarentena y aunque no haya tiempo, es necesario dedicar un tiempo para supervisar su trabajo escolar o su situación en general”

¿Y los profesores? ¿Qué papel desempeñan en este escenario? “Los centros educativos tienen que dar pautas. Los estudiantes que ya disfruten de entorno on-line no tendrán mayores dificultades para seguir estudiando. Los que no lo utilicen tendrán que hacer trabajos o leer algunos libros”, señala Chaves. Como ejemplo, algunos centros ya les han comunicado a los alumnos la necesidad de cumplir en casa el mismo horario y tareas que cumplirían en su escuela o instituto. Al teletrabajo, forzado y forzoso en muchas empresas, parece seguirle la teledocencia a toda velocidad.