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La cara 'B' de la dieta de moda: ¿de verdad funciona el ayuno intermitente?

  • Una nutricionista nos explica en qué consiste realmente este plan de alimentación y por qué es tan importante realizar con supervisión médica

  • A partir de los 50 nuestro cuerpo comienza a experimentar cambios y debido a las alteraciones hormonales puede resultar más complicado bajar de peso

Está en boca de todos. Sobre todo, después de los excesos navideños. Dejar de comer algunas horas al día puede llegar a ser beneficioso para la salud, sin embargo, el problema está en hacerlo sin control, sin supervisión médica y de acuerdo, tan solo, a lo que ves en internet. En este tipo de alimentación entra en juego la autofagia, un proceso corporal que, a nivel experimental, se ha observado que provoca un aumento en la esperanza de vida, siempre y cuando esté controlado. Sabemos que perder peso a partir de los 50 no es sencillo, pero poner en riesgo nuestra salud no es una opción. Recurrimos a Blanca Galofré, dietista integrativa y fundadora de Homedical para que nos explique en qué casos es efectivo, cuál es la mejor forma de llevarlo a cabo y las alternativas saludables para compensar los excesos navideños en esta cuesta de enero.

No es eficaz en todos los cuerpos

Partamos de la base de que el ayuno intermitente no significa dejar de comer. Ese suele ser el primer error. Es un patrón de alimentación en el que se alternan periodos de ingesta con otros se ayuno, pero siempre se hace de forma estructurada. "Consiste en estar 12 o 16 horas sin ingerir alimentos sólidos, pero sí tés, cafés, infusiones, caldos, agua… y debemos dejar claro que no en todos los cuerpos funciona por igual. Hay a mucha gente que le funciona, pero hay otra mucha que no", apunta Blanca Galofré.

Es importante entender que el ayuno intermitente no se trata de una dieta de adelgazamiento, sino de un estilo de alimentación alternativo que no se puede hacer de forma continuada y mucho menos sin supervisión médica. "Se ha demostrado científicamente que dejar descansar a nuestro estómago durante al menos 12 horas diarias tiene beneficios para nuestra salud, siempre que no hay enfermedades crónicas, de ahí la importancia del especialista antes de comenzar", añade la experta.

Aun así, este ayuno programado sí adelgaza, eso se debe a que se limita la ingesta de calorías al realizar las comidas más seguidas. Además, nuestro cuerpo entra en autofagia, un proceso gracias al cual las células se 'comen' sus deshechos y el organismo es capaz de librarse de las proteínas viejas e inservibles. Un estudio publicado en La revista The New England Journal of Medicine corrobora esto y asegura que este patrón, realizado de forma controlada, puede permitir a la humanidad aumentar su longevidad, reducir el riesgo de cáncer y los niveles de obesidad.

Ni se hace todos los días, ni se deja de comer del todo nunca

Existen diferentes modalidades de seguir esta alimentación y el reloj es el mejor aliado de todas ellas. "Lo más común es estar 18 horas sin comer porque es lo más fácil de seguir. Hay gente que prefiere saltarse el desayuno directamente y realizar dos comidas, y otros que prefieren realizar las tres, pero muy juntas y cenando sobre las seis de la tarde", nos explica la dietista integrativa.

Por otro lado, tampoco consiste en que estés ayunando durante un mes y medio porque el cuerpo se terminará acostumbrando. "La primera que se dio a conocer consistía en cinco días de ingesta normal y dos de ayuno, ahora hay gente que hace cuatro frente a tres. Ambas son válidas siempre que hablemos de gente sana, que siga la dieta mediterránea, haga ejercicio y no tenga patologías previas", aclara.

Es una opción válida a cualquier edad adulta pero no la pueden realizar todos. "No es algo peligroso si está controlado, no realizado al azar solo leyendo en internet, simplemente deben tener especial cuidado los diabéticos, personas con graves problemas digestivos, con hernias, reflujo o gastritis crónica. Tampoco está indicado para embarazadas y niños”.

Los años, no son, por lo tanto, un impedimento, es más puede resultar hasta beneficioso. "A partir de los 50 años nuestro cuerpo empieza a evidenciar problemas que antes no existían, sobre todo cardiovasculares y de estrés oxidativo. La mejora en la alimentación y la bajada de peso provocan una mejora de la salud. El ayuno intermitente está relacionado con un deseo de mejorar el estilo de vida", nos explica Emilio Galindez, dietista Nutricionista de la clínica Gerocastillo.

Ayunos controlados en clínica, otra opción para no correr ningún riesgo

Si ponerte a intentarlo en casa, rodeado de tu familia, con el teletrabajo y la cocina a dos pasos te parece complicado, existen clínicas especializadas en este tratamiento que tienen una función depurativa y muy aconsejable después de las fechas que hemos pasado. "Los centros de ayuno profesionales, a los que puedes ir un fin de semana, tres o cinco días, permiten hacer un ayuno más severo, a base de zumos de frutas y verduras prensadas, caldos e infusiones. Esto jamás debemos intentarlo en casa, allí hay un equipo médico que nos controla y, además, hay talleres de control emocional que son fundamentales para renovar el cuerpo por fuera y por dentro", sugiere Galofré.

La irritabilidad, el mal aliento, la dificultad de concentración o los trastornos de sueño son algunos de los 'contras' que puede tener esta pauta si se realiza sin supervisión médica, así como la deshidratación y las deficiencias nutricionales. De ahí, la importancia de que sea un nutricionista el que ordene las pautas y dé una serie de consejos para minimizar los efectos negativos, sobre todo, en el estado de ánimo. Lo normal es que estos desaparezcan cuando el cerebro se acostumbra al nuevo hábito.