Le damos menos importancia de la que tienen, pero los dientes los utilizamos todos y cada uno de nuestros días. Por la mañana, a medio día y por la noche (además de los picoteos entre horas). Y como toda parte del cuerpo, se van desgastando poco a poco. Por eso, es muy importante mantener una buena higiene bucal, en especial después de cada comida, para mantener los dientes sanos y limpios. Pero irremediablemente, hay veces que a determinada edad el deterioro requiere la sustitución por una dentadura postiza que, en ocasiones, puede resultar algo incómoda e inestable, por eso es necesario el uso de un fijador.

Poder hablar o masticar con seguridad es lo mínimo que debe poder hacer una persona, pero a veces la prótesis dental se mueve y da cierto reparo que se note en público. Por el momento, hay algunas soluciones que permiten que tu dentadura se mantenga firme durante un tiempo y se pueda hacer vida normal como cuando tenías tus propios dientes. Hablamos de los geles de pegamento y las almohadillas adhesivas, dos métodos algo distintos pero efectivos para la fijación de tu prótesis dental.

Cuando se empieza a utilizar la prótesis es normal que te sientas extraño o con molestias en la boca hasta que tu cuerpo de adapta y la dentadura se ajusta totalmente a tu boca. Aún así, sigues necesitando un fijador. Una de las opciones son las almohadillas adhesivas que consiguen que tu dentadura quede firme durante todo el día. Para colocarla necesitas humedecerlas y colocarlas sobre la prótesis. Es conveniente que tengas unas tijeras limpias a manos por si son muy grandes recortar lo que sobra de ellas. Entonces, la colocas en la boca y presionas o muerdes hasta que veas que se ha pegado correctamente. Ahora solo queda esperar unos 15 o 20 minutos para poder comer y beber sin que nadie note que llevas una prótesis dental.

Por su parte, el pegamento dental es de un uso bastante similar a las almohadillas. Con la prótesis limpia y seca, añade un poco de gel en varios puntos, no muy cerca de los bordes. Después, coloca la prótesis y presiónala durante un rato. Es importante que no se salga el pegamento, dado que si esto ocurre es que se ha aplicado demasiada cantidad. Como con las almohadillas, también debes esperar unos minutos antes de que puedas comer o beber y, cuidado, porque aunque debería durar todo el día, hay posibilidad de que se desgaste y haya que volver a aplicar un poco más de pegamento.

Por la noche llega el momento de quitarse la prótesis. Una vez fuera, hay que lavarla con productos que tanto tu dentista como tu farmacéutico te pueden recomendar, así te deshaces de los restos de pegue que puedan quedar. De esta forma, al día siguiente tu dentadura estará lista para volver a ser usada.

Aunque también debes mantener limpias tus encías. Al estar en contacto con el pegamento o las almohadillas lo mejor es, tras quitarse la prótesis, lavarlas con un cepillo de dientes suave, pasta dental y terminar con algún enjuague bucal para una limpieza más completa.

La prótesis dental, por mucho que no sea nuestra, necesita unos cuidados como cualquier dentadura normal. Mantenerla limpia y utilizar los fijadores correctamente hará que la boca esté sana. En principio las almohadillas parecen más cómodas que el pegamento, pero tu elección con la recomendación de tu dentista es la que cuenta, buscando siempre tu comodidad para que puedes comer y hablar sin ningún tipo de problema.