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La ropa, las zapatillas y otros tips que debes conocer si te inicias en el running a partir de los 50

  • Si estás dispuesto y en buenas condiciones, no hay nada que te impida iniciarte en el running a los 40, a los 50 o a los 60, ¡a por todas!

Nunca es tarde para comenzar algo nuevo, y menos aún si es para mejorar tu salud. Eso sí, cuando se comienza una nueva actividad hay que tener precaución y no darlo todo desde el principio, pues tu cuerpo se tiene que adaptar y poco a poco subir la intensidad del ejercicio. Esto es algo que ocurre con el running. Puede que salir a correr parezca fácil, pero se necesita un buen calzado y una buena pisada para que no sea perjudicial para tu salud, todo lo contrario, que traiga beneficios a tu condición física.

Empezar a correr a los 50 es algo que no te debe frenar, es más, es algo que te ayudará a combatir algunos síntomas del envejecimiento que comienzan a florecer sobre esa edad, como puede ser la pérdida de la masa muscular, el aumento de grasa en el cuerpo y una mayor dificultad para perderla, o una menor coordinación corporal.

El comienzo: poco a poco

Lo primero que tienes que saber es que no debes forzar tu cuerpo, menos aún al principio, cuando tu forma física no está al 100%. Antes de comenzar tienes que ser consciente de tus limitaciones y seguir unos consejos antes de calzarte las zapatillas y salir a la calle. Una revisión médica no viene mal, porque a pesar de que tu médico te aconsejará el running para no caer en el sedentarismo y mantenerte en forma, puede que alguna patología te impida hacerlo o te advierta de algunos aspectos para no hacerte daño en ciertas zonas como la espalda.

El primer día es más que obvio que no será el mejor de tus entrenamientos, tampoco lo será el segundo ni el tercero. Empezar a correr es un carrera de fondo, nunca mejor dicho, en donde la constancia es el principal factor para comenzar a obtener resultados cuanto antes. Plantearse metas es lo ideal, tras comprobar tu estado físico en esos primeros días puedes poner como objetivo hacer cinco kilómetros en un mes y así de forma progresiva. Puede que en esos primeros entrenamientos tengas que interrumpir el trote para caminar un rato, ¡no pasa nada! Más pronto de lo que crees harás la carrera entera corriendo.

Recuerda que antes de empezar el entrenamiento debes calentar y estirar un poco para activar las zonas del cuerpo que más van a trabajar para así evitar lesiones. Lo mismo al terminar, un buen estiramiento relajará los músculos y te permitirá rebajar las pulsaciones progresivamente. Mantén una buena dieta para que no te falte ningún tipo de nutriente y muy importante, en especial ahora en verano, la hidratación antes, durante y después de la carrera.

¿Qué debo llevar?

Un buen equipamiento no solo te hará parecer más profesional, también te ayudará a mejorar la experiencia, pues debes elegir ropa cómoda y transpirable. Si hace calor no dudes en colocarte una gorra o una visera, además de crema protectora para la piel y así evitar quemaduras.

Las zapatillas es lo más importante y si de verdad quieres hacer running varias veces por semana no escatimes en gastos. Debes elegir bien según tu pisada y la forma de tu pie, pero también hay que prestar atención al terreno en el que vas a entrenar, pues no es lo mismo salir a correr por carretera que ir hasta la montaña y hacer running en zonas más terregosas. No dudes en ningún momento en pedir consejo para hacerte con las que mejor se adapten a ti.

Luego hay infinidad de accesorios, uno de los más útiles unas pequeñas mochilas en las que poder llevar el móvil para avisar ante cualquier emergencia, agua para mantenerse hidratado o incluso alguna barrita energética que nunca está de más llevar. También puedes llevar gafas de sol por si en algún trayecto te toca el sol de frente que este no te deslumbre, o ir acompañado de un reloj inteligente o un pulsómetro que midan la intensidad de tu entrenamiento, las pulsaciones o los kilómetros que has hecho, una buena forma de mantenerte bien controlado.

Empezar a correr no es cuestión de edad, puede que te entre el gusanillo a los 30, a los 50 o a los 60, pero si tus condiciones te lo permiten no hay nada que deba pararte, siempre que seas consciente tus limitaciones y no hagas sobreesfuerzos que puedan provocar lesiones o problemas que se podrían haber evitado. Así que si estás dispuesto, ¡adelante!