Retiradas del mercado o desaconsejadas: las mascarillas que no se deben usar

Ya van más de seis meses hablando de mascarillas. Modelos, sujeciones, tiempos de uso… cada español (mínimamente informado) se ha convertido en un experto sobre el tema. Sabemos mucho sobre las que debemos utilizar y cómo debemos hacerlo pero ¿qué pasa con aquellas que están desaconsejadas? Esta semana las autoridades sanitarias han retirado tres modelos del mercado: la KN95, la Disposable Protective Mask de la marca Tonqchen Wexin Labor Protection y la Premium Disposable Face Mask modelo JL-1-CE. En Uppers queremos darte una guía básica de las que no debes usar.

Las descatalogadas y retiradas del mercado

Las mascarillas KN95 saltaban a la palestra a principios de semana. Las autoridades sanitarias han informado que el próximo 30 de septiembre será el último día que se podrán encontrar. El pasado mes de abril, ante la emergencia de la crisis del coronavirus, el Ministerio de Industria, Comercio y turismo autorizó la venta de estos equipos de protección individual, que por su filtrado era equivalente a las FFP2 pero sin cumplir el marcado CE (que es el que garantiza su eficacia según los parámetros europeos) y precisamente por esta razón ahora se prohíben ya que su eficacia queda en entredicho. Al igual que la KN95, también desaparecerán la N95, R95 o P95, por la misma razón.

La Dirección General de Consumo del Ministerio de Consumo retira también del mercado dos modelos de mascarilla que no justifican en su documentación las propiedades antivíricas y de filtración de bacterias que dicen poseer, por lo que existe un riesgo evidente para la salud de los que las utilicen. Se trata de las mascarillas higiénicas Disposable Protective Mask de la marca Tonqchen Wexin Labor Protection y la Premium Disposable Face Mask modelo JL-1-CE, sin marca conocida.

Además de estos tres modelos, La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), dependiente del Ministerio de Sanidad, ha retirado durante el verano varios lotes de mascarillas porque incumplen la normativa vigente que se ha establecido para proteger del contagio del Covid-19. A su vez, El Instituto Valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo de la Generalitat ha elaborado una guía con las mascarillas que no nos protegen del coronavirus.

Mascarillas no homologadas

Independientemente de las mascarillas que Sanidad ha retirado directamente del mercado, existen otras que no están homologadas y, por lo tanto, no está garantizada su efectividad. Se trata, sobre todo, de mascarillas de tela que no tienen el etiquetado correspondiente y por lo tanto no cumplen la normativa. Las autoridades las desaconsejan en todo caso. "Los materiales y métodos de confección con los que se elaboran estas mascarillas son muy diversos. Además, pueden no haber pasado el control de verificaciones o ensayos. Por lo que no se garantiza su eficacia", destacan desde el Gobierno.

Esto también incluye las mascarillas de tela que llevan filtro. Si se trata de una homologada no existe la necesidad de que lo lleve. Ni el Ministerio de Sanidad, ni la OMS aluden a la necesidad de que se incluyan y puede ser incluso perjudicial ya que limita nuestra capacidad para respirar con ellas puestas. Por lo tanto, si vamos a recurrir a una mascarilla de tela debemos fijarnos en que tenga la referencia UNE 0065:2020 que indica que esa protección cumple con los parámetros de filtración y respirabilidad establecidos.

Mascarillas no recomendadas

Hay una serie de mascarillas que, por criterios morales o solidarios, no está recomendado su uso y que Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, ha calificado de 'egoístas'. Hablamos de las mascarillas FFP2 y FFP3 con válvula ya que estas solo sirven para proteger a quienes las llevan puestas, pero no a los demás. La válvula con que hace es facilitar la salida de aire sin ningún tipo de filtro y "pueden ayudar a la propagación del virus", según la OCU.

En cuanto a las FFP2 y FPP3 sin válvula, se trata de Equipos de Protección Individual y sirven para protegerse tanto a uno mismo como a los demás. "Se recomiendan fundamentalmente para su empleo por profesionales para crear una barrera entre un riesgo potencial y el usuario. También pueden estar recomendadas para grupos vulnerables por indicación médica", afirman desde el Ministerio de Sanidad.