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Ikeda: el método japonés contra la pérdida de memoria que desarrolla cinco sensores de la mente

  • A partir de los 40 años se empieza a perder memoria y los primeros síntomas son olvidos puntuales, despistes o desorientación

  • El método Ikeda promete mejorar nuestra retentiva en tan solo un mes y realizando dos sencillos ejercicios cada día

Un mes. Es el tiempo que se tarda en mejorar la memoria con este método, o al menos es lo que promete su creador, Yoshihiro Ikeda, ganador, durante seis años consecutivos, del campeonato japonés de memoria. A partir de los 40 años nuestra mente empieza, poco a poco, a registrar pequeños deslices como pueden ser olvidos puntuales, desorientación o despistes. Y es precisamente a partir de esa edad cuando trabajarla resulta especialmente importante para luchar contra la demencia o enfermedades degenerativas como el alzheimer. Te explicamos en qué consiste la rutina planteada por este japonés en su libro, 'El método Ikeda', y que podrás realizar incluso cuando no tengas demasiado tiempo.

Emoción e inspiración como bases de la memoria

"La causa más común de la pérdida de la memoria es el aburrimiento", asegura el escritor. Es por ello por lo que los niños son capaces de memorizar tan fácilmente los cuentos o dibujos, porque les entretienen. Según el autor, "la inspiración que nos provoca entender o descubrir algo tiene un gran impacto en el cerebro y hace que la información se nos quede grabada". Pero ¿qué ocurre cuando somos adultos? "A medida que envejecemos, aquello que queremos recordar ya no nos resulta tan emocionante".

Con este método, compuesto por un total de 60 ejercicios, Ikeda promete enseñarnos a provocar este impacto en nuestro cerebro y que consigamos recordar como lo hacíamos en la infancia. Para ello, divide el libro en cinco capítulos, cada uno dedicado a un sensor mental diferente: detección, clasificación, cotejo, imagen y relación. Cada uno compuesto por 12 ejercicios. Realizando dos de estos 'rompecabezas' al día, en un mes tu memoria notará grandes diferencias, asegura.

Reglas antes de comenzar

Antes de explicar en qué consiste cada sensor, es importante tener en cuenta tres puntos que harán que el método sea realmente efectivo.

  1. El momento del día en el que los realices es importante. Tu cerebro debe estar activo y concentrado por lo que el mejor horario es entre las 7 y las 10 de la mañana, es decir, nada más levantarse y entre las 4 y las 7 de la tarde, una vez que empezamos a disfrutar del tiempo libre.
  2. El orden no importa. No te obligues a completar el libro siguiendo los capítulos tal y como están ordenados. Juega con los diferentes sensores. Solo debes realizar dos ejercicios al día, los que más te apetezcan, y en un mes habrás completado el método (tranquilo, si te ha gustado, puedes repetir).
  3. Abre tu mente y deja de lado la frustración. No todos los ejercicios tienen el mismo nivel de dificultad, por lo que, si uno no te sale a la primera, no te preocupes, es normal. Puedes tomarte todo el tiempo que necesites para resolverlo, pero si comienza a frustrarte, mejor inténtalo otro día. El fin de este método es mejorar tu memoria mientras te diviertes, no lo olvides.

Ejercicios del método

Como hemos explicado anteriormente, los ejercicios buscan volver a desarrollar la inspiración y para ello trabajan cinco sensores diferentes.

  • Sensor de la detección: recuerda a nuestro cerebro el placer de descubrir algo oculto. Los ejercicios en este apartado se basan en encontrar algo que, a simple vista, no es fácil de localizar. Buscar una figura diferente escondida dentro de una secuencia en la que aparentemente son todas iguales o localizar el número de triángulos que hay dentro de uno aún mayor son algunos de los ejercicios más comunes.
  • Sensor de imagen: potencia la memoria fotográfica, es decir, la fuerza de una imagen ayuda al cerebro a memorizar mejor que solo las letras. En el libro encontrarás imágenes que después de analizarlas deberás intentar reproducirlas, sin mirar, en un papel o representar una serie de palabras que luego deberás recordar viendo solo los dibujos.
  • Sensor de la calificación: nuestro cerebro busca puntos en común entre varios tópicos para comprimir la cantidad de información a recordar y así aumentar la capacidad de almacenamientos. Asociar términos de diferentes listas paralelas o encontrar el elemento discordante dentro de varios relacionados forman parte de los enigmas de este capítulo.
  • Sensor de relación: asocia información que está conectada. Este es el apartado más divertido porque la imaginación juega un papel fundamental. Para ejercitarlo tendrás que inventarte historias a partir de una secuencia de imágenes o simplemente con las cosas que quieres comprar en el súper, verás lo fácil que es no olvidar nada.
  • Sensor de cotejo: se activa para aprovechar información que ya tenemos, es decir, para que el conocimiento propio promueva la eficacia de nuestra memoria. Los ejercicios en este apartado incluyen ordenar las letras de una palabra para formar otra o buscar el término de unión entre otros cuatro como pueden ser: pizza, pasta, bota y país.