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"Papá, eso sería en tu época": dos pediatras desmontan los mitos más repetidos entre los abuelos

  • Hay muchos mitos en la crianza que están siendo desmentidos por los nuevos profesionales

  • Por ejemplo: Ni los dientes dan fiebre ni babean más cuando les salen

  • Dos pediatras explican cómo debemos enfrentarnos, como abuelos, a no interferir y a la vez ayudar a los hijos a criar a los suyos

¿Qué sería de los padres sin los abuelos? Salvadores de todos esos momentos en los que la vida y la paternidad parecen estar peleados, guías cuando parece que los niños nos vienen grandes y reconozcamos que también maniáticos de vez en cuando. Parece que fue ayer cuando nació tu primer hijo, ahora tu nieto es el que llama a la puerta No te toca educar sino malcriar y sufres cuando ves la falta de destreza de tu primogénito con el suyo entre los brazos. Lo que está claro es que en los últimos años esto de la crianza ha cambiado (aunque nos cueste admitirlo). Hablamos con los doctores Elena Blanco y Gonzalo Oñoro, autores del libro 'Dos pediatras en casa' para que nos ayuden a desmentir los mitos (en el vídeo) y miedos más extendidos entre los abuelos.

Confrontación de recomendaciones

Los abuelos parten de la experiencia que han vivido como padres, el problema es que esa es de hace muchos años y la medicina pediátrica ha cambiado muchísimo. Ahora mismo se tienen evidencias que antes no existían y llegar a un acuerdo es, en ocasiones, complicado. "La generación de los abuelos actuales son la del biberón. Sin embargo, ahora se sabe que la lactancia materna es la mejor para el niño y es la que la mayoría de los padres ahora deciden para sus hijos. El problema es que muchos no se ven respaldados por sus progenitores porque no lo han hecho, no lo saben hacer y no les pueden ayudar. Antes la lactancia fracasaba por falta de información y formación", explica Blanco, que define éste como el primer mito a derribar.

No obstante, los más extendidos están relacionados, sin duda, con los dientes. ¿Cuántas veces no nos han dicho nuestras madres eso de, cuando les salgan los dientes cuidado con la fiebre? Tantas que nosotros se lo hemos terminado transmitiendo a nuestros hijos llegado el momento. Pero nada más lejos de la realidad. "Los dientes pueden dar unas décimas, pero nunca 39,5 durante tres días consecutivos, eso es un proceso viral que coincide en el tiempo. La prueba es que solo nos preocupan cuando los niños son pequeños y la lógica diría que al caerse los de leche tendría que ocurrir lo mismo y no”, asevera Oñoro.

Otro de los grandes mitos en este aspecto es que los bebés babean antes de que empiecen a salirles los primeros. "Cuando los niños cumplen tres meses, empiezan a desarrollar el sentido del gusto y se empiezan a llevar todo a la boca. Ahí las glándulas salivales se ponen en funcionamiento y hay babas por todas partes. Nada tiene que ver este hecho con que les duelan las encías o vayan a desarrollar los primeros dientes”, apunta entre risas la doctora. Si quieres saber más mitos, dale al play.

La fiebre alta, el mayor miedo de los abuelos

Es el motivo de consulta más frecuente al pediatra y uno de los que más preocupa a los abuelos. "Cuando acuden a consulta el miedo es doble. Por un lado, la enfermedad en sí y por otro, lo que les van a decir los padres cuando se enteren", subraya el pediatra. Sin embargo, la fiebre no siempre es preocupante. Es la punta del iceberg y hay que observar el estado general para conocer la gravedad a la que nos enfrentamos. "No es importante la temperatura en sí, tampoco si sube o baja rápido, a no ser que hablemos de 41 grados, ahí sí que hay que acudir a urgencias. Lo que como médicos evaluamos es el color de la piel, el estado general, si le cuesta respirar o despertarse… es preferible un niño con 40 de fiebre que entra a consulta corriendo, que uno con 37,5 totalmente pálido y alicaído", aclaran los autores.

Cuando los niños son pequeños, podemos llegar a tener la sensación de que nuestros hijos lo están haciendo mal porque siempre están acatarrados. Pero no es su culpa realmente, ni cuestión de que los llevan mucho o poco abrigados. "Los pequeños de 3 o 4 años son capaces de padecer entre 8 y 12 episodios gripales al año, y todos están comprendidos entre septiembre y mayo. SI echamos cuentas sale uno cada tres semanas, que es el tiempo exacto que tarda en recuperarse del anterior. Por eso, la sensación es que siempre se está con mocos y en lugar de mejorar, empeora. Es totalmente normal", aseguran con voz tranquilizadora.

Primera vez en casa de los abuelos

La primera vez que un niño sale de casa puede experimentar una alteración en los hábitos del sueño. Esto no tiene por qué ser negativo. Los niños son muy de rutinas y sacarlos de su ambiente puede suponerles un trastoque que no durará más de tres o cuatro días y que no va a tener transcendencia en la salud del niño. Sin embargo, los doctores sí que dan una serie de recomendaciones para esta novedosa situación.

La primera está indudablemente relacionada con el uso de las pantallas. "El empleo temprano y abusivo de estos dispositivos puede tener consecuencias muy preocupantes. Por un lado, la obesidad derivada del sedentarismo y de la falta de ejercicio físico. Por otro, la dificultad que tiene el niño de trasladar la información que recibe a la vida real que le puede generar serie problemas de aprendizaje y socialización. Por debajo de los dos años debemos olvidarnos de ellas, y por encima no más de una hora al día y nunca antes de dormir ni a la hora de comer".

Cuando como abuelos nos enfrentamos las primeras veces a nuestros nietos, puede que nos toque vivir una de sus rabietas y la manera de actuar puede ser determinante para el establecimiento de su personalidad. "Ahora mismo lo que más se recomienda es la disciplina positiva, es decir, buscar acercarnos a los niños a través de preguntas y frases del tipo: 'si lloras, no te entiendo' o 'dímelo con tus palabras'. La clave es no darles la razón, si no la tienen, pero buscar una forma de que se hagan entender. Es una de las partes más complicadas”, asegura Blanco.

Por último, los pediatras nos explican, también, cómo afrontar los temidos golpes en la cabeza, uno de los accidentes más comunes de los niños tanto en casa como en el parque. "Lo primero es evaluar cómo ha sido la caída, si de frente o de lado, y, después, valorar si existen convulsiones o cambios de conducta. En la mayoría de las ocasiones no es nada grave, pero el seguimiento es importante y, antes cualquier duda, consultar con un experto. Lo que no sirve de nada – comentan entre bromas – son las famosas barritas de árnica que todas las abuelas llevan en el bolso. Lo realmente efectivo es el hielo o los analgésicos", concluyen.