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Moisés Hernández, a por su decimotercer Ironman a los 49 años: "Cada vez que cruzo la meta me digo 'nunca más'"

  • Moisés Hernández lleva 11 años encadenando Ironman tras Ironman y a sus 49 años no tiene intención de dejarlo

  • Hizo el primero en 2010 con 38 años y tiene claro su sueño: participar en el Ironman de Hawái

  • Hoy se enfrenta a su decimotercer Ironman en Lanzarote, un deporte donde la fortaleza mental, dice, es clave

Sábado. Suena el despertador a las 04:30 de la mañana y toca hacer unos estiramientos. Después pasar ayer por la tarde a dejar su bicicleta a la organización, Moisés Hernández, de 49 años, cenó pasta y se fue a dormir temprano para descansar lo máximo posible. Ahora, ha llegado el día. Se enfrenta a su decimotercer Ironman, uno menos de lo que le gustaría después de que el año pasado se suspendiese la edición de 2020 por la pandemia. Es el undécimo que hace en Lanzarote, su tierra, pero también se ha enfrentado al de Mallorca y al de Barcelona y sí, sufriendo más o menos, los ha terminado todos y espera poder volver a completarlo en esta edición del Ironman Lanzarote.

Llegar a hacer un triatlón de la dificultad de un Ironman fue un reto que se planteó por casualidad. Si bien considera que siempre ha sido deportista, en aquel momento Moisés más bien se dedicaba a hacer clases de spinning. Entonces, en aquella edición del Ironman Lanzarote de 2009 se encontraba junto a un amigo como voluntario en un punto de avituallamiento y, tras vivir de cerca la experiencia, ambos se prometieron hacerlo al año siguiente. "Él nunca ha hecho uno y yo ya voy a por mi decimotercer Ironman", nos cuenta entre risas por teléfono.

13 Ironman en 11 años

Participar en un Ironman no es tarea fácil. Moisés nos cuenta como hasta 2009 solo hacía spinning y salía en bicicleta de vez en cuando con amigos, pero desde 2010 no ha faltado a ninguna cita de la prueba que se celebra en Lanzarote en la que nada 3'86 kilómetros, hace 180 kilómetros en bici y para finalizar, otros 42'2 kilómetros de carrera a pie.

Cuando empezó con 38 años, Moisés nos reconoce que se marcaba objetivos para mejorar cada vez más, ahora, 11 años después, lo sigue intentando, pero ya no es su prioridad. "Ahora es más gusto que otra cosa. A mí para acabar ahora un Ironman como en los primeros años porque tengo mucha experiencia detrás y estoy en forma, aunque al final siempre intentas mejorar algo porque es mucho tiempo el que se dedica a esta afición", nos cuenta días antes de enfrentarse a su decimotercer Ironman.

Un deporte de madurez

Una experiencia que se ha dado cuenta que es imprescindible para llegar a la meta. "El Ironman es muy duro y es mucho tiempo. Cuando veo a gente de 20 o 25 años les digo que este deporte no es para ellos. Sí, se matan durante seis meses para entrenar, pero terminan dejándolo porque es muy sacrificado, muy de cabeza". En cambio en estos años se ha dado cuenta de que a partir de los 35 o 40 años "ya sabes lo que hay, sabes que tienes que entrenar y te lo tomas con una filosofía totalmente diferente a pesar de siempre tener un punto competitivo, pero es importante no solo tener el cuerpo fuerte, también la mente", señala.

Sin fortaleza mental no cruzas la meta

Aún recuerda su primer Ironman en 2010. Entonces le tenía miedo al agua, pues nadar es la primera parte de la prueba y al final "no somos nadadores profesionales". Ese miedo venía por el estrés que provoca tanta gente en el agua, donde "te pegan muchos cachetones, pero ahora sé que el agua es un mero trámite". Reconoce que ahora nadar es lo más fácil, pues en una hora o un poco más terminas esa etapa, "se pasa muy rápido, la primera vez salí del mar y me dije '¿ya está?'. Luego venía lo peor, las siete horas de bici y, detrás, la carrera, que es totalmente de fuerza mental para no abandonar".

De ese primer Ironman hay aspectos que se siguen repitiendo en todos los que ha hecho. "La primera vez que entré por la meta hice, más o menos, 11 horas 40 minutos, y nada más llegar me dije 'nunca más'. Esto es inhumano, se pasa mucho dolor y a partir de las ocho horas el cuerpo ya te está pidiendo que pares. Ahí es donde entra tu fortaleza mental". Desde entonces, ese "nunca más" se repite cada año al cruzar la meta.

Pero, ¿ha pensado en retirarse en alguna prueba? Si no hay más remedio, nunca. "Si te retiras, en la siguiente desde que te duela algo vas a volver a abandonar, por eso siempre repito que la fuerza corporal no lo es todo, es casi más importante la mental. Has entrenado todo lo que has podido y estás preparado, pero puedes tener un mal día".

Un entrenamiento sacrificado

El entrenamiento siempre está más que calculado para poder conciliarlo con la vida social, el trabajo y la familia, "siempre estás jugando con el tiempo", nos cuenta. En su caso entrena bajo supervisión de un entrenador y todos los días se marca dos deportes, generalmente carrera y gimnasio, bicicleta y correr, o natación y correr. "A no ser que sea fin de semana, natación y bicicleta nunca lo complementas porque te quitan mucho tiempo".

Estos días previos a la prueba reconoce que siempre son de incertidumbre porque "tienes que seguir entrenando pero también descansar todo lo que puedas para que el músculo esté preparado para el día del Ironman". Y le hemos preguntado, ¿animaría a alguien de su edad a entrenar para un Ironman por primera vez? "Sin duda. No vas a ser campeón del mundo, pero bajo mi experiencia creo que cualquiera puede completarlo con 20 semanas de entrenamiento constante en el que ves como poco a poco mejoras".

"Otra forma de vivir", eso es lo que significa para él el Ironman y así lo demostró cuando hace unos años se cayó de la bici una semana antes del evento. Tuvo una gran herida por la que pasó varios días por el hospital, pero la cabeza pudo más. "Al final hice el Ironman. Ese año estaba muy fuerte y el no poderlo hacerlo en condiciones fue una espinita que se me quedó, por eso a los meses me fui a hacer el de Mallorca", nos recuerda.

Completar el de Hawái, su gran reto

Y como todo triatleta, su gran ilusión es hacer algún día el Ironman de Hawái, lo que él llama la Champions de los triatlones porque va "lo mejor de todos los Ironman del mundo". Para acceder a esta prueba hay que clasificarse, que no es nada fácil, o ir por sorteo, al que puede entrar por haber completado más de 10. A esa lotería tiene pensado entrar el próximo año, aunque como nunca se sabe, "a lo mejor me llaman el domingo y por tiempo estoy clasificado", afirma con ilusión.